Un premio al compromiso
El festival de cine 'gay' de Bilbao rinde homenaje a Eloy de la Iglesia
"El cine gay no debe existir como g¨¦nero. Es como preguntarse si Casablanca es una pel¨ªcula heterosexual". Con esta claridad de ideas ha afrontado Eloy de la Iglesia (Zarautz, 1944) su paso por el primer Zinegoak, el Festival Internacional de Cine Gay-Lesbo-Trans de Bilbao, que la noche del jueves le entreg¨® su premio honor¨ªfico. El galard¨®n reconoce "una trayectoria de cine apoyando la causa de los derechos humanos, en este caso de gays, lesbianas y transexuales", dice Txema Gonz¨¢lez, presidente de Hegoak, asociaci¨®n bilba¨ªna de gays y lesbianas que monta el certamen.
De la Iglesia, director de t¨ªtulos como Los placeres ocultos (1976), El diputado (1978) y Los novios b¨²lgaros (2003), protagonizadas por personajes homosexuales, afirma que no ha querido buscar en su carrera un recurso simplemente vistoso o efectivamente transgresor. Detr¨¢s de su elecci¨®n ha existido un ¨¢nimo real de sacar a la luz unas circunstancias que muchos preferir¨ªan mantener en la penumbra. Aunque hacerlo "siempre ha sido problem¨¢tico, conflictivo y dif¨ªcil comercialmente", dec¨ªa ayer.
"S¨ª ha habido ese deseo, claro que mi intenci¨®n ha sido ¨¦sa, Lo que pasa es que, desgraciadamente, ni un director de cine, ni un escritor, pueden ser m¨¢s que un mensajero en estos casos. Y son mensajes que no se tienen demasiado en cuenta. En el fondo, mis pel¨ªculas sobre la problem¨¢tica homosexual, o sobre otro tipo de problem¨¢ticas, siempre he intentado que pudieran ser ¨²tiles para que fu¨¦ramos todos m¨¢s libres", agrega.
Filmes como Navajeros (1980), Colegas (1980), El pico (1983) o El pico 2 (1984) agrandan tambi¨¦n la imagen de un realizador que ha retratado la delincuencia, la drogadicci¨®n y otras manifestaciones de la marginalidad "como fen¨®meno social a contemplar". Aunque se resiste a reconocerse atra¨ªdo por ¨¦sta, no puede negar que es un cronista de la realidad m¨¢s dura.
"La mayor¨ªa de mis pel¨ªculas han tenido unos elementos de cr¨®nica de los que no voy a arrepentirme, lo cual no quiere decir que me apetezca seguir siempre haciendo eso. Aunque siempre me ha interesado hablar de aquellas capas sociales que necesitan m¨¢s protecci¨®n", reconoce.
En el horizonte de De la Iglesia, un profesional al que le gustar¨ªa poseer "la deslumbrante capacidad narrativa" de Bernardo Bertolucci, se encuentra ahora la ilusi¨®n de llevar a la gran pantalla El disc¨ªpulo, "un Evangelio ficticio de San Juan que cuenta qui¨¦nes eran Jes¨²s de Nazareth y sus ap¨®stoles". Atr¨¢s quedan tres lustros de par¨®n, de 1987 a 2001, forzados por "problemas personales" ya superados ("ahora mi ¨²nica adicci¨®n es una grav¨ªsima, el tabaco", asume) y por una "crisis ideol¨®gica" que ha desembocado en su actual desencanto con "el movimiento marxista-leninista ortodoxo" como un "veh¨ªculo para que las clases m¨¢s perjudicadas dejen de serlo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.