Una formaci¨®n ¨²til para la vida
Ocurre, a veces, que un alumno discapacitado, matriculado en un centro ordinario, no consigue integrarse, su desfase con el resto de los ni?os es excesivamente elevado y no llega a adquirir autonom¨ªa personal suficiente. Entonces, despu¨¦s de una evaluaci¨®n psicopedag¨®gica, se opta por matricularle en un centro especial. "Para muchos padres es muy duro que su hijo vaya a un centro espec¨ªfico despu¨¦s de haber estado en un centro ordinario. Piensan que es como si dieran marcha atr¨¢s. Pero los que tienen que estar en integraci¨®n est¨¢n en integraci¨®n y los que est¨¢n aqu¨ª es porque tienen que estar aqu¨ª", se?ala el director del colegio de educaci¨®n especial Fundaci¨®n Goyeneche, Sixto de Agust¨ªn. En este centro estudian 123 alumnos atendidos por casi 70 profesionales entre profesores, logopedas, fisioterapeutas, orientadores, auxiliares t¨¦cnicos educativos...
En los centros de educaci¨®n especial est¨¢n matriculados aquellos ni?os cuya adaptaci¨®n curricular tendr¨ªa que ser tan significativa que no permite seguir el curr¨ªculo ordinario. Son discapacitados severos, profundos o medios con otras deficiencias a?adidas. De todos los alumnos con necesidades educativas especiales, un 68% presentan deficiencias ps¨ªquicas, seguidos por los plurideficientes (9%), autistas (7%), deficientes mot¨®ricos (7%), deficientes auditivos (6%) y deficientes visuales (3%), seg¨²n los datos oficiales.
Los alumnos con autismo o con trastornos graves de personalidad y los plurideficientes son los que menos integrados est¨¢n en centros ordinarios, 4 y 5 alumnos respectivamene de cada 10.
Las aulas de la Fundaci¨®n Goyeneche est¨¢n formadas por alumnos seg¨²n sus capacidades y no tanto por la edad que tienen. No hay nunca m¨¢s de ocho estudiantes. El aprendizaje que se imparte abarca un abanico muy amplio, seg¨²n las capacidades de cada ni?o. Va desde el aprendizaje m¨¢s b¨¢sico, a base de estimulaci¨®n sensorial, hasta el m¨¢s complejo: estudiar el Madrid de los Austrias, con las adaptaciones necesarias. "Es clave la programaci¨®n del aula: saber d¨®nde se encuentra el ni?o en todos sus niveles", cuenta De Agust¨ªn.
?sta es una educaci¨®n enfocada a lo que les puede resultar ¨²til en su vida diaria. Por eso en el centro hay un aula en el que se simula un peque?o apartamento. En ¨¦l los alumnos que pueden aprenden a hacer una cama, a tender la ropa, a poner la lavadora o a ordenar los armarios.
"Hay que tener en cuenta que con estos ni?os se puece avanzar mucho, poco, lentamente, no avanzar o, incluso, retroceder. Depende del ni?o, de c¨®mo se trabaje con ellos y del papel que juegue la familia", se?ala De Agust¨ªn. Porque la implicaci¨®n de los padres es, si cabe, m¨¢s fundamental en estos casos. "Si en el colegio una profesional trabaja para que un ni?o aprenda a tragar durante hora y media todos los d¨ªas y resulta que llega a casa y sus padres se desesperan y lo que hacen es meterle el biber¨®n para que coma m¨¢s r¨¢pido, el trabajo del colegio se echa por los suelos", a?ade este director.
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