La Universidad de Oxford honra a Vargas Llosa
El autor celebra su doctorado 'honoris causa' como "un reconocimiento a la lengua espa?ola"
El reloj dio ayer marcha atr¨¢s hasta situar la ceremonia de entrega de los doctorados honoris causa de la Universidad de Oxford en una atm¨®sfera medieval, ceremonia que reconoci¨® la labor de una decena de personalidades, entre ellas el escritor hispanoperuano Mario Vargas Llosa. Presidido por el nuevo rector, el comisario europeo Chris Patten, y conducido en lat¨ªn, el solemne acto sirvi¨® como punto de encuentro de acad¨¦micos, pol¨ªticos, literatos y empresarios. "Me siento abrumado por el peso de los siglos", se?al¨® Vargas Llosa tras recoger la distinci¨®n como doctor honoris causa de la Universidad de Oxford. Hoy el escritor viaja a Honduras, en donde recibir¨¢ el doctorado honoris causa de la Universidad de Tegucigalpa.
"Me parece bien que se guarden las tradiciones. La civilizaci¨®n tambi¨¦n se asienta en rituales"
"Yo siempre he sido oveja negra, pero cisne negro... suena un poco inusitado"
Con una toga a dos colores, roja y gris¨¢cea, distintivos del campo de las letras, el escritor hispanoperuano particip¨® ayer en la solemne gala especial de esta antiqu¨ªsima instituci¨®n. Celebraban la entrega de los primeros t¨ªtulos honor¨ªficos concedidos por el ex ministro conservador Chris Patten, en su nuevo papel como rector de la universidad.
Uno de sus antecesores, Robert Cecil, marqu¨¦s de Salisbury, reparti¨® en 1870 medio centenar de distinciones, pero Patten limit¨® su prerrogativa a una decena. Seleccion¨® distinguidas personalidades sin aparente conexi¨®n en su labor profesional, pero enlazadas por un compromiso con la sociedad. El profesor Jonathan Spence, historiador especializado en China, fue distinguido, junto con Vargas Llosa, con un doctorado en Artes.
El padre de la orden dominicana Timothy Radcliffe fue distinguido en Divinidad y, entre los homenajeados en Derecho Civil destacaron Giuliano Amato, ex presidente de Italia; Bill Bradley, ex senador estadounidense; lord Carrington, ministro conservador en tiempos de la guerra de las Malvinas, y Dama Jennifer Jenkins, destacada defensora del patrimonio arquitect¨®nico del Reino Unido.
Se observ¨® la tradici¨®n y tambi¨¦n la disciplina en las distintas fases de la ceremonia. Bedeles con mazos de plata encabezaron la comitiva en su desfile por las calles c¨¦ntricas de Oxford. Un paje portaba la gran capa del rector y comisarios universitarios preven¨ªan cualquier distracci¨®n del cortejo. Un matrimonio latinoamericano intent¨® conversar con Vargas Llosa, pero s¨®lo hubo margen para transmitirle una fugaz felicitaci¨®n.
"Me parece bien que se guarden las tradiciones. La civilizaci¨®n tambi¨¦n se asienta en rituales, el respeto por las formas y las ceremonias. Para un escritor, la forma es muy importante, ya que da contenido a la materia. La tradici¨®n no es incompatible con el progreso", defendi¨® el autor de La ciudad y los perros, su novela que acaba de cumplir cuarenta a?os de trayectoria editorial.
Su ¨²ltima obra, El Para¨ªso en la otra esquina, sali¨® a relucir entre los honrados en Oxford. El padre Radcliffe dijo haber disfrutado con la lectura del libro y, en presencia de la mujer e hija de Mario Vargas Llosa, adem¨¢s de la responsable de su editorial en Espa?a, Isabel de Polanco, consejera delegada del Grupo Santillana, predic¨®: "El para¨ªso no est¨¢ ni en un libro ni en ning¨²n otro sitio, pero tenemos que seguir busc¨¢ndolo".
Un para¨ªso de calma, endulzado por los c¨¢nticos del coro de Christ Church, catedral de Oxford, y uno de sus m¨¢s antiguos colleges, inund¨® el interior del teatro Sheldonian, donde se entregaron las distinciones. El orador oficial brind¨® tributo, declamando en lat¨ªn, a los inminentes doctores, destacando sus logros m¨¢s relevantes.
A Vargas Llosa le compar¨® con "un cisne negro" por su "inusitada combinaci¨®n" de carreras profesionales: en la vida p¨²blica, como fundador del "movimiento popular Libertad" en su fallida candidatura a la presidencia peruana; en el campo de las letras, como autor "imaginativo, perceptivo y maestro en la descripci¨®n del coraz¨®n humano". "Yo siempre he sido oveja negra, pero cisne negro... suena un poco inusitado", admiti¨® el escritor entre risue?o y perplejo.
La presencia hispana crece en Oxford. El pasado verano, en la ceremonia del nombramiento de Patten como rector de la universidad, cargo eminentemente ritual, el tenor Pl¨¢cido Domingo recogi¨® su doctorado honoris causa. Y, ayer, Helena Puig Larrauri asisti¨® al tributo brindado al autor hispanoperuano en calidad de presidenta del sindicato de los estudiantes de la prestigiosa instituci¨®n.
Vargas Llosa, por su parte, quiere llenar de materia su t¨ªtulo honor¨ªfico y, seg¨²n confirm¨® ayer, regresar¨¢ a Oxford en la primavera para dar nueve conferencias sobre Victor Hugo y su obra magistral Los miserables. "Llevaba nueve a?os escribiendo novelas y ten¨ªa ganas de hacer algo distinto. He recuperado este viejo proyecto sobre Victor Hugo con la intenci¨®n de escribir un ensayo", afirm¨® ayer.
A nivel oficial, la relaci¨®n de Vargas Llosa con Oxford se sell¨® en v¨ªsperas del nuevo milenio. El autor fue nombrado "profesor invitado" a la c¨¢tedra Weidenfeld en literatura europea comparada durante el curso 2000-2001. Sin embargo, en esa ocasi¨®n, el alumnado se vio privado de la presencia en las aulas o seminarios del reconocido literato, seg¨²n se?al¨® ayer una portavoz de la instituci¨®n. "Celebramos sus planes de venir a Oxford como ponente en las conferencias de literatura previstas el a?o pr¨®ximo", afirm¨®.
Vargas Llosa regres¨® por la tarde a su residencia de Londres para ultimar los preparativos de un viaje, hoy, a Honduras, donde recibir¨¢ el doctorado honoris causa de la Universidad de Tegucigalpa. Ayer no pod¨ªa recordar el n¨²mero de t¨ªtulos honor¨ªficos que ha cosechado desde su primer tributo internacional, en 1976, como miembro honorario de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, pero, seg¨²n asegur¨®, "ninguna ceremonia ha sido tan solemne como la de Oxford".
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