El 'software' y la imagen por ordenador alcanzan su esplendor con la pel¨ªcula 'Buscando a Nemo'
"Lucas prima los efectos especiales; Disney, un mundo feliz. Pixar es el mundo imperfecto", dice Carlos Baena
Carlos Baena ha animado pacientemente 361.975 plumas a siete pel¨ªcanos. Antes hab¨ªa trabajado tres semanas para quitarle la lana a una ovejita para una escena de 15 segundos; ahora Baena ha conseguido que Marlin y su amiga Dory parezcan que van nadando, arrastrados por mareas y corrientes, naufragando entre corales australianos, como si los peces fueran de verdad. El canario Baena se ha encargado de la animaci¨®n de dos de los protagonistas de la pel¨ªcula Buscando a Nemo, la ¨²ltima maravilla de la casa Pixar, especializada en filmes animados por ordenador.
"Dory tiene problemas de memoria y Marlyn est¨¢ incapacitado emocionalmente porque ha perdido a su mujer. Mientras que Nemo, su hijo, tiene una aleta rota, es un discapacitado", explica Carlos Baena. "Mientras Lucas prima los efectos especiales, y las pel¨ªculas de Disney presentan un mundo feliz, en Pixar siempre se intenta mostrar un mundo imperfecto. Es lo que me gusta de Pixar".
Este canario de 28 a?os aterriz¨® en Estados Unidos sin saber qu¨¦ iba a ser de su vida, pero lleg¨® a San Francisco en 1994 y se matricul¨® en Arte, Animaci¨®n Imagen y Sonido. Cuatro a?os despu¨¦s se fue a Portland para realizar los anuncios de los dulces M&M. Hace dos entr¨® en la factor¨ªa Pixar.
En los estudios Pixar, sin cita previa no se llega ni al aparcamiento. No es por miedo al terrorismo, sino al espionaje industrial. Si se consigue entrar, Pixar se acerca mucho al para¨ªso laboral. "Aunque se trabaja mucho, la gente sabe pas¨¢rselo bien", comenta Baena mientras almuerza en la terraza. Algunos compa?eros juegan al f¨²tbol en un c¨¦sped impecable, otros al voleibol y hay quien nada en la piscina. Se respira cierta relajaci¨®n tras el ¨¦xito de Nemo, fruto de tres a?os de trabajo de 120 personas, 50 de ellas del departamento de animaci¨®n, el del canario.
Despu¨¦s de los caramelos,Baena fich¨® por Lucasfilm. "Anim¨¦ el cangrejo verde de La Guerra de las Galaxias. Me habr¨ªa gustado que Lucas valorase m¨¢s la historia que los efectos especiales".
El moderno hall, luminoso y amplio, es la zona com¨²n de la empresa: dianas, futbolines, billares y un restaurante donde hay una sopa mexicana que levanta la boina. Fuera del hall, las fotograf¨ªas est¨¢n absolutamente prohibidas, bajo riesgo de expulsi¨®n.
Baena trabaja en el departamento de producci¨®n, donde cada animador se monta el despacho a su gusto. Alguno la ha convertido en un refugio de monta?a. Baena fue m¨¢s radical. "Dijeron que pod¨ªamos hacer lo que quisi¨¦ramos y tir¨¦ una pared. Se mosquearon un poco, pero mientras tu trabajo sea bueno...".
Baena ha llenado la oficina con juguetes, maquetas, dibujos y unos cuantos ordenadores. Al lado hay un music hall, con piano y bater¨ªa. "Para relajarnos". Y otro extra?o cuarto, empapelado de espejos. "Somos m¨¢s actores que dibujantes o inform¨¢ticos. Yo vengo aqu¨ª bastante a hacer caras. Las grabo y luego las estudio para plasmar esos gestos en mis animaciones".
Con Buscando a
Nemo, todo Pixar cogi¨® complejo de pez. De entrada, los directores se largaron a Hawai a practicar el submarinismo. A la tropa les colocaron peceras llenas de animalitos de colores. "Se trataba de estudiar sus movimientos, sus h¨¢bitos, su colorido, el movimiento del agua".
Icti¨®logos llegados de universidades les ense?aron el sistema locomotriz de los peces. Marlin, por ejemplo, es un remador, se impulsa moviendo las aletas pectorales horizontalmente; en cambio, Dory es pez de aleta, se impulsa moviendo las aletas arriba y abajo. En consecuencia, los movimientos del padre eran m¨¢s fluidos y ¨¢giles que los de Dory, que tiene que aletear fren¨¦ticamente.
"Antes de que empecemos nosotros, la pel¨ªcula pr¨¢cticamente est¨¢ acabada en storyboard. A nosotros nos llega con los di¨¢logos, las voces grabadas, el gui¨®n, planos, secuencias", explica Baena. "Mi labor es animar el personaje cuando por ejemplo, dice, 'Hola, ?como est¨¢s?'. Es darle vida; darle esos gui?os que le van a convertir en personaje ¨²nico y casi real. Mi ¨ªdolo es Brett Coderre, un genio. Anima al pececito azul cuando habla como una ballena. S¨®lo con cuatro gestos".
La animaci¨®n es s¨®lo una parte del problema. Cada efecto, las salpicaduras del agua, por ejemplo, acarrean el desarrollo de un software espec¨ªfico. En casi todas las escenas interviene alg¨²n tipo de programa de simulaci¨®n o de movimiento simulado. "T¨¦cnicamente", dice John Lasseter, director de Toy Story, "hemos llegado a unos l¨ªmites que jam¨¢s se hab¨ªan alcanzado".
Steve Jobs, el Walt Disney del siglo XXI
Steve Jobs pasar¨¢ a la historia, aunque no se sabe por qu¨¦. Quiz¨¢s por haber creado el primer ordenador dom¨¦stico (Apple, 1976), o por la primera pel¨ªcula generada por ordenador (Toy Story, 1995) o por popularizar la venta de m¨²sica en Red (iTunes, 2003).
Jobs dirige Apple y Pixar. La tecnol¨®gica al sur de San Francisco, en Silicon; la cinematogr¨¢fica al norte, en Emeryville. Jobs posee el 55% de las acciones de Pixar, que ya valen cuatro veces m¨¢s que las que tiene de Apple.
Jobs pasa cuatro d¨ªas en Apple y s¨®lo uno en Pixar. Ya se ve qu¨¦ empresa le da m¨¢s dolores de cabeza. Desde que fund¨® Pixar, en 1986, tiene el reconocimiento de la cr¨ªtica y del pueblo..
Oscars y Grammys jalonan cada obra de Pixar: cortos, anuncios y, sobre todo, sus pel¨ªculas: Toy Story (1995); The Bug's life (1998); Toy Story 2 (1999); Monsters Inc (2001).
Cada una, la m¨¢s taquillera del a?o. Ahora Buscando a Nemo ha superado a El rey Le¨®n. Por eso se dice que Jobs es el Walt Disney del siglo XXI.
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