Autoinmolaci¨®n femenina

Coincide felizmente en la editorial Siruela la publicaci¨®n de La puerta secreta con la reedici¨®n de El muro, la terrible robinsonada feminista que dio fama internacional a Marlen Haushofer (Frauenstein, 1920-Steyr, 1970). Con ella ya est¨¢n al alcance del lector espa?ol los tres libros m¨¢s importantes de esta extraordinaria autora austriaca. Su ¨²ltima novela, La buhardilla, se tradujo al castellano en 1998 (Ediciones Trea, Gij¨®n). Y aunque en La puerta secreta todav¨ªa no se manifiestan el dominio formal y la madurez argumentativa posteriores, deslumbra por la gran agudeza con que se describe el proceso de una autoinmolaci¨®n amorosa como salida a una existencia anodina, am¨¦n de introducir un universo narrativo verdaderamente singular, capaz de cuestionar nuestros esquemas gen¨¦ricos y nuestro orden social.

Annette es una bibliotecaria de treinta a?os, inteligente, emancipada, delicada, que disimula su creciente soledad con amor¨ªos insignificantes. Al conocer el amor pasional, en un hombre "de brutal vitalidad", abandona su vida independiente y se deja encerrar en una jaula dorada.

Haushofer transparenta la falsedad de la uni¨®n, directamente desde el mon¨®logo interior de la protagonista, que gana de esta manera un formato intelectual y humano impresionantes.

Annette analiza fr¨ªamente,

en un diario, su entrega incondicional a este amor, que acepta "para no recaer en el estado de petrificaci¨®n", por la sensaci¨®n de sentirse viva: "Uno no es ciego cuando ama; reconoce los errores de la persona amada con tanta precisi¨®n como los propios y comienza a depositar amor sobre las partes sarnosas. Pero el mal asoma una y otra vez. As¨ª no funciona, hay que amar a la sarna misma".

La cr¨ªtica social que encierra esta historia de apariencia trivial, va mucho m¨¢s all¨¢ de una simple queja sobre la incompatibilidad entre el hombre y la mujer, que se le ha atribuido habitualmente: "Y es que siempre me ha conmovido la ceguera y la tosquedad de los hombres, con el agravante de que ahora esos defectos empiezan a producirme miedo. Esa torpeza, aparentemente simp¨¢tica, encierra algo espantoso e inhumano: un no-estar-interesado en la vida org¨¢nica. Veo en el noticiario semanal a chicos y a hombres de todas las edades apostados ante las im¨¢genes del ¨²ltimo cohete o ante los innumerables parques automovil¨ªsticos. Un escalofr¨ªo me recorre la espalda al contemplarlos". Haushofer detecta con severa objetividad los mecanismos de deshumanizaci¨®n y enajenaci¨®n impuestos por la vida moderna en el hogar familiar y en la pareja. El precio de su funcionamiento lo pagan las mujeres, como argumenta, con rotunda claridad, esta preciosa novela fatalista.