?D¨®nde queda el amor?
Para serles sincera: las dos ¨²nicas preguntas que me interesaban del cuestionario que los l¨ªderes pol¨ªticos han contestado a lo largo de la semana en EL PA?S, eran las que hac¨ªan referencia a la pornograf¨ªa. Las que dec¨ªan: "?Ha visto alguna pel¨ªcula pornogr¨¢fica? ?Qu¨¦ importancia le da a la sexualidad?".
?Qu¨¦ le vamos a hacer! La cabra tira al monte. Desde el jueves, d¨ªa en que le toc¨® contestar a Pasqual Maragall, el ¨²ltimo de los candidatos entrevistados, no paro de releer las respuestas de cada uno de ellos, para tratar de decidir a qui¨¦n doy mi voto. Hasta me las he recortado, con mis tijeras de la marca Mundial, y me las he archivado en una carpeta rosa, color que siempre asocio a ciertas pulsiones. De todos ellos, Pasqual Maragall, siempre alternativo, es el ¨²nico que dice que no ha visto nunca una pel¨ªcula porno. Pues le creo. Pero esto no hace m¨¢s que desbocar mi imaginaci¨®n. Me pregunto por qu¨¦ no habr¨¢ visto ni siquiera una. ?Porque sabe que no le iba a gustar o porque sabe que le iba a gustar? ?Porque habr¨ªa mosqueo en casa? ?Por falta de curiosidad hacia las cosas de este mundo? ?Significa que tampoco ha ojeado una revista guarrindonga? ?Visitar¨¢ p¨¢ginas X en Internet? En cambio, Mas, Piqu¨¦ y Carod Rovira dicen que s¨ª las han visto. No parecen unos expertos en el arte de Rocco Xifredi, pero al menos son de este mundo. Piqu¨¦ aclara que las vio hace mucho tiempo y Carod, siempre apoyando nuestra industria cinematogr¨¢fica, contesta que tiene una dedicada por su director, el gran Conrad Son, que se llama Las excursionistas calientes de Catalu?a. Mas se luce a la hora de comentar la importancia que le da al sexo: "Mucha, pero no toda". Gran respuesta que casi repite cuando, un poco m¨¢s abajo, le preguntan si tiene bombillas de bajo consumo. Dice: "Algunas, pero no todas". (?Qu¨¦ contestar¨ªa si le preguntaran si tiene ganas de ser presidente?).
Pero, con la mano en mi coraz¨®n izquierdo, les dir¨¦ que la contestaci¨®n m¨¢s revolucionaria, la que m¨¢s me ha emocionado, es la de Joan Saura, el l¨ªder tanto de los rojiverdes como de los eco socialistas, adem¨¢s de esposo -?ay, perd¨®n!, compa?ero- de Imma Mayol, nuestra sostenible, moderna y admirada concejal. A la pregunta "?ha visto alguna pel¨ªcula pornogr¨¢fica?", Saura dice que las vio al comienzo de la democracia. Bueno, yo creo que se equivoc¨® y que lo que vio no era pornograf¨ªa, sino un cap¨ªtulo de Verano azul. Y lo creo bas¨¢ndome en su respuesta a la segunda pregunta. Dice Saura: "La sexualidad no tiene nada que ver con la pornograf¨ªa". ?Hombre! Comprender¨¢n que estas palabras me hayan hecho vibrar (con perd¨®n). ?Esto s¨ª que es nuevo! Esto s¨ª que es el cambio de deb¨°.
Hasta ahora, s¨®lo nos machacaban con la pregunta de si es posible el sexo sin amor, y las dem¨¢s variantes: si es posible el sexo con amor, si es posible el amor sin sexo, si es posible la amistad con sexo o si es posible la amistad sin sexo. No hace falta que les recuerde la pel¨ªcula ?Por qu¨¦ lo llaman amor cuando quieren decir sexo?, gran t¨ªtulo donde los haya. Cu¨¢ntas veces no hemos le¨ªdo en las revistas testimonios de mujeres a lo Ally Mc Beal que afirman: "Yo, el sexo sin amor no lo concibo. No estoy preparada". Y cu¨¢ntas otras veces no hemos le¨ªdo en las otras revistas (las que van de fuertes) testimonios de otras mujeres a lo Sexo en Nueva York que afirman: "Quiero que los hombres me den buen sexo, y el amor que se lo guarden para sus esposas".
En este punto estaba el debate hasta ahora. Hasta ahora que ha llegado a nosotros Joan Saura, el candidato rojiverde a la par que ecosocialista, que ha dicho -se lo repito para que no tengan que girar la vista hacia arriba y se disloquen- que el sexo no tiene nada que ver con la pornograf¨ªa. No s¨¦ lo que opinar¨¢ Imma Mayol al respecto. Ni s¨¦ lo que opinar¨¢n los dem¨¢s verdes, sabiendo como sabr¨¢n que el mundo del porno se ha surtido, tradicionalmente, con un sinf¨ªn de hortalizas (transg¨¦nicas o no). El caso es que ahora todo es distinto, porque el hombre Saura nos propone la posibilidad de una pornograf¨ªa no sexual. O, para usar una de las palabras compuestas a las que son tan aficionados en su coalici¨®n, nos propone la ecopornograf¨ªa. As¨ª las cosas, ya estoy viendo los t¨ªtulos de las pr¨®ximas pel¨ªculas ecopornogr¨¢ficas que inundar¨¢n nuestras carteleras, en caso de que se produzca el ansiado cambio: Polvo buc¨®lico en el parque e¨®lico, por ejemplo. O Viuda que recibe en casa te hace subir la ecotasa. O Mari Pili, escudo humano, te la agarra con la mano. Eso por no hablar de Zorras multiculturales buscan buenos sementales, que seguro que ser¨¢ un ¨¦xito de taquilla. A la espera del recuento de votos, les dir¨¦ que echo de menos los tiempos del padre Mundina. Seguro que el padre Mundina, el de las plantas, no ten¨ªa opiniones tan modernas sobre el asunto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.