El valor comercial de nuestras redes de relaciones
EL INTER?S POR LAS REDES sociales que permiten encontrar parejas (Friendster.com) o trabajo (LinkedIn.com) est¨¢ llegando a los negocios. Lo ilustra la apuesta de Spoke (Spoke.com) una aplicaci¨®n que facilita las relaciones entre gente de negocios al analizar los emails que intercambian. Spoke Software cuenta con dos tipos de usuarios, las empresas que sacan provecho de las relaciones entre sus empleados (y de sus asalariados con el mundo exterior) y los individuos que lo usan para enriquecer su propia red de relaciones (relationship network, en ingl¨¦s).
Agrupados en su "vitrina" los usuarios libres (basta con inscribirse) bajan un agente que se queda en su computadora para analizar sus emails (de quienes los reciben, a quienes los env¨ªan y lo que dicen los encabezados de los mismos). Philip Cases, miembro del consejo de administraci¨®n nos acaba de hacer una demostraci¨®n del programa en su oficina de San Francisco. Est¨¢ en las redes de 401 personas que le dan acceso a unos siete millones de individuos y a cerca de 700.000 empresas. El programa analiza las relaciones con hasta seis grados de separaci¨®n: las personas que puede alcanzar sin conocerlas gracias a cinco intermediarios. En teor¨ªa, esto bastaria para contactar con todos los humanos del planeta.
Analiza las relaciones con seis grados de separaci¨®n: est¨¢ en las redes de 401 personas que dan acceso a siete millones de personas
Spoke es una aplicaci¨®n que facilita las relaciones entre gente de negocios al analizar los correos electr¨®nicos que intercambian
Cuando Cases necesita contactar a alguien que no conoce, le pregunta al programa si est¨¢ conectado a la red Spoke. Los nombres m¨¢s comunes son los de ejecutivos de negocios, sobre todo en el sector financiero y en las start-ups de tecnolog¨ªa. Pero Christina Aguilera, Clint Eastwood y George W. Bush tambi¨¦n son accesibles.
"Me permite saber de inmediato a qui¨¦n puedo encontrar y c¨®mo empezar", dice Cases. El programa le da el nombre de una persona que ¨¦l mismo conoce y que lo puede poner en camino. No quiere decir que esta persona conozca al individuo buscado, pero que s¨ª conoce a alguien que conoce a alguien... "Lo mejor que he logrado, explica con orgullo, "es contactar a alguien de qui¨¦n estaba separado por cuatro grados. Spoke es una herramienta de trabajo, de productividad. Lo utilizo constantemente". Pero resulta m¨¢s interesante "para quienes buscan establecer una relaci¨®n estrat¨¦gica", dice.
La aparente paradoja de Spoke es que cuenta con 10 clientes (de hasta 140.000 empleados) en tanto que los usuarios gratis "se cuentan por miles", seg¨²n Ben Smith, presidente de la empresa, con sede en Palo Alto. "Alguna gente seguramente seguir¨¢ el modelo apoyado en la web, pero no es el negocio que nos interesa. Queremos que grandes empresas nos firmen cheques". Spoke ha recibido 20 millones de d¨®lares en inversiones desde su fundaci¨®n en 2002.
Los primeros estudios parecen indicar que el programa permite a los departamentos de venta de la empresas que lo usan seguir con diez veces m¨¢s eficacia las pistas que toman y que la probabilidad de llegar a un acuerdo es tres veces mayor. Todo vendedor sabe que una venta hecha a trav¨¦s de alguien que conoce el comprador tiene m¨¢s posibilidades de ¨¦xito.
El rev¨¦s de la moneda es la privacidad. Todo lo que hacemos en la red queda registrado. Utilizar Spoke es invitar a un programa a que analice nuestras relaciones en el mismo momento en que se establecen y se deshacen.
"Todo usuario puede destruir las informaciones sobre su persona o pedir al webmaster que lo haga", dice Cases. La filosof¨ªa declarada de Spoke quiere ser tranquilizadora. "La privacidad es la capacidad de controlar su informaci¨®n", explican en la p¨¢gina principal del sitio. Y el programa da varios instrumentos para controlar lo que puede analizar el agente que se queda en el ordenador.
Pero el principio de fondo es, en palabras de Cases, que "si uno quiere informaci¨®n tiene que pagar o dar informaci¨®n sobre ¨¦l". La moneda del intercambio es el email. Cada uno puede dar la respuesta que quiera. No es obvio que el intercambio valga para todos y la primera elecci¨®n puede ser la de no usar la aplicaci¨®n. Algo dif¨ªcil cuando se trata de una herramienta tan fascinante.
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