'La sonrisa del payaso' siembra el p¨¢nico
Cunde el miedo en la Ciudad Universitaria por la supuesta oleada de ataques de neonazis, aunque s¨®lo consta una agresi¨®n
Cualquier estudiante ha o¨ªdo esta historia. Una chica, residente en uno de los colegios mayores universitarios de la zona de Metropolitano, esperaba por la noche sola en la parada del autob¨²s 132. Pas¨® un coche con cuatro j¨®venes de aspecto skinhead y se pararon frente a ella para pedirle un cigarrillo. Ella dijo que no ten¨ªa. El coche dio la vuelta a la manzana y volvi¨® a pasar por el lugar minutos despu¨¦s. Se bajaron, rodearon a la chica y le dieron tres opciones: "Te violamos, te rompemos los dientes contra un bordillo o te hacemos la sonrisa del payaso".
Esta ¨²ltima opci¨®n consiste en hacerle a la v¨ªctima dos peque?os cortes en las comisuras de los labios y, a golpes, obligarle a gritar para que se desgarre la cara. Cualquier estudiante al que se pregunte en la zona de los colegios mayores de la Complutense est¨¢ convencido de que ha habido al menos una estudiante v¨ªctima de la sonrisa (tambi¨¦n se conoce como el joker) en las ¨²ltimas dos semanas. Y de que los autores son un grupo de skinheads neonazis que act¨²an en esa zona.
Cortan la comisura de los labios y obligan a la v¨ªctima a gritar para que se desgarre la cara
La historia ha recorrido como la p¨®lvora la Ciudad Universitaria. Es m¨¢s, se ha trasladado al rectorado de la Universidad Complutense y a los medios de comunicaci¨®n la cifra de 16 agresiones neonazis en noviembre. La preocupaci¨®n ha pasado de los estudiantes a los responsables de los colegios, de ¨¦stos a los ¨®rganos de gobierno de la Complutense, hasta llegar a la Delegaci¨®n del Gobierno en Madrid y al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.
Pero a la preocupaci¨®n se ha sumado el desconcierto, al intentar recopilar los datos que sostienen esta situaci¨®n de p¨¢nico. Que un grupo de cabezas rapadas se re¨²ne o se ha reunido en la esquina de Reina Victoria con Beatriz de Bobadilla (frente a la Delegaci¨®n de Hacienda) lo atestiguan varias pintadas en las paredes, tales como cruces gamadas. Pero la polic¨ªa s¨®lo tiene constancia de una denuncia reciente en la zona, seg¨²n un portavoz, realizada por un grupo de j¨®venes que se sinti¨® acosado por otro grupo de est¨¦tica skin. No lleg¨® a haber un delito que registrar. En noviembre, un inmigrante ecuatoriano recibi¨® una paliza en la boca de metro de Metropolitano. En cuanto a la sonrisa, la polic¨ªa no tiene constancia de que haya ingresado nadie con una herida semejante en los hospitales de Madrid. "Si alguien llega a un hospital con una herida as¨ª, el m¨¦dico avisa a la polic¨ªa con denuncia o sin ella", asegura rotundamente un portavoz policial.
Los directores de los colegios mayores se reunieron hace unos d¨ªas a ra¨ªz de los rumores. Tras estar varias horas pregunt¨¢ndose unos a otros, llegaron a la conclusi¨®n de que ning¨²n alumno de ning¨²n colegio mayor ha sido agredido en los ¨²ltimos meses. Tampoco hab¨ªan descubierto ninguna pintada o destrozo en sus colegios. "?bamos todos a escuchar a los dem¨¢s", detalla uno de los directores presentes. "Y nos dimos cuenta de que ninguno ten¨ªa nada que contar", agrega.
En aquella reuni¨®n, los directores estaban convencidos de que pondr¨ªan nombres y apellidos a los agredidos y localizar¨ªan las pintadas y destrozos que tambi¨¦n supuestamente se han visto en la zona. Porque, como dice la directora del colegio Miguel Antonio Caro, nombrada portavoz de este asunto, "un colegio mayor es un sitio donde se vive 24 horas al d¨ªa todo el a?o, y todo se sabe, hasta lo m¨¢s m¨ªnimo y personal".
A pesar de esta certeza, los directores de colegios mayores hicieron p¨²blica, el pasado viernes, una nota en la que se dec¨ªa prudentemente que los hechos violentos "son limitados en n¨²mero y gravedad a tenor de la informaci¨®n que hemos podido verificar, en contraste con las informaciones que se han difundido". El rector de la Complutense, Carlos Berzosa, solicit¨® al delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansu¨¢tegui, que aumente la presencia policial en la zona. La petici¨®n ha sido atendida, pero a¨²n no ha habido resultados de ese incremento en la vigilancia. "Estamos investigando, pero a¨²n no hay nada concreto", dice un portavoz policial.
Algo parecido ocurre si se pregunta a los estudiantes. El jueves pasado por la tarde, estudiantes de la cafeter¨ªa del Loyola aseguraban que en ese colegio mayor no se conoc¨ªan agresiones, pero s¨ª en el Mara, el colegio vecino. En el Mara, los estudiantes presentes en ese momento en la cafeter¨ªa tampoco conoc¨ªan ning¨²n caso, pero cre¨ªan que s¨ª lo hab¨ªa en el colegio Chaminade, a unos 50 metros. El director del colegio Chaminade, Jos¨¦ Ignacio Gautier, asegur¨® tambi¨¦n que ninguno de sus residentes hab¨ªa sido agredido, ni conoc¨ªa ning¨²n caso.
A pesar de ello, "hay gente que no se atreve a subir la cuesta por la noche [hacia el paseo de Reina Mercedes]", asegura Gautier. "Ser¨¢ un bulo o una leyenda urbana, pero yo ahora me cojo el autob¨²s para subir de la facultad al colegio, y no salgo por la noche", confiesa una estudiante del colegio mayor Loyola. Tambi¨¦n relata que tiene compa?eros que al salir de la facultad por la noche llaman un taxi para llegar al colegio, para no caminar 20 minutos por la zona. Hasta para decir que no saben nada, los estudiantes ruegan que no salga su nombre en el peri¨®dico para no ser identificados. Incluso sugieren que no se cite el nombre de su colegio.
Lo que s¨ª reconocen todas las partes es que la zona es insegura, con neonazis o sin ellos. Los alumnos de los colegios del Parque del Oeste sufren continuos robos y asaltos, ya que tienen que atravesar una zona muy degradada y con poca presencia policial, tanto al ir a clase como al volver. En la parte alta de la Ciudad Universitaria, las calles de Metropolitano no tienen buena iluminaci¨®n, y por la noche reina un ambiente tenebroso y solitario. La intranquilidad de estos d¨ªas ha servido para reforzar la presencia de los servicios de seguridad de la Complutense y la polic¨ªa en estas zonas.
El presidente del Movimento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, que acaba de publicar un libro sobre agresiones extremistas, asegura que estos hechos violentos son muy reales. "No creo que haya habido 20 agresiones, sino m¨¢s", afirma. Para Ibarra, la ausencia de denuncias se explica por el miedo a sufrir represalias. Afirma tambi¨¦n tener cartas de vecinos de la zona que explican c¨®mo cada noche oyen "los gritos por la ventana".
La portavoz de los directores de colegios mayores, Concepci¨®n Navarro, no niega las agresiones, puesto que la alarma existe, pero se atiene a la ausencia de pruebas de las mismas. "Mi experiencia me dice que a la vuelta de vacaciones, cuando empiecen los ex¨¢menes, todo esto se pasar¨¢", afirma Navarro. Mientras, la Ciudad Universitaria vive en tensi¨®n, pensando por las noches en la sonrisa del payaso.
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