Rey Armstrong

Dos glorias del deporte se han disputado la designaci¨®n como mejor del a?o en la encuesta de EL PA?S. Lance Armstrong conquist¨® su quinto Tour en medio de dificultades extremas. Michael Schumacher logr¨® su sexto t¨ªtulo en la f¨®rmula 1, haza?a que supera la marca de Juan Manuel Fangio, el gran referente del automovilismo. En un a?o sin Mundial de f¨²tbol y sin grandes protagonistas en los Mundiales de atletismo, la encuesta ha valorado esencialmente las largas y brillantes carreras de Armstrong y Schumacher. La victoria del ciclista estadounidense refleja por un lado la fascinaci¨®n que produce el Tour entre los aficionados espa?oles y, por otro, la admiraci¨®n que genera Armstrong en su desaf¨ªo por desplazar a Miguel Indurain al frente de los ganadores de la carrera francesa.

Fue un Tour inolvidable por muchos motivos. Por primera vez, Armstrong se encontr¨® con una oposici¨®n categ¨®rica. Regres¨® Jan Ullrich al nivel que le convierte en un corredor sensacional y apareci¨® una versi¨®n desconocida de Joseba Beloki, que abandon¨® su estrategia conservadora para atacar a Armstrong con una intensidad imprevista. Por primera vez en cinco a?os, Armstrong ofreci¨® signos de debilidad. Era un ciclista vulnerable, acosado como nunca en una carrera que med¨ªa su voluntad por igualar a Indur¨¢in, el ¨²nico hombre que hab¨ªa ganado cinco ediciones sucesivas del Tour. La ca¨ªda de Beloki fue uno de los momentos dram¨¢ticos del a?o. Aquella imagen del ciclista vasco tirado en la calzada, con el f¨¦mur y el codo fracturados, signific¨® el final de cualquier esperanza para los espa?oles, que tuvieron a Iban Mayo y Haimar Zubeldia como novedosos protagonistas. La presi¨®n de Ullrich sobre Armstrong estuvo cerca de destronar al norteamericano, que sac¨® su fibra de campe¨®n en la memorable etapa del Tourmalet y Luz Ardiden. El temprano, intempestivo y fracasado ataque de Ullrich en el Tourmalet recibi¨® la formidable contestaci¨®n de Armstrong en Luz Ardiden. Se produjo despu¨¦s de una ca¨ªda suya que dio la medida de su influencia en el pelot¨®n. Sus rivales, perplejos, se detuvieron en un acto de deportividad y reconocimiento al campe¨®n. Fue all¨ª, cuando todo estaba preparado para la desgracia, cuando Armstrong despleg¨® sus mejores artes con una energ¨ªa incontenible. Su arrolladora ascensi¨®n a Luz Ardiden no encontr¨® respuesta entre sus adversarios. No hab¨ªa forma de detenerle: era Armstrong en estado puro, con su ¨¢gil frecuencia de pedaleo y la determinaci¨®n que s¨®lo corresponde a los elegidos del deporte.

Armstrong gan¨® finalmente el Tour y la gesta no ha pasado inadvertida. Es el deportista del a?o, por encima de Schumacher, implacable en su ferrari, que vive tiempos dorados. Ha sido tambi¨¦n el a?o de la f¨®rmula 1 en Espa?a. La espectacular irrupci¨®n de Fernando Alonso entre los grandes del automovilismo ha encontrado la respuesta adecuada. Alonso ha confirmado todas las expectativas que le preced¨ªan. Gan¨® en Hungr¨ªa y se convirti¨® en el primer espa?ol en anotarse una carrera de la f¨®rmula 1. Un pa¨ªs sin tradici¨®n en el mundillo automovil¨ªstico comenzaba a entregarse a las emociones de la velocidad y sus astros. Que Alonso haya sido considerado como el mejor deportista espa?ol no es cualquier cosa. El deporte espa?ol ha vivido un a?o excepcional. Gemma Mengual, Juan Carlos Ferrero, Joane Somarriba, Juanito Oiarzabal, Elena G¨®mez, Dani Pedrosa, Marta Dom¨ªnguez, Paquillo Fern¨¢ndez y las selecciones masculina y femenina de baloncesto han logrado ¨¦xitos de gran importancia. Pocos pa¨ªses disponen de un arco tan amplio de campeones, lo que habla del progreso de Espa?a en los ¨²ltimos a?os. Se acab¨® hace tiempo el monocultivo del f¨²tbol, por extrema que sea su popularidad en estos d¨ªas. Ning¨²n futbolista figura entre los m¨¢s votados en la encuesta, hecho relevante que demuestra una mirada amplia y larga sobre los acontecimientos deportivos de la temporada, que tuvieron en los Mundiales de nataci¨®n y en el de rugby dos impecables expresiones de lo que significa la gran competici¨®n.

En Barcelona, los Mundiales de nataci¨®n consagraron al estadounidense Michael Phelps, autor de marcas impensables. Phelps sali¨® de Barcelona como el hombre a vigilar en los pr¨®ximos Juegos Ol¨ªmpicos: su prop¨®sito es superar las siete medallas de oro que consigui¨® el m¨ªtico Mark Spitz en los de M¨²nich 72.