C¨¦sar, el anti Flo
El central, suplente en el Deportivo, vuelve como sustituto de Marchena
A C¨¦sar le embargaba ayer la responsabilidad. Al menos tres veces en un par de minutos pronunci¨® este sustantivo largo y grave. Se?al inequ¨ªvoca de que el central ovetense del Deportivo, de 26 a?os, est¨¢ ante el partido de su vida. As¨ª lo ha querido el destino: la sanci¨®n de Marchena el s¨¢bado en Mestalla y la previsi¨®n de un choque muy f¨ªsico le han abierto las puertas de la selecci¨®n. Ser¨¢ su novena internacionalidad. Poca experiencia para una cita tan grande. Y muy poco rodaje en la Liga: s¨®lo 180 minutos, siendo suplente habitual de Naybet y Andrade. "No he jugado mucho, pero me encuentro bien. Estamos convencidos de que vamos a pasar", declar¨®.
C¨¦sar sabe por qu¨¦ est¨¢ entre los 11 elegidos por I?aki S¨¢ez: por la corpulencia. Sus 1,85 metros de altura frente a los 1,94 de Flo; sus 81 kilos frente a los 86 del delantero noruego. Es el ¨²nico espa?ol que puede chocar con el espigado atacante n¨®rdico sin salir despedido. Flo, ayer, ni siquiera sab¨ªa qui¨¦n iba a ser su marcador: "?C¨¦sar? No lo conozco, pero seguro que es bueno", afirm¨®.
Si Espa?a se encuentra ante un bombardeo constante de balones al ¨¢rea, C¨¦sar es el defensa ideal por su val¨ªa en el despeje de cabeza, la contundencia y la anticipaci¨®n. Si, por el contrario, Noruega le busca la contra, con espacios por delante, el central del Depor lo pasar¨¢ mal. Es m¨¢s bien lento y sin demasiada cintura.
Cuando lleg¨® en el verano de 1999 al Deportivo con 22 a?os, procedente del Oviedo, parec¨ªa que iba a haber central en la selecci¨®n para rato. Su magn¨ªfica pretemporada le llev¨® a debutar ese 18 de agosto ante Polonia (1-2), pero su trayectoria se trunc¨® por una serie de lesiones cuando se pon¨ªa en forma. En estos a?os en el Depor nunca ha sido titular durante un largo trecho. Su mejor partido fue en la final de Copa del Centenariazo, en 2001, cuando soport¨® la embestida del Madrid en la segunda parte en el Bernab¨¦u. En el actual inicio de curso, incluso, lleg¨® a ser considerado el cuarto central, por detr¨¢s de Pablo Amo. Las malditas lesiones, de nuevo.
"Trataremos de que no se acerquen al ¨¢rea. Lo nuestro es jugar de medio campo hacia arriba", dijo C¨¦sar a modo de ahuyentar un trabajo excesivo. Y de descargar responsabilidad. No solamente est¨¢ en juego su prestigio, sino tambi¨¦n el del f¨²tbol espa?ol, muy superior en cantidad y en calidad al de su rival. Espa?a tiene 37.000 clubes y 670.000 licencias (640.000 jugadores y 30.000 entrenadores), por 1.800 y 77.000 de Noruega. Tampoco S¨¢ez se ha visto en otra ocasi¨®n tan gorda. Ni siquiera cuando logr¨® la plata ol¨ªmpica de Sydney 2000 con los sub 21.
Por todo esto, los jugadores n¨®rdicos se quitaron ayer la presi¨®n de encima. Le pasaron a Espa?a la obligaci¨®n de ganar. Lo suyo, en todo caso, ser¨ªa una gesta. En Oslo anochece a las 16.00. A esas horas, Riise, el pelirrojo del Liverpool, sali¨® ayer con el ce?o fruncido de su hotel de concentraci¨®n. Cogi¨® un taxi y se larg¨®. En el interior del hotel, sus compa?eros charlaban con los informadores. A la cabeza, el simp¨¢tico Olsen, el ex portero del Sevilla, que se expresaba con un andaluz muy jugoso. Y que dio pistas sobre c¨®mo va a jugar Noruega. "En Mestalla recibimos tantas ocasiones porque la distancia entre nuestra defensa y la delantera fue excesiva. Ma?ana
vamos a adelantar las l¨ªneas y a estar m¨¢s juntos". Es la consigna noruega. "Tenemos que llegar arriba con m¨¢s jugadores. Y tener m¨¢s el bal¨®n", abund¨® Flo. "Al menos, lo intentaremos". A pocos metros del delantero del Siena, respond¨ªa el nuevo h¨¦roe de la selecci¨®n escandinava, el meta del Rosenborg Espen Johnsen. ?Sue?a con una actuaci¨®n tan brillante como la de Mestalla? "Cada partido es diferente, pero seguro que Ra¨²l fabricar¨¢ un par de ocasiones de gol". Johnsen, al menos, ser¨¢ protegido por una defensa renovada. Ausente el capit¨¢n y organizador Berg por sanci¨®n, entrar¨¢ en su puesto el central Riseth. La otra novedad ser¨¢ Stensaas en el lateral izquierdo, avanzando a Riise al interior.
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