Examen

El principal problema de la LOGSE, la ley de educaci¨®n que dise?aron los socialistas, era que no ten¨ªa los pies en la tierra. La promoci¨®n autom¨¢tica de los alumnos hubiese sido una buena idea si cada profesor hubiera tenido cinco alumnos. Con veinticinco chavales por clase la promoci¨®n autom¨¢tica era un disparate. Y lo mismo suced¨ªa con otros aspectos. Sobre el papel aquella LOGSE era una ley mod¨¦lica, pero sus autores olvidaron que en Espa?a ni siquiera los socialistas est¨¢n dispuestos a invertir en instrucci¨®n p¨²blica. ?La raz¨®n? Que el dinero de la ense?anza tarda mucho m¨¢s de cuatro a?os en lucir, y es pr¨¢cticamente imposible rentabilizarlo electoralmente. Es necesario el paso de varias generaciones para comprobar si los gobernantes se han ocupado del verdadero progreso o si, como parece, nos han dejado en la estacada.

El PP ha aprovechado los desastres producidos por una ley ambiciosa y sin dinero para colarnos de rond¨®n la LOCE, esa norma que hace obligatoria otra vez la asignatura de religi¨®n. En el caso de la promoci¨®n autom¨¢tica, la LOCE acaba con ella recuperando los ex¨¢menes extraordinarios. El a?o que viene un alumno de secundaria que hoy pasa de curso con asignaturas suspensas tendr¨¢ que aprobar un examen adicional, si no quiere repetir.

Como la ley deja libertad a las comunidades aut¨®nomas para fijar su fecha, la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Junta lo ha colocado entre el 23 y el 30 de junio, es decir al d¨ªa siguiente del final de curso, sin tiempo para que el alumno que ha suspendido alguna materia (incluida la religi¨®n) pueda repasarla. Otro est¨ªmulo, como ven, para que los ni?os vuelvan a confiar en las estampitas de la Virgen y en el poder del Esp¨ªritu Santo.

Los profesores, naturalmente, est¨¢n en contra. El valor pedag¨®gico de la prueba, dicen, queda anulado si ¨¦sta se celebra reci¨¦n terminado el curso. A los sindicatos tampoco les entusiasma. Los ¨²nicos satisfechos son el director de planificaci¨®n y ordenaci¨®n de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, Manuel Alcalde, y la Codapa, la asociaci¨®n de padres mayoritaria en la ense?anza p¨²blica, que no quiere ver a sus ni?os hincando los codos durante el verano. S¨®lo faltar¨ªa que el dichoso examen fastidiase adem¨¢s las vacaciones de los padres. Alcalde justifica la chapucilla diciendo que en realidad no es un examen, sino una prueba adicional que completa la informaci¨®n del profesor. Y viene a decir algo m¨¢s: que fij¨¢ndola de modo que el alumno no tenga tiempo para estudiar se favorece a los pobres, ya que as¨ª se impide que los ricos puedan pagarle a sus hijos un profesor particular.

Como no conozco al se?or Alcalde, doy por hecho que est¨¢ bromeando y que ¨¦l sabe mejor que yo que una pol¨ªtica social no consiste en impedirle nada a nadie, sino en facilitarle las cosas al que no puede pag¨¢rselas. Pero ya est¨¢ bien de bromas, hombre. Si el inter¨¦s de la Consejer¨ªa por la ense?anza y los desfavorecidos fuera genuino contratar¨ªa profesores de apoyo que dieran clases extraordinarias durante todo el mes de julio. Eso no cuesta mucho, y adem¨¢s qu¨¦ importa el dinero; Andaluc¨ªa est¨¢ imparable.