Noticias de la prensa diaria en Espa?a
Si a los periodistas espa?oles instalados en las redacciones se les preguntase cu¨¢les son los medios de comunicaci¨®n que m¨¢s admiran, seguramente una mayor¨ªa citar¨ªa, entre otros, a The New York Times, Le Monde o la BBC. Son los iconos medi¨¢ticos de una generaci¨®n que ha buscado en la libertad de expresi¨®n su modo de trabajar. Pues bien, los tres est¨¢n sufriendo problemas de credibilidad. Y si ellos los padecen, ?c¨®mo no los van a tener los medios espa?oles, en un escal¨®n m¨¢s bajo respecto a su calidad profesional?
1. Situaci¨®n cuantitativa. La prensa diaria espa?ola sigue las siguientes tendencias en la actual coyuntura, seg¨²n el Libro Blanco de la prensa diaria 2003, que edita la Asociaci¨®n de Editores de Diarios Espa?oles (AEDE). En primer lugar, se ha atenuado -y en otros casos se ha detenido- la propensi¨®n a constantes crecimientos anuales en la difusi¨®n, que duraba desde principios de la d¨¦cada de los a?os noventa; ello seguramente se debe a la aparici¨®n de otros medios alternativos como son los digitales (que operan en Internet) y los gratuitos, que se distribuyen en la calle. La audiencia total de la prensa diaria est¨¢ en aproximadamente 12,5 millones de personas, con una difusi¨®n real que supera por poco los cuatro millones de ejemplares diarios en el conjunto del sector.
Espa?a est¨¢ a la zaga de Europa en venta de peri¨®dicos: s¨®lo 105 por cada 1.000 habitantes
Haciendo comparaciones con los pa¨ªses de nuestro entorno, la coyuntura no es precisamente id¨ªlica: la tasa de cobertura de lectores de diarios de los ciudadanos espa?oles por encima de los 14 a?os es del 35,9% (datos del a?o 2001, los ¨²ltimos que incorpora el estudio), tan s¨®lo por encima de Grecia dentro de la Uni¨®n Europea (UE). Tambi¨¦n estamos a la zaga en la escala de venta de peri¨®dicos por cada 1.000 habitantes: 105 compradores, superior s¨®lo a los de Grecia y Portugal. Si se desagregan estos datos por comunidades aut¨®nomas, aparecen dos Espa?as: el Pa¨ªs Vasco, Navarra y Baleares oscilan entre los 143 y 183 compradores por cada millar de habitantes, mientras que Castilla-La Mancha, Extremadura, Murcia o Andaluc¨ªa oscilan entre los 52 y los 69.
En tercer lugar, hay un progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n lectora, que ha pasado de los 41,2 a?os a los 41,9 a?os en un solo ejercicio. El lector medio es un var¨®n de clase media, que vive en una ciudad de m¨¢s de 50.000 habitantes y ha completado un nivel medio de estudios. La audiencia entre la poblaci¨®n femenina se ha estancado y es muy alarmante el retroceso entre los j¨®venes entre 14 y 25 a?os que leen el peri¨®dico.
Los ingresos publicitarios tambi¨¦n han experimentado un retroceso en los ¨²ltimos ejercicios, debido sobre todo a la desaceleraci¨®n de la econom¨ªa. Lo que es especialmente relevante si se desagregan porcentualmente los ingresos medios del sector: un 49,6% corresponde a la venta de ejemplares, el 43% a la publicidad y el resto a las promociones.
2. Situaci¨®n cualitativa. Los problemas que asaltan a las redacciones de los peri¨®dicos son bastante similares a las de los medios escritos de nuestro entorno y que est¨¢n recogidas, por ejemplo, en un muy interesante estudio de los periodistas norteamericanos Bill Kovach (presidente del Comit¨¦ de Periodistas Preocupados de EE UU) y Tom Rosentiel (director del Proyecto para la Mejora de la Calidad del Periodismo). Los primeros son la autocensura -en muchos casos ya no es necesaria la intervenci¨®n administrativa de los gobiernos ni de otros poderes f¨¢cticos para reducir la profundidad de la informaci¨®n- y el amarillismo, como consecuencia del efecto contagio de los medios audiovisuales con los que, en una parte, han de competir.
Kovach y Rosentiel, en el libro Los elementos del periodismo, destacan otras dificultades universales: crece la desconfianza del ciudadano en la profesi¨®n period¨ªstica, que a veces se convierte incluso en odio; en las redacciones ya no se habla de periodismo porque los profesionales est¨¢n consumidos por la presi¨®n del trabajo y (un elemento nuevo) de la cuenta de resultados de la empresa; crece el n¨²mero de periodistas que recibe gratificaciones en funci¨®n de los beneficios de sus compa?¨ªas y no de la calidad del trabajo. Tambi¨¦n se ha multiplicado un nuevo peligro: que el periodismo independiente quede desle¨ªdo en el disolvente de la comunicaci¨®n comercial y de las autopromociones sin¨¦rgicas, si el periodismo debe reforzar las libertades democr¨¢ticas, dicen los autores, "es posible que a comienzos del siglo XXI la profesi¨®n haya de enfrentarse a la mayor amenaza sufrida hasta la fecha. Estamos por primera vez ante el auge de un periodismo basado en el mercado y disociado de cualquier noci¨®n de responsabilidad c¨ªvica. Crece la lista de propietarios que subordinan el periodismo a otros intereses comerciales".
3. Los periodistas. Est¨¢n divididos en tres clases: los grandes comunicadores, con sueldos astron¨®micos parecidos a los de las estrellas del star systems y los deportistas de ¨¦lite (m¨¢s numerosos en los medios audiovisuales); los informadores instalados con sueldo fijo y antig¨¹edad en las redacciones, bien pagados en comparaci¨®n con otras profesiones; y el lumpenperiodista que trabaja a destajo, vive de las colaboraciones o con permanentes contratos temporales o sueldos adecuados a los nuevos tiempos, mucho m¨¢s bajos que sus compa?eros. Esta tercera clase es muy creciente.
Todos ellos est¨¢n necesitados de una formaci¨®n continua. Los tiempos en que un reportero armado de un block y un sano escepticismo, que pod¨ªa cubrir cualquier evento, ya han pasado. Ahora han de informar de aspectos tan heterog¨¦neos como Enron, las c¨¦lulas madre, el islam, el calentamiento de la tierra, el ebit de las empresas o el bioterrorismo. Las facultades de Ciencias de la Informaci¨®n y las Escuelas de Periodismo de posgrado, si son efectivas -si combinan un equilibrio entre el conocimiento y la t¨¦cnica period¨ªstica- son cada vez m¨¢s relevantes, ya que en las salas de redacci¨®n no se invierte lo suficiente en formaci¨®n.
Todo el mundo est¨¢ ensayando algo nuevo para competir con las nuevas realidades tecnol¨®gicas y profesionales. Lo que no cambia es el coraz¨®n del periodismo: informaci¨®n concienzuda, contexto y buena redacci¨®n.
Joaqu¨ªn Estefan¨ªa es director de la Escuela de Periodismo UAM / EL PA?S.
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