Tipos de inter¨¦s: al final de la escapada
Desde finales del a?o 1994, los tipos de inter¨¦s de largo plazo comenzaron un prolongado descenso que ha durado nueve a?os y que, de momento, parece haber tocado a su fin. Previamente, en 1992 y 1994, se hab¨ªan producido dos crisis muy fuertes en el mercado de la renta fija. Durante la primera, que se inici¨® con el primer voto negativo de los daneses al Tratado de Maastricht, los tipos de la deuda p¨²blica espa?ola a 10 a?os alcanzaron niveles del 14%; la peseta tuvo que ser devaluada en tres ocasiones diferentes, y estuvo a punto de desaparecer el Sistema Monetario Europeo.
En 1994, en cambio, los tipos de largo plazo sufrieron un virulento repunte como fruto de la decisi¨®n por parte de la Reserva Federal de subir de forma sorpresiva los tipos de inter¨¦s del d¨®lar en los primeros d¨ªas de febrero, provocando con ello la mayor crisis en los mercados de deuda p¨²blica que han conocido las ¨²ltimas generaciones. En Espa?a, los tipos de la deuda p¨²blica no llegaron tan lejos como en la ocasi¨®n anterior, aunque s¨ª tocaron el 12,5%.
Desde entonces, salvo episodios aislados, el mercado de renta fija ha sido casi una balsa de aceite. S¨®lo en 1998, tras la inestabilidad que gener¨® la suspensi¨®n de los pagos de la deuda rusa, comenzaron a subir los tipos de inter¨¦s de largo plazo en EE UU, una subida que se habr¨ªa de mantener tanto all¨ª como en Europa a lo largo de 1999. Posteriormente, y hasta junio de este a?o, retomaron la senda descendente, alcanzando niveles que no se ve¨ªan desde hac¨ªa 50 a?os, por el convencimiento general de que la Reserva Federal har¨ªa todo lo posible para evitar una deflaci¨®n econ¨®mica en EE UU de la que cada vez se hablaba m¨¢s. Y entre "lo posible", la medida de mayor impacto habr¨ªa de ser la compra en el mercado abierto de toda la deuda p¨²blica que fuera necesaria, impidiendo as¨ª una subida de los tipos de largo plazo que podr¨ªa ser letal para la recuperaci¨®n econ¨®mica.
Fue ¨¦se el momento en el que los fondos de renta fija hab¨ªan acumulado las m¨¢ximas plusval¨ªas que ser¨ªan posibles durante el a?o 2003, ya que, como es conocido, el rendimiento y el precio de los bonos y obligaciones se mueven en sentido inverso. Y ya que los tipos de inter¨¦s de las nuevas emisiones estaban bajando, tambi¨¦n lo hac¨ªa el rendimiento de las emisiones que ya estaban en las carteras de los fondos provocando, por ese movimiento inverso citado, el que el precio de los bonos en cartera no cesara de subir.
Hasta junio pasado. Desde entonces (momento en que el rendimiento de la deuda p¨²blica espa?ola a 10 a?os alcanz¨® el 3,5%) los tipos subieron hasta casi el 4,5%, barriendo con ese movimiento buena parte de las plusval¨ªas acumuladas en el primer semestre. Las aguas se han remansado y el a?o 2003 se ha cerrado con la mayor¨ªa de los fondos de renta fija a largo plazo en rentabilidad positiva.
La mayor rentabilidad acumulada en los ¨²ltimos tres a?os la exhibe el fondo que aparece encabezando el cuadro adjunto, Foncam 8; est¨¢ en 7,17% en 2003, y supera en 7% en media anual compuesta para ese periodo de tres a?os. Incluso el fondo peor situado en el plazo de tres a?os, Herrero Renta Fija, acumula un 1,47% de rentabilidad media anual compuesta, lo que dice mucho del refugio tan atractivo que han resultado ser este tipo de fondos durante los a?os que dur¨® la crisis burs¨¢til.
?Cu¨¢l es el futuro m¨¢s inmediato para los fondos de renta fija a largo plazo? Con la informaci¨®n hoy disponible, se podr¨ªa afirmar que no es probable que se produzcan fuertes subidas de los tipos de inter¨¦s de medio y largo plazo en un futuro pr¨®ximo, ya que, a pesar de los d¨¦ficit crecientes de algunos estados, las empresas muestran poco inter¨¦s por invertir y han mejorado en estos a?os considerablemente sus balances.
Juan Ignacio Crespo es director de An¨¢lisis de Lipper.
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