Gestos catalanes

El nuevo Gobierno catal¨¢n ha esbozado ya en dos gestos pol¨ªticos algo del car¨¢cter que su presidente, Pasqual Maragall, dice querer imprimir a su gesti¨®n. El mi¨¦rcoles aprob¨® un paquete de austeridad presupuestaria, que limita el gasto corriente de su Administraci¨®n; ayer, Maragall se traslad¨® a La Moncloa para entrevistarse con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. El encuentro registr¨® discrepancias en todos los asuntos clave, tal como se encarg¨® de subrayar sobre todo el vicepresidente Arenas, tambi¨¦n presente en la reuni¨®n. Pero se prolong¨® hora y media en un clima de correcci¨®n y suscit¨® una valoraci¨®n positiva del presidente catal¨¢n.

Es una doble novedad porque no siempre desde Moncloa se ha respetado el di¨¢logo institucional que obliga constitucionalmente tanto al Ejecutivo central como a los aut¨®nomos; y porque las reuniones de Aznar con Pujol mezclaban confusamente asuntos de partido, de alianzas y de Gobierno. El encuentro de ayer, aun subrayando los desacuerdos, escenifica una cierta normalidad, de momento simb¨®lica, lo que no es poco.

Tanta o mayor enjundia alberga el acuerdo del Gobierno catal¨¢n de reducir su gasto corriente en un 2%, cuyo exacto cumplimiento levanta expectativas, dada la deficiente situaci¨®n financiera heredada. Los nuevos gobernantes deben recabar fondos para afrontar sus compromisos electorales, que implican un aumento del gasto social y de la inversi¨®n. Con los presupuestos prorrogados para 2004 y el mismo sistema de financiaci¨®n en el horizonte del corto plazo, s¨®lo pod¨ªan buscar nuevos recursos ahorrando y optimizando la gesti¨®n de los fondos realmente disponibles. Aunque un ahorro de 274 millones no es despreciable, resulta a¨²n m¨¢s relevante el gesto pol¨ªtico. Recuperar valores como la austeridad y la eficiencia es b¨¢sico para la credibilidad de un equipo que se enfrascar¨¢ en una seria pugna para obtener m¨¢s recursos, sobre todo m¨¢s inversiones p¨²blicas, del Gobierno central.

La ortodoxia presupuestaria tambi¨¦n puede demostrar que la gesti¨®n del Estado de las autonom¨ªas no significa ni mayor coste ni un relajo en el control del gasto p¨²blico. Los buenos prop¨®sitos del Gobierno de Maragall vienen avalados por experiencias de grandes municipios catalanes que registran no s¨®lo d¨¦ficit cero, sino incluso abultados super¨¢vit. De ah¨ª que implique, asimismo, un mensaje del socialismo hacia sus electores en toda Espa?a sobre c¨®mo quiere que sea la gesti¨®n del Gobierno que pueda salir de las pr¨®ximas generales.