130 discapacitados ps¨ªquicos cumplen condena en las c¨¢rceles espa?olas
Las ONG denuncian que la falta de centros especiales impide la rehabilitaci¨®n de estos presos
Al menos 130 personas con discapacidad intelectual (retraso mental) permanecen recluidas en las prisiones espa?olas, seg¨²n la confederaci¨®n Feaps, que agrupa a 750 asociaciones de discapacidad intelectual. La mayor parte fueron condenados sin que su minusval¨ªa atenuara la pena, pero tambi¨¦n hay presos preventivos. Esta ONG pide que esos internos puedan cumplir su pena en centros especiales. La Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias reconoce la existencia del problema. En fechas pr¨®ximas dedicar¨¢ un m¨®dulo especial de la prisi¨®n de Segovia a este tipo de internos.
Al menos 132 personas con discapacidad intelectual est¨¢n presas en las c¨¢rceles espa?olas, seg¨²n la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual (Feaps), que agrupa a 750 asociaciones. Previsiblemente, esta cifra de reclusos con retraso mental se queda corta, ya que se refiere, exclusivamente, a los centros penitenciarios en los que trabaja esta ONG (C¨¢diz, Sevilla, Huelva, Asturias, Cantabria, Castilla y Le¨®n, Catalu?a, Castilla-La Mancha, Alicante, Valencia, Extremadura, Madrid, La Rioja, Melilla y Galicia). Este peri¨®dico intent¨® ayer, sin ¨¦xito, contrastar esta cifra con la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias. En Espa?a hay 56.000 personas presas.
"La c¨¢rcel no es el mejor sitio para colectivos como el de los discapacitados intelectuales. Por eso pedimos que esas personas dejen de cumplir condena en las c¨¢rceles convencionales y lo hagan en centros espec¨ªficos", afirma el director de Feaps, Paulino Az¨²a. Asegura que deber¨ªa crearse "una red alternativa de servicios, p¨²blicos o privados, para que estos reclusos cumplan su pena con medidas de apoyo y rehabilitadoras". "Existe un marco jur¨ªdico que permite crear esos centros, pero no se ha dado el paso", a?ade Az¨²a, quien recuerda que han iniciado conversaciones con la Direcci¨®n General de Instituciones Penitenciarias para abordar la creaci¨®n de recursos alternativos al ingreso en prisi¨®n.
"Est¨¢ claro que en una c¨¢rcel convencional no se cumplen las condiciones para que las personas con discapacidad intelectual sean rehabilitadas", afirma Juan Planells, gerente de la asociaci¨®n Asprona en Valencia, asociada a Feaps y que trabaja con los reclusos de la c¨¢rcel de Picassent.
El problema no es nuevo, pero s¨®lo en 1995 lleg¨® a manos de las ONG. Desde entonces hasta 2002, Feaps ha atendido a 1.017 personas con discapacidad intelectual presas o ex presas.
30 plazas especializadas
Un portavoz de Instituciones Penitenciarias explic¨® ayer que cabe la posibilidad de que los internos con discapacidad intelectual puedan cumplir la condena en centros educativos especiales. Sin embargo, para ello deben obtener el tercer grado (clasificaci¨®n que permite salir de la c¨¢rcel) y tener plaza en un centro adecuado para cumplir la pena. Matiz¨®, no obstante, que existen internos con retraso mental cuyas condiciones (por ejemplo, su nivel de agresividad) no permiten darles el tercer grado. Adem¨¢s, este portavoz reconoci¨® que los centros educativos especiales son escasos y no siempre resultan adecuados para ciertos internos. A la vista de lo que considera "un problema", Instituciones Penitenciarias adapta ahora un m¨®dulo de la prisi¨®n de Segovia para agrupar en ella a internos con discapacidad intelectual. Tendr¨¢ entre 20 y 30 plazas, sobre todo para presos con discapacidad aguda y un delito grave.
Los expertos consultados por EL PA?S comparten la petici¨®n de Feaps. "Parece sensato que estas personas cumplan su pena en centros especiales. Habr¨ªa que reformar la Ley General Penitenciaria para crear una nueva categor¨ªa de centros adecuados a ellos. Los psiqui¨¢tricos penitenciarios no lo son, porque en general no se trata de enfermos mentales, sino de personas con capacidad intelectual reducida", explica Mercedes Garc¨ªa Ar¨¢n, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. "Los reclusos con discapacidad ps¨ªquica necesitar¨ªan establecimientos especiales para cumplir su pena. Su permanencia en prisiones convencionales es una situaci¨®n decimon¨®nica, propia de Dickens", afirma Joan Queralt, catedr¨¢tico de Derecho Penal de la Universidad de Barcelona.
El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Castilla-La Mancha, Nicol¨¢s Garc¨ªa Rivas, recuerda que "la Constituci¨®n obliga a orientar las penas hacia la reinserci¨®n social y la reeducaci¨®n". "Tanto el C¨®digo Penal como la reglamentaci¨®n penitenciaria dejan la puerta abierta a que las personas con discapacidad ps¨ªquica cumplan la pena en un centro educativo especial. Eso ser¨ªa una soluci¨®n", a?ade Garc¨ªa Rivas, catedr¨¢tico de Derecho Penal. Cita como ejemplo a los toxic¨®manos: pueden cumplir condena en centros de desintoxicaci¨®n.
Toxic¨®manos y v¨ªctimas de abusos
Seg¨²n la asociaci¨®n Asprona (integrada en FEAPS), que desde el a?o 2000 trabaja con discapacitados ps¨ªquicos presos en Picassent (Valencia), ahora al menos 23 reclusos padecen esa minusval¨ªa. De ellos, 21 cumplen condena de privaci¨®n de libertad, en la mayor parte de los casos por delitos contra el patrimonio y el orden socioecon¨®mico. La mayor¨ªa (85%) tienen entre 22 y 35 a?os.
A tenor del informe que ha elaborado Asprona sobre los presos que atiende en Picassent, el 57,5% padece un retraso mental ligero (tienen un cociente intelectual entre 50 y 70, inferior al normal, fijado en 100). El 27,5% presenta una inteligencia l¨ªmite (cociente intelectual entre 70 y 84, lo que no supone retraso mental). El resto sufre retraso mental moderado (cociente intelectual entre 35 y 50). Los criterios diagn¨®sticos del retraso mental incluyen, adem¨¢s del cociente intelectual (debe ser inferior al 70), la ausencia de al menos dos capacidades adaptativas (poder comunicarse, adaptaci¨®n al entorno, autonom¨ªa personal, entre otras). Adem¨¢s, esa situaci¨®n debe manifestarse antes de los 18 a?os, seg¨²n explican en Asprona.
Todos los reclusos con discapacidad intelectual que trata Asprona, excepto cuatro, tienen el certificado oficial de discapacidad. En la mayor¨ªa de los casos (el 57,5%) tienen reconocida una discapacidad intelectual superior al 65% (s¨®lo disponen del 35% de la capacidad ps¨ªquica considerada normal). Casi todos son toxic¨®manos y ninguno es culpable de homicidio o asesinato.
Seg¨²n el informe de Asprona, los discapacitados de Picassent "no se adaptan al tratamiento penitenciario debido a sus limitaciones funcionales". "Como consecuencia de ello", prosigue, "son susceptibles de aplicaci¨®n de diferentes tipos de sanciones, lo que es un caldo de cultivo para problemas adaptativos y diferentes tipos de patolog¨ªas psicol¨®gicas". A?ade que, dada su situaci¨®n, "son personas que pueden ser objeto de diferentes abusos por parte de los dem¨¢s presos". Adem¨¢s carecen de "trato o atenci¨®n especializados". Dado que no existen m¨®dulos espec¨ªficos, suelen ser enviados a los menos conflictivos y al hospital, concluye el informe.
Seg¨²n el estudio de Asprona, entre los presos figuran personas con certificado de minusval¨ªa por retraso mental que no lo presentaron al juez en el momento del juicio. Otros s¨ª lo exhibieron, pero no quedaron exentos de responsabilidad ni se atenu¨® su pena. A un tercer grupo no se le diagnostic¨® el retraso antes del juicio. Se les detect¨® en la c¨¢rcel.
Desde que en 2000 (a petici¨®n de los responsables de Picassent), Asprona comenz¨® a trabajar en esa c¨¢rcel ha atendido a 55 discapacidados ps¨ªquicos internos (incluidos los 23 que trata ahora).
La situaci¨®n de las personas presas con discapacidad intelectual en Espa?a se abordar¨¢ los d¨ªas 18 y 19 en unas jornadas que se realizar¨¢n en Valencia. A ellas asistir¨¢n jueces, abogados y expertos.
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