Emprendedores sin escr¨²pulos

Aparece Los oligarcas en el mejor momento, en plena ebullici¨®n informativa de una de sus figuras m¨¢s representativas, Mija¨ªl Jodorkovski. El californiano David E. Hoffman (Palo Alto) hace una precisa disecci¨®n de la Rusia que naci¨® tras la disoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y de su transici¨®n hacia la econom¨ªa de mercado apoyada en el proceso de la perestroika. Era un pa¨ªs descontrolado, en el que "la vieja guardia" luchaba por mantener sus privilegios y en el que la corrupci¨®n estaba en todos los rincones de la Administraci¨®n. Un ambiente muy propicio para el dinero f¨¢cil y un caldo de cultivo ideal para que florecieran una serie de j¨®venes emprendedores sin escr¨²pulos, criados en las juventudes comunistas de la Komsomol en su mayor parte y que vieron la oportunidad de saltar al capitalismo con audacia dando paso a una verdadera oligarqu¨ªa en aquella sociedad en pleno cambio.

El autor escoge a los cuatro oligarcas m¨¢s sobresalientes: Anatoli Chub¨¢is, Bor¨ªs Berezovski, Vlad¨ªmir Gusinski y el citado Mija¨ªl Jodorkovski. Todos son personajes conocidos en la Rusia actual y se han hecho mundialmente famosos por sus intervenciones en distintos campos de la nueva econom¨ªa de mercado de Rusia. Pero, sobre todo, porque estos cuatro hombres fueron fundamentales en los cambios que se han producido en Rusia en los ¨²ltimos a?os, "la transformaci¨®n de un pa¨ªs inmenso, paralizado por un socialismo fracasado, en una econom¨ªa capitalista de libre mercado". La historia que cuenta Hoffman va desde 1985, en las reformas emprendidas por la perestroika y la gl¨¢snost de Gorbachov, hasta el periodo inmediatamente anterior a la renuncia de Bor¨ªs Yeltsin, el ¨²ltimo d¨ªa de 1999. Fueron, esos cuatro magnates, los que se convirtieron en "los art¨ªfices del nuevo orden". Y as¨ª los define Hoffman: "Amasaron y perdieron fortunas, se apoderaron de la flor y nata de la industria rusa, mandaron ej¨¦rcitos privados, ejercieron su influencia en las elecciones y dirigieron el pa¨ªs y su ciudadela financiera, Mosc¨². Compraron los medios de comunicaci¨®n rusos, especialmente la televisi¨®n, y se hicieron con el control no s¨®lo de las f¨¢bricas, sino tambi¨¦n del propio Estado, incluyendo los presupuestos, las fuerzas de orden p¨²blico y los dirigentes del Kremlin. En su arrogante dominaci¨®n del naciente capitalismo ruso, actuaron con sigilo, con enga?o y, en ocasiones, con implacable violencia".

Se convirtieron en directores de orquesta en la sombra. Aprendieron todo lo que se les hab¨ªa ocultado sobre el capitalismo y dieron rienda suelta a sus ambiciones. Medraron gracias a operaciones que abr¨ªan muchas inc¨®gnitas, pero que se amparaban en el terreno de inseguridad jur¨ªdica en el que se realizaban. El caso es que ah¨ª estaban construyendo sus imperios mientras despreciaban el viejo sistema. Todos gobernaron, sostiene el libro, caprichosamente en la ¨¦poca de Yeltsin. Recientemente, uno de ellos, Jodorkovski, due?o y se?or de la petrolera Yukos, ha ca¨ªdo en desgracia. Justo cuando sale el libro, est¨¢ en prisi¨®n y ha perdido la presidencia de la empresa que lleg¨® a controlar despu¨¦s de destacarse como un eficaz asesor externo. El autor hace un retrato que refleja una ambici¨®n no exenta de compa?erismo. Nunca desde?¨® a nuevos socios. Fracas¨® en su primer trabajo al poner una cafeter¨ªa en la sede de la Komsomol, pero despu¨¦s triunf¨® en toda regla al descubrir la f¨®rmula de convertir el dinero no efectivo (Beznal¨ªchnyie) en aut¨¦ntico efectivo, algo que no se pod¨ªa hacer, pero que Jodorkovski sorte¨® h¨¢bilmente logrando permiso. Lleg¨® incluso a cambiar dinero no oficial, es decir, no tangible en divisas fuertes, con lo que ¨¦l y sus colaboradores se enriquecieron enormemente.

Parecida suerta siguieron Bor¨ªs Berezovski y Vlad¨ªmir Gusinski. El primero se hizo magnate de los medios de comunicaci¨®n (controlaba la primera cadena de televisi¨®n, te¨®ricamente estatal) y de la industria del petr¨®leo formando parte de la "corte de los milagros" que influy¨® decisivamente sobre las decisiones de Yeltsin. Cometi¨® el error de enfrentarse a Putin y termin¨® en el exilio. El mismo destino que corri¨® Gusinski, tambi¨¦n propietario de un imperio period¨ªstico con la principal cadena de televisi¨®n privada (NTV) que Putin deshizo mientras se lanzaba una orden de busca y captura internacional. Fue detenido en Espa?a y posteriormente liberado por el juez Garz¨®n. De Anatoli Chub¨¢is, "un pelirrojo larguirucho" que fue viceprimer ministro y que preside el monopolio el¨¦ctrico, dice que fue el principal impulsor de las pol¨ªticas de privatizaciones salvajes de Yeltsin.