Tribulaciones andinas

Los problemas de Repsol en Bolivia no paran. A la l¨¢pida que Estados Unidos puso al millonario proyecto de exportaci¨®n de gas natural a California se ha sumado el desencuentro del Gobierno de Carlos Mesa con la petrolera al comprobar que ha vendido gas a Brasil por debajo del precio establecido. Esto impulsar¨¢ la anunciada alza de impuestos a los hidrocarburos y una completa reestructuraci¨®n del marco legal que incluye potenciar la integraci¨®n energ¨¦tica suramericana.

Andina (Repsol) y Petrobras deben explicar los detalles de las exportaciones y de su precio, que podr¨ªa ser un 30% m¨¢s bajo de lo estipulado

California se acab¨® y ahora s¨®lo queda Brasil. ?sta es la lectura que el Gobierno boliviano y las empresas petroleras que operan en el pa¨ªs han hecho despu¨¦s de la p¨¦rdida del contrato de exportaci¨®n de gas a Estados Unidos. El proyecto ser¨ªa operado por Pacific LNG, consorcio del que Repsol es el principal accionista, junto a British Gas y Pan American.

Precisamente en su af¨¢n de consolidar la ¨²nica exportaci¨®n concreta que posee en Bolivia, Repsol, que es adem¨¢s el principal inversor extranjero en hidrocarburos en este pa¨ªs, ha estado vendiendo gas natural a la petrolera estatal de Brasil, Petrobr¨¢s, a precios inferiores a los establecidos por el Gobierno boliviano y a espaldas de Yacimientos Petrol¨ªferos Fiscales de Bolivia (YPFB), la empresa p¨²blica que representa los intereses petrol¨ªferos bolivianos.

Seg¨²n ha informado el Gobierno, Andina, empresa capitalizada de la cual es due?a Repsol, y Petrobr¨¢s tendr¨¢n que entregar al Ministerio de Miner¨ªa e Hidrocarburos sendos informes detallando la operaci¨®n, los montos involucrados -que, seg¨²n estimaciones, podr¨ªan ser un 30% m¨¢s bajos que los estipulados- y el tiempo que se ha estado realizando. Brasil es actualmente el ¨²nico pa¨ªs que recibe gas boliviano de manera industrial, representando el 76% de las exportaciones de Bolivia.

Relaciones tensas

Si bien, el ministro de la cartera, Alvaro R¨ªos, ha se?alado que no existe delito en esta pr¨¢ctica -aunque no descartaron tomar medidas- y que la recaudaci¨®n por la extracci¨®n del combustible se mantiene asegurada para Bolivia, la operaci¨®n ha generado m¨²ltiples modificaciones en la Ley de Hidrocarburos y tensa a¨²n m¨¢s las complicadas relaciones entre las multinacionales, el Gobierno de Carlos Mesa y las demandas populares que exigen un alza de los impuestos a las empresas del gas. La actual ley cifra en un 18% los tributos por extraer hidrocarburos.

El mismo Mesa ha anunciado en su reciente mensaje al pa¨ªs que la nueva Ley de Hidrocarburos elevar¨¢ los impuestos a las petroleras, regular¨¢ los precios internos del combustible y posibilitar¨¢ que YPFB act¨²e en la firma de contratos con terceros pa¨ªses. Esto ¨²ltimo plantea un claro l¨ªmite a la operaci¨®n realizada por Repsol y Petrobr¨¢s.

Dentro de este mismo plan de reconstrucci¨®n de la estrategia a mediano plazo de los hidrocarburos en Bolivia, se incluyen acuerdos bilaterales y el sondeo de posibles contratos con pa¨ªses suramericanos -al margen de las negociaciones que realizan Repsol y otras petroleras- para dar salida a los 1.477 billones de metros c¨²bicos de reservas de gas natural, valoradas en 80.000 millones de d¨®lares, que posee Bolivia.

Esto significa un giro en las pol¨ªticas estatales del gas, ya que hasta ahora se apostaba exclusivamente por proyecto de exportaci¨®n a Estados Unidos. Si bien el plan de 5.000 millones de euros no est¨¢ perdido totalmente -a pesar de que Sempra Energy, el distribuidor en California, firm¨® contratos con Indonesia-, Repsol ya no ser¨¢ el proveedor exclusivo y pasar¨¢ a competir con empresas ya instaladas.

Dentro de los mercados nuevos, lo principal para Bolivia ser¨¢ consolidar el brasile?o, que importa 300 millones de d¨®lares anuales en gas natural a un ritmo de 10% de crecimiento anual. Pero la situaci¨®n no es tan f¨¢cil, pues Brasil ha estado pidiendo durante 2003 que se flexibilice el protocolo de acuerdo firmado entre ambos pa¨ªses, en virtud del cual Brasil se compromet¨ªa a comprar 30 millones de metros c¨²bicos de gas diarios de gas por 20 a?os.

Brasil pide rebajar el precio del combustible en un 30% a cambio de aumentar sus pedidos de 18 millones de metros c¨²bicos a 24 millones. Las partes se han estado acercando, pero a¨²n no hay nada firmado.

Infraestructura deficiente

Por otro lado, Argentina y Paraguay han manifestado p¨²blicamente su deseo de importar gas boliviano. Actualmente, Bolivia ya exporta 2,5 millones de metros c¨²bicos diarios de gas a Argentina, a trav¨¦s del gasoducto Madrejones, una cifra marginal y que el Gobierno de Kirchner quiere aumentar para junio de 2004. En el caso de Paraguay, se deber¨ªa construir un gasoducto hasta Asunci¨®n por valor de 500 millones de euros.

Con todo, es dif¨ªcil consolidar estos acuerdos debido a la deficiente infraestructura de transporte de gas en Bolivia y en toda Suram¨¦rica. Repsol estima que para optimizar esta integraci¨®n se necesitar¨¢ una inversi¨®n cercana a 8.000 millones de d¨®lares s¨®lo en Brasil; para el resto del continente se necesitan unos 1.700 millones de inversi¨®n en Chile, Argentina, Paraguay y la propia Bolivia.

Es precisamente esta deficiente infraestructura que impide a Bolivia industrializar su gas. A pesar de tener una de las mayores reservas del mundo, s¨®lo exporta 14 millones de metros c¨²bicos al d¨ªa, por debajo incluso de Brasil y de Colombia, exportadores considerados menores en el contexto internacional.

En suma, la congelaci¨®n de la exportaci¨®n de gas a California, una investigaci¨®n en marcha, alza de impuestos, modificaciones del marco legal y precaria infraestructura. Muchos problemas para Repsol y pocas soluciones en un mercado en que es actor principal. La petrolera es due?a de la capitalizada Andina, que re¨²ne el 25% del total de las reservas de gas natural. Adem¨¢s, posee derechos mineros sobre 13 pozos de exploraci¨®n y 25 de explotaci¨®n. A trav¨¦s de Gas Bolivia y GLP Bolivia controla el suministro de gas de los hogares y las empresas.