Un 'salvador' para Georgia
Mija¨ªl Saakashvili, favorito en las elecciones presidenciales de hoy, triunfa con un discurso populista y radical
Mija¨ªl Saakashvili es la figura pol¨ªtica m¨¢s escandalosa, exaltada e imprevisible de Georgia. Tiene todo a su favor para ganar las elecciones presidenciales de hoy. Como l¨ªder del Movimiento Nacional Unido, se convirti¨® el a?o pasado en el mayor dolor de cabeza tanto del ex presidente Eduard Shevardnadze, que lo inici¨® en la pol¨ªtica, como de sus aliados de la oposici¨®n, que no miraban con buenos ojos sus m¨¦todos radicales. Pero el papel crucial que desempe?¨® en la revoluci¨®n de terciopelo, cuando logr¨® que Shevardnadze aceptara dimitir, hizo de Saakashvili un aut¨¦ntico h¨¦roe e ¨ªdolo para la mayor¨ªa de los georgianos.
Saakashvili naci¨® el 21 de diciembre de 1967 en Tbilisi, en una familia de profesionales: su padre es m¨¦dico y su madre jurista. Estudi¨® Derecho en Ucrania, en el Instituto de Relaciones Internacionales de Kiev, en los a?os en que se produjeron la desintegraci¨®n de la URSS y, m¨¢s tarde, la guerra de Georgia contra Abjazia. Despu¨¦s continu¨® su educaci¨®n en Estrasburgo, Nueva York, Florencia y La Haya. Finalmente se mud¨® a EE UU contratado por una firma de abogados de Nueva York. En Estrasburgo conoci¨® a su esposa, Sandra, una holandesa con la que tiene un hijo de ocho a?os llamado Eduard, en honor al presidente georgiano que m¨¢s tarde derribar¨ªa.
Sus partidarios lo ven como un "duro" que combate a los funcionarios corruptos
Fue precisamente en Estados Unidos, en Washington, donde conoci¨® al ex presidente Eduard Shevardnadze durante una visita oficial. El l¨ªder georgiano estaba entonces buscando j¨®venes con talento pol¨ªtico y Saakashvili fue incluido en la lista para las elecciones legislativas de 1995.
En el Parlamento, Saakashvili encabez¨® la fracci¨®n parlamentaria de la Uni¨®n de Ciudadanos, el partido en el poder. Fue en ese cargo en el que comenz¨® a nacer su personalidad de l¨ªder, y adquiri¨® las caracter¨ªsticas que le valieron el apodo del Zhirinovski georgiano, por comparaci¨®n con el exaltado ultranacionalista ruso.
Pero el radicalismo de Saakashvili, su intrasigencia e incapacidad para encontrar comprosisos, unidos a su enorme ambici¨®n, lo fue alejando de sus correligionarios. Para evitar una divisi¨®n en el partido gubernamental, Shevardnadze comenz¨® a integrar a los j¨®venes dirigentes en su Gabinete. Saakashvili obtuvo la cartera de Justicia, con la que empez¨® a ganar popularidad.
Una de sus primeras acciones como ministro fue inspeccionar las c¨¢rceles. Espantado por las condiciones reinantes, comenz¨® a mejorarlas instalando duchas e inaugurando bibliotecas en ellas. Todas sus acciones iban acompa?adas de una gran cobertura de prensa, que aprovechaba al m¨¢ximo para ir creando la imagen de un l¨ªder popular.
Pero su mayor golpe de efecto fue cuando, en medio de una reuni¨®n del Gobierno, present¨® a Shevardnadze un proyecto de ley para expropiar las mansiones que se hab¨ªan construido sus colegas ministros y otros altos funcionarios de Georgia. Cuando el presidente quiso evitar el esc¨¢ndalo, Saakashvili sac¨® las fotos de las lujosas casas, imposibles de levantar con los escu¨¢lidos sueldos de los funcionarios, y se las arroj¨® sobre la mesa. Acto seguido dimiti¨® y acus¨® a Shevardnadze de proteger a los corruptos y ladrones.
El partido que entonces cre¨®, el Movimiento Nacional Unido, ha sido tiltado de fascista. Sus partidarios creen que es un "duro" que combate a los "enemigos del pueblo", es decir, a los funcionarios corruptos, a quienes ha amenazado con encarcelar cuando llegue al poder.Sus opositores lo acusan de ser "un t¨ªtere de EE UU", pero la verdad es que desde que su partido gobierna en la capital, Tibilisi, los jubilados vieron aumentadas sus pensiones, a los maestros les rebaj¨® el precio del gas, los escolares obtuvieron manuales y mochilas gratis, hizo reparar cientos de ascensores y tejados en las viviendas y construy¨® peque?os campos deportivos en los barrios.
Por eso el pueblo no crey¨® a Shevardnadze el oto?o pasado cuando, en medio de la crisis que termin¨® con su ca¨ªda, dijo de Saakashvili: "Con esa persona no se puede hablar. Si llega al poder destruir¨¢ todo lo que con tanto esfuerzo construimos en los ¨²ltimos diez a?os".
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