V¨ªctimas del franquismo: masones
La llamada a mantener en la memoria a las v¨ªctimas del franquismo que nos hace Amalio Blanco (El deber de la memoria, EL PA?S, 31-XII-03), alejados de la venganza, me parece muy oportuna y la voy a asumir como lema propio para este nuevo a?o que comienza. El fin de la Guerra Civil no supuso la llegada de la paz, sino el comienzo de un dur¨ªsimo r¨¦gimen represivo y autoritario que produjo muchos centenares de miles de represaliados.
Una parte de ellos lo fueron por el "delito de masoner¨ªa", incluidos no masones, en una perversa identificaci¨®n de la masoner¨ªa con el enemigo m¨¢s peligroso de Espa?a, que tuvo como una de sus consecuencias el fusilamiento sistem¨¢tico de masones -de logias enteras en algunos casos- desde los primeros momentos de la Guerra Civil, tal y como han puesto de relieve historiadores como Jos¨¦ Antonio Ferrer Benimeli, entre otros. Por eso me parece tan real el recurso literario de Francisco Umbral al afirmar en su Leyenda del C¨¦sar visionario que "el mas¨®n es el jud¨ªo de Franco".
Hace unos pocos a?os coinci-d¨ª en Gante, en la logia hispano-belga La Luz, con una se?ora de edad avanzada, una masona espa?ola exiliada, que llam¨® poderosamente mi atenci¨®n. Le coment¨¦ lo importante que ser¨ªa que visitara nuestras logias, a lo que ella me respondi¨®, con un susurro, dici¨¦ndome que aunque viajaba a nuestro pa¨ªs de cuando en cuando, "lo que all¨ª pas¨®" no le permit¨ªa entrar en una logia en Espa?a. Lo atribu¨ª a que, como dicen, para poder olvidar primero hay que ser capaces de recordar, y ella, al parecer, a¨²n no estaba preparada.
Todos los masones y masonas tenemos el deber moral de recordar a las v¨ªctimas del franquismo, en particular a aquellas que sufrieron ¨²nica y exclusivamente por ser identificadas como miembros de la masoner¨ªa, y el a?o 2004, en que se cumplir¨¢n los 25 a?os de la legalizaci¨®n de la masoner¨ªa en nuestro pa¨ªs, es un buen momento para comprometerse en este sentido.
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