Descanso al calor de una chimenea encendida
EL REMANSO DE GREDOS, un hotel rural en Navalonguilla (?vila) con vistas a las cumbres nevadas
Chimenea y persiana atajan el invierno de buena gana. No son precisos muchos quiebros en el camino para dar con esa posada que Jos¨¦ Nestora y su mujer, May Herrera, han convertido en un remanso antiestr¨¦s frente a las cumbres de Gredos, al suroeste de la provincia de ?vila.
El lugar no est¨¢ indicado, ni siquiera figuraba su nombre en la entrada durante los primeros meses de su apertura. Pero de noche se adivina su buena traza r¨²stica y la iluminaci¨®n t¨®rrida del porche en la zona alta del pueblo, como un flechazo rom¨¢ntico sobre el coraz¨®n de quienes pretenden enclaustrarse todo el fin de semana.
Lumbre, madera, edredones, cortinas, velas encendidas y un puzzle de vol¨²menes y formas enhebrado en tres plantas por la construcci¨®n de ladrillo visto y mamposter¨ªa. El ras de prado logra diferenciar tres ambientes caracter¨ªsticos por sus mullidos sof¨¢s de lectura, sus muebles labrados, sus l¨¢mparas hogare?as y sus grandes ventanales proyectados hacia la terraza exterior, donde ensimismarse bien a gusto con el perfil nevado de las monta?as que circundan Navalonguilla. La planta baja, abierta al jard¨ªn trasero, re¨²ne las mesas del comedor. Sobrio a la hora del desayuno, muy razonable de precio en las cenas, si es que alguien se atreve con las renombradas jud¨ªas de El Barco o los chuletones del valle de Ambl¨¦s.
EL REMANSO DE GREDOS
Categor¨ªa oficial: posada rural.
Direcci¨®n: Iglesia, s/n. Navalonguilla (?vila).
Tel¨¦fono: 920 34 38 98. Fax: 920 34 39 24.
Direcci¨®n en Internet: www.elremansodegredos.com. Instalaciones: jard¨ªn, sal¨®n con chimenea, sala de convenciones para 20 personas, comedor.
Habitaciones: 9 dobles; todas equipadas con ba?o, calefacci¨®n, tel¨¦fono, minibar, secador de pelo y albornoz. Servicios del hotel: una habitaci¨®n adaptada para discapacitados, no admite perros.
Precios: durante todo el a?o, 83 euros + 7% IVA; desayuno incluido.
Tarjetas de cr¨¦dito: American Express.
Arquitectura ... 5
Decoraci¨®n ... 8
Estado de conservaci¨®n ... 9
Confortabilidad habitaciones ... 6
Aseos ... 6
Ambiente ... 7
Desayuno ... 6
Atenci¨®n ... 8
Tranquilidad ... 8
Instalaciones ... 5
Paredes tintadas
Una escalera de madera vuelta sobre una ara?a de bastidor alambicado asciende hasta los dormitorios (ocho, sin contar con el de abajo, adaptado para la clientela discapacitada), todos ellos ambientados en estilos diferentes y resueltos con desigual fortuna. Unos m¨¢s grandes, otros m¨¢s apretados. Con paredes tintadas de salm¨®n y ocres o empapeladas con motivos florales. Pero abrigados seg¨²n el catecismo r¨²stico de un hotel con encanto en el campo: almohadones sobre las camas, lamparitas cenitales de tela, cuadritos vegetales, esteras de enea, cabeceros de forja, muebles de interpretaci¨®n imperio y azulejos de colores a cartab¨®n en los cuartos de ba?o.
Las instalaciones no dan para mucho m¨¢s, y sus posibilidades de ampliaci¨®n quedan limitadas a tenor de que el terreno sobre el que se levanta la edificaci¨®n tiene dimensiones limitadas. Claro que, con semejantes vistas, una buena chimenea y tan celebradas sutilezas decorativas, ?qui¨¦n necesita mayor espacio que los dos metros de cama bajo unas gosipinas s¨¢banas? Es invierno y la persiana est¨¢ echada.
ALREDEDORES
A PIE, siguiendo el curso del r¨ªo Tormes, el paisaje desfila entre prados, arroyos y bosques de pinos, robles y alisos que festonean la sierra de Gredos. El coche aproxima al viajero con m¨¢s velocidad a los diversos pueblos que se remansan a sus orillas, como Los Llanos de Tormes, La Aliseda, Zapardiel de la Ribera o Navalperal de Tormes, caracter¨ªsticos por sus recoletas iglesias parroquiales.
Al otro lado de las monta?as est¨¢ El Barco de ?vila, principal localidad de la zona, que conserva un puente de ocho arcos considerado entre los m¨¢s grandes de Espa?a. Muy cerca se visita el castillo de Valdecorneja, en la cota m¨¢s alta del valle. El puerto de Tornavacas comunica esta parte de la sierra con el valle del Jerte, cuyos cerezos en flor cubren de blanco las laderas desde la ¨²ltima semana de febrero.
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