La jornada reducida, una rareza en Espa?a
S¨®lo el 8% de los contratos es a tiempo parcial, frente al 16% en la Uni¨®n Europea
Lleg¨® el d¨ªa en el que Amelia San Mill¨¢n, de 39 a?os, cuyo horario laboral era de 7.00 a 17.00 horas, escribi¨® en su agenda: "Acordarse de llamar a casa". Horrorizada, all¨ª mismo decidi¨® solicitar una jornada reducida en su empresa, IBM, donde trabaja en el departamento de Marketing, para pasar m¨¢s tiempo con sus dos hijos. Calcula que han ganado una hora y media diaria.
Camila Forero, que es soci¨®loga y a sus 23 a?os prepara el doctorado, buscaba un trabajo para compaginar con sus estudios, que durar¨¢n al menos dos a?os. Lo encontr¨® hace siete meses en la empresa de muebles IKEA, donde trabaja de 10.00 a 14.00 horas y, donde en ese tiempo ha sido promocionada de camarera a teleoperadora de atenci¨®n al cliente.
"El empresario cree que este trabajador est¨¢ poco comprometido con la empresa"
Tambi¨¦n Marco Canale, escritor de 26 a?os con una novela y dos obras de teatro en su haber, ha encontrado una forma de compatibilizar la escritura y sus estudios de dramaturgia con un empleo. Trabaja un promedio de 20 horas semanales en un bar del centro de Madrid y cree que tiene suerte. "Cuando escribes mucho todo el d¨ªa, te viene bien para la cabeza", asegura.
Sus casos son tres ejemplos de que el trabajo a tiempo parcial tiene cabida en el mercado laboral espa?ol. Sin embargo, las estad¨ªsticas no dicen lo mismo. Mientras en Europa el denominado part-time es un contrato generalizado -un 16% de todos los ocupados en la Uni¨®n Europea, seg¨²n las cifras que maneja Comisiones Obreras-, en Espa?a el porcentaje es casi anecd¨®tico: s¨®lo el 8%. Muy lejos de Holanda, donde se ha usado como instrumento para un mejor reparto del trabajo y ya representa un 41,1% de todos los contratos, seg¨²n Eurostat. De hecho, en los pa¨ªses del norte de la UE las altas tasas de actividad femeninas se fundamentan en el trabajo a tiempo parcial.
Pero ?por qu¨¦ Espa?a no destaca en este indicador de la evoluci¨®n econ¨®mica de un pa¨ªs? La conclusi¨®n de los sindicatos es que la flexibilidad que el empresario europeo consigue con los contratos a tiempo parcial, en Espa?a se logra con la temporalidad a tiempo completo, lo que provoca inestabilidad laboral. "Coloca al trabajador en una situaci¨®n en la que est¨¢ m¨¢s disponible a hacer otras dos cosas, para evitar perder su empleo: cubrir tareas que no corresponden a su categor¨ªa y hacer jornadas m¨¢s largas, es decir, horas extras no remuneradas", argumenta Carlos Mart¨ªn, economista de Comisiones Obreras.
"Se utiliza como una bolsa de subempleo", a?ade Antonio Ferrer, secretario de acci¨®n sindical de la Ejecutiva de UGT. De hecho, en Espa?a la mayor¨ªa de los contratos a tiempo parcial los cubren las mujeres -el 81,57%, seg¨²n cifras de UGT- y s¨®lo el 37,49% de ellas logra una contrataci¨®n permanente. Los sectores donde m¨¢s abundan son servicios (el 70%, seg¨²n CC OO) e industria (26%).
"La aspiraci¨®n de la mayor¨ªa de los contratados a tiempo parcial es pasar a tiempo completo y est¨¢n en ¨¦l porque no encuentran otra cosa", agrega Ferrer. En la Uni¨®n Europea es mayor el grado de voluntariedad: un 31,1% de quienes tienen contrato a tiempo parcial no querr¨ªan tener otro horario, frente a un 14,5%, que no tuvo otra opci¨®n, seg¨²n Eurostat. En Espa?a es al rev¨¦s: un 19,3% preferir¨ªa cambiar su jornada, frente a un 8,1%, cuya contrataci¨®n es vocacional. "Para que tuviera m¨¢s car¨¢cter voluntario, habr¨ªa que potenciarlo como contrato estable, pero tambi¨¦n instaurar la plena igualdad en retribuci¨®n y derechos sociales", arguye Ferrer.
La explicaci¨®n del catedr¨¢tico de Relaciones Laborales del IESE de la Universidad de Navarra, Sandalio G¨®mez, es que es una cuesti¨®n de cultura empresarial. Un estudio elaborado por su departamento concluye que los empresarios a¨²n no han asimilado las posibilidades del trabajo a tiempo parcial y, por lo tanto, no ofrecen el apoyo profesional y econ¨®mico que requiere. "Para que no fuera as¨ª, habr¨ªa que darle una vuelta a todo el planteamiento cultural del empresario, que tiene dificultad en ver que muchos trabajos que se hacen podr¨ªan encajar en este tipo de contrataci¨®n y que creen que este trabajador es una persona poco comprometida con la empresa, cosa absolutamente falsa", sostiene.
As¨ª lo cree tambi¨¦n Roberto Armando, director de Recursos Humanos de Gres de Valls. Esta f¨¢brica de azulejos introdujo hace unos cuatro a?os la opci¨®n de que los empleados acorten su jornada, de 40 a 25 horas semanales. "Nos compensa en muchas cosas", explica Armando. "Se ha optimizado su trabajo y se han conseguido ¨ªndices de productividad similares a la jornada completa, al facilitar la posibilidad de conciliar asuntos personales". Adem¨¢s, ha bajado el ¨ªndice de rotaci¨®n de trabajadores, ya que empleados que iban a abandonar la empresa se acogen al turno. En el aspecto econ¨®mico, representa un ahorro de costes, en salario y seguridad social. "Apoyando a las personas, se obtienen resultados", asegura.
Otro problema que juega en contra del empleo a tiempo parcial es que su remuneraci¨®n suele ser proporcionalmente menor. La ganancia media por hora se sit¨²a en un 67% de lo que cobran los empleados a tiempo completo, seg¨²n el estudio del IESE.
Por eso, muchos potenciales empleados de este tipo no optan al part-time. En Gres de Valls, para incentivar el horario reducido pagan la hora por encima del m¨ªnimo establecido por convenio. "La p¨¦rdida econ¨®mica es m¨ªnima para el empleado, porque si con jornada completa gana unos 900 euros, con la reducida se paga unos 780", explica Roberto Armando.
Manuel Cervantes, director de recursos humanos de IBM, cree que lo que funciona es la flexibilidad laboral. "Si un empleado desea trabajar menos horas y le damos una soluci¨®n tenemos un empleado feliz. Eso revierte en la productividad, el clima laboral y en muchas ventajas". Es cuesti¨®n de organizarse.
Flexibilidad laboral
Las pocas empresas que se plantean en Espa?a el contrato a tiempo parcial con normalidad son las que ya cuentan con medidas de flexibilidad laboral. Sony, Ernst & Young, IKEA o Nutrexpa, entre otras, han constatado que es m¨¢s rentable a la larga favorecer la conciliaci¨®n de la vida personal y profesional de sus empleados, porque incide en la calidad de su trabajo. Pero tambi¨¦n saben que las situaciones personales de los empleados no son iguales toda su vida laboral. Como en el caso de Mar Barbadillo, una empleada de IBM de 43 a?os que en los ¨²ltimos a?os ha tenido diferentes modalidades de contrato, seg¨²n sus necesidades. Trabaj¨® a tiempo completo hasta que, por un grave problema de salud de su hija, entonces menor de tres a?os, pidi¨® un a?o de excedencia. A los seis meses de su reincorporaci¨®n, pidi¨® reducci¨®n de jornada para cuidar de sus dos hijos. Cuando lleg¨® el tercero, decidi¨® que ¨¦ste quer¨ªa disfrutarlo y volvi¨® a pedir un a?o de excedencia. Pero su jefe le sugiri¨® trabajar desde casa, tambi¨¦n a tiempo parcial. "Ven¨ªa como mucho un d¨ªa al mes y yo me organizaba mi horario", cuenta. "Comprendo que fuera hablar de part-time es un adelanto, pero en mi empresa es una de las herramientas de flexibilidad laboral", dice. Entre ellas, que los horarios no son fijos, o que los empleados reciben un port¨¢til y l¨ªnea ADSL para trabajar desde casa, si lo desean.
"Se miden los resultados, no la presencia. Y la jornada es por c¨®mputo semanal, no diario", explica Barbadillo. Ahora ha vuelto a la jornada completa, pero cuando hace poco su padre sufri¨® un infarto pudo acompa?arle en el hospital, porque pod¨ªa trabajar all¨ª mismo. "Esto es una empresa, no una entidad ben¨¦fica y te piden resultados", advierte.
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