Mapa visual de Am¨¦rica Latina
Hablar, o intentar catalogar, la fotograf¨ªa latinoamericana equivale a querer hacer lo propio con el viento o con las nubes, para despu¨¦s intentar introducirlos en una estanter¨ªa convenientemente clasificados. No es f¨¢cil catalogar fotos. Puede ocurrir igual que con los libros, como comentaba Borges; o con determinadas especialidades literarias y, m¨¢s concretamente, con el criterio sistem¨¢tico de clasificaci¨®n de las colecciones de legajos en los anaqueles de una biblioteca, con sus respectivas etiquetas adecuadamente numeradas fijadas en el lomo y la distanciada ficha resumen que la acompa?a oculta en una caja (las fotos se guardan m¨¢s en cajas que en ¨¢lbumes).
No es ¨¦ste el caso de la exposici¨®n que nos ocupa sobre la fotograf¨ªa latinoamericana: Mapas abiertos. El buen criterio de su comisario Alejandro Castellote nos aproxima de forma heterodoxa a la realidad de un territorio convulso; una tierra ligada al documento y a la marginaci¨®n, al mito y al rito; un lugar donde el exotismo fotogr¨¢fico -lo extra?o- y el turismo de viajes pagados a plazos trazan una divergencia entre lo real, su documentaci¨®n fotogr¨¢fica y el realismo fant¨¢stico. Los apartados de esta muestra Rituales de identidad, Escenarios e Historias alternativas se construyen a partir de una especie de "contenedores tem¨¢ticos a algunos de los autores m¨¢s reconocidos de una nueva y extensa generaci¨®n, cuya obra se ha hecho visible desde los noventa", explica Castellote. Para ello, en lugar de recurrir a los manuales -las aut¨¦nticas (a veces falsas) p¨¢ginas amarillas de la foto de ese territorio (aburridos por lo recurrente y reiterativos en sus ¨ªndices)-, como m¨¦todo de trabajo, ha utilizado el filtro no s¨®lo de especialistas en la intrahistoria del medio, sino que tambi¨¦n lo ha hecho con expertos en otras especialidades pl¨¢sticas con las que la fotograf¨ªa, la instalaci¨®n y el apoyo de lo visual -especialmente la del uso de lo digital y el v¨ªdeo- conforman un bello mestizaje.
Mapas abiertos. Fotograf¨ªa latinoamericana (1991-2002)
Fundaci¨®n Telef¨®nica. Fuencarral, 3.
Madrid. Del 19 de noviembre al 4 de enero de 2004.
Palau de la Virreina. Barcelona.
Del 21 de noviembre al 11 de enero de 2004.
Lunwerg Editores publica el libro-cat¨¢logo con la obra de
los artistas que participan en esta exposici¨®n.
Se ha escrito que considerar
la fotograf¨ªa latinoamericana como una entidad, con carta de naturaleza propia, "debe de haberse originado en los coloquios, en las exposiciones, en los congresos o en los encuentros institucionales y, en definitiva, en los eventos que han hecho de la fotograf¨ªa latinoamericana como un t¨¦rmino catalizador" (hasta la fecha, los Coloquios Latinoamericanos de fotograf¨ªa han tenido lugar, en 1978 y 1981, en M¨¦xico -ambos organizados por el Consejo Mexicano de Fotograf¨ªa-; en 1984, en La Habana; en 1993, en Caracas, y en 1996, de nuevo en M¨¦xico), seg¨²n cuenta cronol¨®gicamente el comisario de la exposici¨®n. No obstante, como contrapunto de todos ellos figuran los autores nuevos -casi desconocidos- incorporados ahora en esta exposici¨®n como nuevos en la plaza. No obstante figuran los nombres habituales, los de siempre: unos marcan distancias de los que son estrictamente documentales (los registros period¨ªsticos -im¨¢genes ligadas a los medios-, como los de Salgado quien no cabe duda que es, en este apartado, "el eje de los a?os ochenta". Otros, que apuestan por las divergencias: el brasile?o Miguel R¨ªo Branco, con sus colorismos documentales sobre su pa¨ªs en las d¨¦cadas de los setenta y ochenta, el m¨¢s apartado de la l¨ªnea de la agencia Magnum, pero que forma parte de ella y encandil¨® a sus socios. ?l mismo afirmaba "toda mi obra es collage; me gusta ensamblar cosas, es como intentar moldear algo; y nunca termina, lo cual me agrada", explica distanci¨¢ndose del concepto del fot¨®grafo cl¨¢sico de aquellos territorios, para terminar aproxim¨¢ndose a una frontera pl¨¢stica que nada tiene que ver con la concepci¨®n de marginalidad social, o ex¨®tica, a la que se ha asimilado la especialidad por aquellos pagos: "Me considero m¨¢s cineasta que fot¨®grafo", as¨ª lo evidenci¨® en sus instalaciones audiovisuales, como la dise?ada para la Bienal de La Habana de 1994: Out of Nowhere, "una referencia a la vida y a la memoria".
Para Castellote, en la selecci¨®n
que ha realizado, " la superaci¨®n del estancamiento de la fotograf¨ªa durante el siglo XX es una de las caracter¨ªsticas de este fin del milenio. Se hace patente, entonces, el abandono de la fotograf¨ªa tautol¨®gica revestida de compromiso social o pol¨ªtico -aunque de ning¨²n modo puede hablarse de su desaparici¨®n-, pero el tr¨¢nsito hacia otros usos de la imagen no implica necesariamente la ausencia de compromiso con los problemas sociales". Es m¨¢s de lo mismo, puesto que tambi¨¦n participa de ello otro cl¨¢sico: Luis Gonz¨¢lez de Palma, que "contribuye a despertar el inter¨¦s hacia la nueva fotograf¨ªa latinoamericana, especialmente aqu¨¦lla no encasillada en el realismo m¨¢gico, una especie de estereotipo por el que sienten gran afici¨®n los europeos y americanos". Es un fot¨®grafo creador de universos por donde deambulan p¨¢ginas de los mejores cap¨ªtulos de la Biblia -especialmente del Antiguo Testamento y de la iconograf¨ªa de universos religiosos-.
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