A priori, lo que me tira es el 'funky'
"Met¨ª las manos en los guantes de matar y ah¨ª estabas, en el bar", suena, a todo volumen, en el interior del Opel Corsa estacionado frente al bar Zurich. "Un crimen pasional, passsionaaaal...". Estoy sentada junto al conductor, un hombre en pijama de rayas que fuma y observa mis reacciones al o¨ªr el tema. En el asiento trasero del coche hay un televisor port¨¢til, otro pijama, un almohad¨®n de corazoncitos, botellas vac¨ªas de Jack Daniels, un teclado, libros, discos y libretas. El hombre del pijama de rayas sube el volumen: "Y es que desde que te fuissste quiero sentirme fresh...". Es un hombre guapo y no demasiado mugriento. Usa pantuflas de las de andar por casa. Vive en el coche. Se llama Philip Truh¨¢n, y lo que suena en el aparato reproductor es su primera maqueta profesional. "Yo no soy un ni?ato de esos que pretenden morderte la yugular, estoy hecho un veterano, una leyenda. Yo soy un currante y estoy luchando mucho por tu amor".
Las voces que oye Philip Truh¨¢n, en vez de decirle que le persiguen los extraterrestres, le dictan las letras de sus canciones
La voz de Philip Truh¨¢n me parece una mezcla entre la de Serge Gainzbourg (ya saben, el que cantaba Je t'aime con Jane Birkin) y la de un obseso sexual telef¨®nico. Aunque las letras de los temas y la manera guasona de recitarlas me hace pensar un poco en Massiel, en esa ¨¦poca en que a Massiel le dio por el rap. (Si quieren profundizar en lo de Massiel y el rap vayan a discos Castell¨® y pidan Canci¨®n para una esposa triste o similares).
Mientras escuchamos Desde que fuiste, mucho dirty love, otro de los hits de Truh¨¢n, un se?or de negro llama a la ventanilla. Lleva un corte de pelo caro, ropa elegante y zapatos lustrosos. Truh¨¢n abre la puerta, le da la mano y le invita a pasar. El se?or de negro se presenta: "Soy 'el hombre de las mil voces', el productor de la primera maqueta profesional de Philip Truh¨¢n". Y a continuaci¨®n me cuenta que trabaja de showman en la sala de fiestas Sutton. Su n¨²mero m¨¢s aplaudido consiste en cantar We are the world, we are the children, pero imitando todas las voces de todos los int¨¦rpretes, empezando por la de Tina Turner y acabando por la de Michael Jackson, el pobre. (Siento que, desde que voy a dormir tan temprano, me estoy perdiendo un mundo).
En el asiento delantero del Opel Corsa del rapero que estoy intentando lanzar al estrellato, me tomo un g¨¹isqui y apunto los datos m¨¢s relevantes de su biograf¨ªa. Apunto, por ejemplo, que se considera el creador del "sonido fresh". Seg¨²n ¨¦l, el "sonido fresh" es una especie de pulsi¨®n sexual que necesitamos. Me cuenta tambi¨¦n que sufre trastornos de la personalidad y que oye voces en el interior de la cabeza. Pero las voces le han ido muy bien para su carrera. Parece ser que las voces, en lugar de decirle que le persiguen los extraterrestres, que es lo habitual, le dictan las letras de los temas. "Un d¨ªa, las voces me dijeron: 'fresh, fresh, sonido fresh... Enti¨¦ndelo, esto y lo otro, pim pam, esto es lo que hay". Recojo uno de los papeles del suelo. Es la letra de su hit Nice price, la historia de uno que roba un CD en la Fnac. "Vosotros me dijisteis nice price, y a¨²n lo estoy pagando", leo. Es la t¨ªpica canci¨®n basada en hechos reales.
Actualmente, vive de los trapicheos. Se march¨® de Catalu?a en el a?o 1992, para no vivir las Olimpiadas, una celebraci¨®n que se tom¨® como una afrenta contra su persona. Estuvo en Par¨ªs, donde le fue de pena. Volvi¨® y se gan¨® la vida teniendo accidentes para estafar a las compa?¨ªas aseguradoras. No le interesa la m¨²sica, pero cree que tiene que cantar por amor a nosotros, para transmitirnos el mensaje. Pasa muchas tardes en Sant Just Desvern observando a las colegialas en las paradas de los autobuses. "En Sant Just hay muchas m¨¢s colegialas que en Barcelona", suspira. "All¨ª las dejan m¨¢s libres que en la gran ciudad". Y para que comprenda su amor por las faldas escocesas, se pone a rapear: "Son ya m¨¢s de las dos y el insti est¨¢ cerradooo. ?Qui¨¦n es el mendas que te acerca a casa? No estoy seguro de que este coche sea el suyo. Hay mucha maldad en sus ojos, colegiala". Creo que es el productor quien me cuenta que en los guetos negros de las grandes ciudades norteamericanas las adolescentes escuchan canciones de Bobby Brown (ya saben, el marido de Witney Houston), que llevan t¨ªtulos como College girl o cosas por el estilo. Y que la m¨²sica de Truh¨¢n tiene algo de este rollo. Y que Truh¨¢n necesita un contrato discogr¨¢fico. Que es el m¨²sico del momento, el m¨¢s moderno. Tiene raz¨®n. Managers, espabilen. Contraten a este indigente que aspira a vivir gratis y va en pijama porque dice que el mundo es su casa.
En el coche hay papeles por todas partes, una cafetera de la marca El Mayordomo, cuatro calculadoras de euros, dos tostadoras, dos secadores de pelo, botellas vac¨ªas de zumo Granini, rollos de papel Colhogar y la letra de la canci¨®n Primero fuiste t¨² y luego la musiquein. Tambi¨¦n veo el libro Radio libre Albemut, de Philip K. Dick. Le pregunto por qu¨¦ raz¨®n tiene tantos secadores y tostadoras entre la mugre. Se ve que trabaj¨® en La Caixa y rob¨® los regalos que se ofrecen a los clientes que acumulan puntos. "Coge una cafetera, si quieres", me propone, caballeroso. "O una calculadora de euros. A las mujeres os gustan los regalos de La Caixa. Os gustan las cosas robadas". Me quedar¨¦ el secador.
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