Claves de un fen¨®meno
Violagambista, director de orquesta, investigador y pedagogo, el catal¨¢n Jordi Savall (Igualada, Barcelona, 1941) ha alcanzado el reconocimiento mundial con un repertorio, la m¨²sica antigua, b¨¢rbaramente ignorado y despreciado hace apenas medio siglo. Y curiosamente ha sido esa m¨²sica antigua, interpretada con criterios historicistas e instrumentos originales, la que se ha erigido en el catalizador de la formidable renovaci¨®n vivida por la interpretaci¨®n musical en la segunda mitad del siglo XX, compensando as¨ª el declive creativo que ha caracterizado la vida musical tras la II Guerra Mundial.
La aportaci¨®n de Jordi Savall a este proceso no es balad¨ª. Situado entre los impulsores de la recuperaci¨®n de repertorio musical antiguo, entre los que el violagambista admira profundamente a Nikolaus Harnoncourt, y la nueva hornada de int¨¦rpretes que bucean en la m¨²sica otrora olvidada, Savall se ha desmarcado voluntariamente de su grupo generacional para construir una carrera con libertad e independencia desde su posici¨®n como solista de viola de gamba y al frente de sus tres grupos: Hesperion XX, creado en 1974 y devenido Hesperion XXI con el cambio de siglo; La Capella Reial de Catalunya, fundado en 1987, y Le Concert des Nations, creado en 1989.
Una carrera que ha cimentado en el repertorio y en la investigaci¨®n de las numerosas partituras que llevan siglos durmiendo en los archivos espa?oles - aut¨¦ntico fil¨®n para un m¨²sico inquieto como ¨¦l- y que conforma un abanico musical que abarca cinco siglos, desde el XIII, con El canto de la Sibila, a principios del XIX, con la Sinfon¨ªa n¨²mero 3, de Beethoven, y la Sinfon¨ªa en re, del vasco Juan Cris¨®stomo Arriaga.
Su cat¨¢logo discogr¨¢fico arroja unas cifras inusuales en la llamada m¨²sica cl¨¢sica, no s¨®lo por el n¨²mero de discos grabados -el propio despacho de Savall lo cifra en m¨¢s de 120, incluidas las recopilaciones-, sino tambi¨¦n por el volumen de ventas si se tiene en cuenta que su repertorio est¨¢ repleto de nombres desconocidos para la mayor¨ªa de los mel¨®manos. Si en Espa?a las discogr¨¢ficas consideran un exitazo vender 2.000 ejemplares de un disco de m¨²sica cl¨¢sica, los de Savall superan holgadamente esa cifra cuando aparecen en el mercado, la triplican y cuadruplican en el mercado franc¨¦s, el gran feudo del catal¨¢n, donde se le considera un int¨¦rprete de referencia en la m¨²sica antigua, y la duplican y triplican en el estadounidense. De los 29 discos publicados por su propio sello discogr¨¢fico, Alia Vox -pr¨¢cticamente todos galardonados-, creado en 1998 para poder tener el control absoluto de sus grabaciones, ha vendido hasta la fecha una cifra que se acerca a los 700.000 ejemplares. Y las discogr¨¢ficas para las que hab¨ªa grabado antes de independizarse hace cinco a?os reeditan peri¨®dicamente sus discos sabedoras de que el nombre de Jordi Savall es garant¨ªa de ventas.
Una garant¨ªa que sobrevino tras el inesperado exitazo de la grabaci¨®n que hizo de la banda sonora de la pel¨ªcula Tous les matins du monde (1991), un disco de viola de gamba que redescubr¨ªa al compositor franc¨¦s Marin Marais y que marc¨® un hito al vender en menos de un a?o 300.000 ejemplares, buena parte de ellos a j¨®venes entre 15 y 30 a?os.
Que la cr¨ªtica discogr¨¢fica alemana, de peso y prestigio, premie ahora a Jordi Savall con uno de sus tres galardones honor¨ªficos por el conjunto de su trayectoria, refrenda la sabidur¨ªa y habilidad de un m¨²sico que, desde un repertorio aparentemente minoritario, ha sabido convertirse en objeto de inter¨¦s no s¨®lo de la prensa especializada, sino tambi¨¦n de los medios de comunicaci¨®n en general, que le prestan una atenci¨®n preferencial, y que ha hecho que sus conciertos hayan dejado de ser s¨®lo de inter¨¦s para los seguidores de la m¨²sica antigua para interesar a los mel¨®manos en general.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.