"La literatura debe profanar la realidad y rebelarse"
"Peligrosa como todas las libertades", empieza Royuela. "La libertad se practica, no es ir a las urnas cada cuatro a?os, hay que ejercerla y ser consecuente con lo que te traiga", asegura. ?l se la propone a sus personajes, "que son como hormigas atrapadas", seg¨²n los describe. A Pinto Gayo, a Virga Gayo, al m¨¦dico Machuca, a la Bimbona, a Mansio Botas, el padre de los Botas y marido de Mariparla, seres aprisionados por la naturaleza y por una organizaci¨®n presente y oculta que vigilan los de Obras P¨²blicas y los esbirros de El delegado por todos los sitios, entre todas las mol¨¦culas del barro que amasa la lluvia y sujeta los pies pesados de los desgraciados que pueblan las hojas tristes y rabiosas de La pasi¨®n seg¨²n las fieras, que ser¨¢ presentada ma?ana en la FNAC de Madrid por el m¨²sico Javier Gurruchaga.
Es una novela dura, desoladora, pura literatura del instinto, con la b¨²squeda de la pasi¨®n como ¨²nica salida de liberaci¨®n: "Reivindica la animalidad, la individualidad frente a lo homog¨¦neo. Quiero exaltar las pasiones feroces contra una sociedad anestesiada por la propaganda y desmantelada por el aburrimiento".
Y contra el aburrimiento, "movimiento", dice Royuela. Es decir actividad; activismo, m¨¢s bien, a la revoluci¨®n por la literatura, ?por qu¨¦ no?: "Abrir un libro debe ser un acto de rebeld¨ªa. Y ¨¦sta, como yo la concibo, debe profanar la realidad, dejarla con el culo al aire y rebelarse. Transgredir, desenmascarar", asegura este literato a tiempo perpetuo y abogado de profesi¨®n en sus ratos libres.
Busca artiller¨ªa pesada para lograr los objetivos. Y la encuentra siempre en los cl¨¢sicos que exaltan las pasiones del alma o buscan caminos demoledores y constructores de la novedad y el riesgo. En sus tres primeras novelas hab¨ªa rastros modernizados del tronco inagotable de Cervantes, Quevedo, Valle-Incl¨¢n, Cela... "En La pasi¨®n seg¨²n las fieras est¨¢ Shakespeare, creo, y est¨¢ el Valle de Tirano Banderas, pero tambi¨¦n est¨¢ el surrealismo, la poes¨ªa de Paul Elouard".
Lo m¨¢s asombroso es que hay mucho Royuela explorador: "Para crear un territorio nuevo hay que dotarle de reglas, de lenguajes, de nombres espec¨ªficos, y lo m¨¢s dif¨ªcil ha sido hacer que funcione toda la maquinaria que lo mueve, las reglas propias y el entorno, los tiempos, las cosechas, la funci¨®n de lo natural", dice.
O lo sobrenatural, que tambi¨¦n act¨²a en las selvas rojizas y carn¨ªvoras del libro: "Como en todos los mundos, cuando hay un entorno muy opresivo y agobiante, creas algo fuera de la raz¨®n, por eso aparecen los ovnis, que se convierten tambi¨¦n en un sarcasmo, dentro del sarcasmo que es ya de por s¨ª la novela", avisa.
La obra bombea tambi¨¦n contradicciones de las buenas, de las que no se resuelven, las que enriquecen. Por ejemplo, frente al salvajismo, Royuela eleva su prosa hacia lo po¨¦tico y lleva al lector hacia un mundo que, como todos los territorios m¨ªticos, no es m¨¢s que un reflejo del que queda a la vuelta de la esquina. All¨ª, las fieras no levantan la m¨¢s m¨ªnima piedad de los opresores por sus sufrimientos, tienen claro que, como se lee en sus p¨¢ginas, "matan para comer, solo sudan, eyaculan, sangran y expectoran". ?l lo explica: "As¨ª puede verse nuestro mundo, soy muy pesimista. Es frustrante vivir como peleles, nos venden ser hormigas laboriosas al servicio de un inter¨¦s mayor que nos impide ejercer la libertad. La ¨²nica forma de conseguirlo es dando rienda suelta a nuestras pasiones", propone.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.