Una vacuna contra el maltrato
La figura del mediador, que arbitra una acuerdo extrajudicial en las separaciones, es clave para prevenir la violencia dom¨¦stica
Ella se sent¨® frente a la abogada y dijo: "Vengo aqu¨ª porque me da miedo salir un d¨ªa de la tienda, de trabajar, y que venga ¨¦l y me d¨¦ un golpe. Lo ¨²nico que quiero es dejarle y no verlo m¨¢s". ?l se sent¨® despu¨¦s frente a la misma abogada y dijo: "No s¨¦ por qu¨¦ he venido, yo no tengo ning¨²n problema, ella lo ¨²nico que quiere es sacarme el dinero y quitarme al ni?o".
Las estad¨ªsticas demuestran que el 90% de las mujeres v¨ªctimas de malos tratos los sufren durante la crisis de la separaci¨®n de la pareja y, seg¨²n las ¨²ltimas cifras del Instituto de Pol¨ªtica Familiar, cada 4,6 minutos se produce una ruptura matrimonial en Espa?a. El pr¨®ximo martes, el 25 de noviembre, es el D¨ªa Internacional contra los Malos Tratos y la semana pasada cinco mujeres -este a?o ya van 63- eran asesinadas por sus compa?eros sentimentales. Todas estaban en proceso de separaci¨®n.
"El fin es que lleguen a un acuerdo e imponer la raz¨®n al desbarajuste emocional que viven"
La mayor¨ªa de los 115.000 casos de separaci¨®n y divorcio van por v¨ªa contenciosa
La mediaci¨®n y la figura de los mediadores cobran fuerza en Espa?a como f¨®rmula extrajudicial alternativa, m¨¢s econ¨®mica y menos costosa emocionalmente y, sobre todo, como vacuna contra los malos tratos.
"Permite evitar la v¨ªa contenciosa, que es mucho m¨¢s cara, porque cada parte requiere un abogado y un procurador; que es mucho m¨¢s costosa emocionalmente, porque los abogados tienden a cargar las tintas contra el otro para que gane su cliente y enconan el conflicto; y que es mucho m¨¢s larga y tard¨ªa (como m¨ªnimo un a?o) porque el atasco en los juzgados es brutal". Habla Florentina Carrasco, abogada y miembro de la asociaci¨®n Enmediaci¨®n, que desarrolla programas p¨²blicos de mediaci¨®n en los ayuntamientos de Guadarrama y El Escorial, con cargo al presupuesto de Malos Tratos.
Carrasco, junto a Mar¨ªa Jes¨²s S¨¢nchez, tiene adem¨¢s un despacho privado como abogada de familia y asegura que, tras recibir una formaci¨®n de dos a?os en mediaci¨®n y trabajar como voluntarias en la asociaci¨®n, les proponen a todos sus clientes la posibilidad de mediar en lugar de utilizar la v¨ªa contenciosa, pese a que ¨¦sta les es m¨¢s rentable econ¨®micamente.
"Descubrimos otra manera de hacer nuestro trabajo mucho m¨¢s humana. Nuestra labor en un caso de separaci¨®n contenciosa es m¨¢s fr¨ªa y, al final, tu objetivo es que gane m¨¢s tu cliente, sin tener en cuenta la circunstancia concreta de la pareja que se separa. En la mediaci¨®n el objetivo es que ellos, por s¨ª mismos, lleguen a un acuerdo y consigan que la raz¨®n se imponga al desbarajuste emocional que viven en ese momento y que puede tener reacciones imprevisibles", explica. Aun as¨ª, hay parejas que van directamente a la v¨ªa judicial. Pese a la existencia de estos servicios, la mayor parte de los 115.000 casos de separaciones y divorcios que aproximadamente hay en Espa?a cada a?o se tramitan por la v¨ªa contenciosa.
El resultado es un gran atasco de asuntos en los juzgados que ha llevado esta misma semana al ministro de Justicia, Jos¨¦ Mar¨ªa Michavila, a proponer la modalidad de juicios r¨¢pidos tambi¨¦n para los divorcios. Pero no s¨®lo eso, el hecho de que sea un juez quien decida e imponga, sobre la base de la ley, c¨®mo debe organizarse la vida futura de una pareja tras su separaci¨®n supone en m¨¢s de un 90% de los casos un reiterado incumplimiento de las sentencias, con sus correspondientes denuncias. Parad¨®jicamente, la Justicia acaba resultando injusta para las partes que, por regla general, quedan insatisfechas.
"La prueba de que la mediaci¨®n funciona es que, justo al contrario, en el 96% de los casos, el acuerdo de separaci¨®n firmado por la pareja [convenio de regulaci¨®n] se cumple sin incidentes y se puede actualizar en caso de que cambien sus circunstancias", explica Soledad Ortega, presidenta de la Asociaci¨®n de Mediaci¨®n e Intervenci¨®n Familiar (Amifam), que gestiona, con financiaci¨®n de la Comunidad de Castilla-La Mancha, un centro de mediaci¨®n gratuito en cada provincia, con entre 6 y 12 profesionales especializados en mediaci¨®n que, en los tres a?os que llevan funcionando, han atendido a casi 1.400 parejas.
Otros centros como el que dirige en Madrid con alcance nacional Trinidad Bernal, doctora en Psicolog¨ªa e impulsora de los programas de mediaci¨®n en Espa?a, llevan en marcha desde principios de los noventa y hoy atienden a 250 o 300 parejas al a?o, con listas de espera de hasta 100 personas.
"La experiencia nos dice que la mediaci¨®n es una medida preventiva del maltrato porque, al separarse bien, la conflictividad disminuye. Sin necesidad de que haya existido violencia previa a la separaci¨®n, puede haber reacciones muy fuertes porque las emociones se disparan y se pierde la racionalidad", explica Bernal.
Aunque parezca contradictorio, uno de los requisitos para entrar en un programa de mediaci¨®n, adem¨¢s de que uno o los dos hayan tomado la decisi¨®n de separarse y de que no hayan iniciado los tr¨¢mites legales para hacerlo, es que no exista una situaci¨®n de maltrato. La raz¨®n: "Una persona maltratada, dominada por otro o coaccionada, no est¨¢ en condiciones de igualdad para llegar a un acuerdo justo, que es el objetivo, y, por tanto, cuando se detecta un maltrato se interrumpen las sesiones de mediaci¨®n y se deriva el caso adonde corresponda: polic¨ªa, servicios sociales, centros de mujeres, etc¨¦tera", explica Ortega.
Los datos recogidos por unos y otros centros revelan que son las mujeres las que acuden m¨¢s a los centros (en un 70% de los casos). Adem¨¢s conocen la existencia del servicio por otros usuarios o porque han sido derivadas desde otros servicios p¨²blicos. Normalmente se trata de parejas de entre 30 y 40 a?os, casados, con hijos y con m¨¢s de 10 a?os de convivencia. Las conductas agresivas aparecen como la tercera causa de separaci¨®n, despu¨¦s de la falta de comunicaci¨®n y la incompatibilidad de caracteres.
Los acuerdos suelen alcanzarse entre la cuarta y la sexta sesi¨®n, que son semanales y de una hora y media o dos. Eso significa que en dos meses el caso est¨¢ resuelto, a falta de que un letrado presente el convenio regulador alcanzado en el juzgado correspondiente y sea ratificado por el juez. Esto, que es un mero tr¨¢mite procesal, suele costarles a las parejas el m¨®dico precio de 500 euros, que es el coste m¨¢ximo del proceso seguido por la v¨ªa p¨²blica, frente a los m¨¢s de 1.800 euros que le cuesta a cada parte la separaci¨®n contenciosa.
"Hay dos momentos clave. Uno es conseguir que vengan los dos. Por eso se empieza con sesiones individuales en las que se les explica el programa y se escuchan sus versiones por separado, para que valoren la imparcialidad del servicio. Y si alguno es muy reacio a venir, se le llama por tel¨¦fono y se le invita. El segundo momento es reconducir la negociaci¨®n cuando una de las partes no acepta la separaci¨®n. Ah¨ª hay que quitarles los miedos y hacerles ver que su futuro no tiene por qu¨¦ ser tan desastroso si el acuerdo, que est¨¢ en su mano negociar, es bueno", a?ade Ortega.
El resultado de las mediaciones lo valoran por escrito los propios usuarios. Ella pon¨ªa: "Deber¨ªa haber campa?as para que la gente conociera los servicios de mediaci¨®n, que ayudan a resolver toda clase de conflictos". Y ¨¦l escrib¨ªa: "Al principio cre¨ª entrar en un sitio donde todo el apoyo iba dirigido hacia la mujer (por ejemplo, denuncias de malos tratos, etc¨¦tera) y conforme pas¨® el tiempo vi que no era un impedimento para seguir adelante y sirvi¨® para que ella se diera cuenta de que yo estoy siempre trabajando y ella siempre en casa".
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