El Instituto Andaluz del Agua aborda un estudio para clarificar el coste de los recursos h¨ªdricos
L¨®pez Martos cree que los problemas de escasez se centran en la cuenca del Guadalquivir
"En los r¨ªos ya no hay sitios donde hacer presas, en Espa?a hemos hecho m¨¢s de mil, y quedan pocos acu¨ªferos v¨ªrgenes". El director del Instituto Andaluz del Agua, Juan Jos¨¦ L¨®pez Martos, considera que en los problemas de abastecimiento que se den en el futuro habr¨¢ que a?adir a "las soluciones de ingenier¨ªa", un enfoque socioecon¨®mico para determinar como distribuir el agua en Andaluc¨ªa. El Instituto ha encargado la elaboraci¨®n de un estudio para determinar el coste econ¨®mico real del agua que se utiliza en la comunidad y cu¨¢nto paga cada grupo de consumidores.
El estudio, ya en marcha, no estar¨¢ finalizado hasta dentro de un a?o al menos, y en ¨¦l trabajan cuatro equipos de expertos universitarios de Madrid, Granada, Almer¨ªa y Ja¨¦n. "Queremos saber cu¨¢nta agua tenemos, donde est¨¢, cuanto cuesta su distribuci¨®n, qu¨¦ calidad tiene y que beneficio consigue la poblaci¨®n andaluza en su conjunto de c¨®mo est¨¢ distribuida", explica L¨®pez Martos, que dirige el Instituto Andaluz del Agua (un organismo dependiente de la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas) desde mayo de 2001.
El director del Instituto recuerda que la nueva normativa comunitaria ya reclama a los Ejecutivos europeos nuevos mecanismos para hacer m¨¢s visible el precio del agua, que es especialmente bajo para los consumidores urbanos y, sobre todo, para los regantes. "Se han hecho concesiones de agua demasiado largas a gente que paga muy poco", mantiene L¨®pez Martos, quien se apoya en su experiencia (fue consejero de Obras P¨²blicas y presidente de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir) para argumentar sus afirmaciones. "El agua tiene un precio, aunque eso no quiere decir que sea un bien que se pueda regir por el mercado", a?ade.
L¨®pez Martos es partidario de empezar a aplicar valores m¨¢s reales del agua a los regantes, empresas e industrias (como la tur¨ªstica) que ganen nuevas concesiones. "Intentar acabar con derechos hist¨®ricos es muy complicado". Y aboga por reorientar las medidas p¨²blicas de apoyo. "Si el agua es barata en un regad¨ªo, lo es para quien tiene 14 hect¨¢reas y para quien tiene 1.000 hect¨¢reas. Pero cuando luego hay restricciones, afecta igual a los dos, y a uno le supone un problema para vivir y al otro un mero problema de beneficios". L¨®pez Martos cree que a partir de la aplicaci¨®n de la normativa europea, a los nuevos regantes habr¨ªa que cobrarles un precio superior y compensar a los productores m¨¢s d¨¦biles con subvenciones directas.
Pese a que Andaluc¨ªa lleva unos a?os alejada de las temibles sequ¨ªas, L¨®pez Martos puntualiza que el agua en la comunidad es un bien escaso, y que su gesti¨®n deb¨ªa orientarse a "una econom¨ªa de la escasez" y no a planes de emergencia ante los ciclos de sequ¨ªa.
El director del Instituto Andaluz del Agua considera que los principales problemas de abastecimiento se centrar¨¢n en la cuenca del Guadalquivir. "Si se hacen todas las obras previstas en el Plan Hidrol¨®gico Nacional, a¨²n habr¨¢ un d¨¦ficit h¨ªdrico de 1.000 hect¨®metros c¨²bicos". Un d¨¦ficit para el que no habr¨¢ soluciones t¨¦cnicas f¨¢ciles y que obligar¨¢ a "cambios sosegados" para cambiar la estructura econ¨®mica de un ¨¢rea donde viven cuatro millones de personas. "Los pol¨ªticos tendr¨¢n que hacer una labor pedag¨®gica, lo que no se puede es seguir con los regad¨ªos, 900.000 hect¨¢reas son suficientes".
L¨®pez Martos cree, sin embargo, que la situaci¨®n en la costa ser¨¢ menos problem¨¢tica, a pesar de la mayor presi¨®n demogr¨¢fica y tur¨ªstica. "Las desaladoras y la reutilizaci¨®n de agua dan alternativas", mantiene el director del Instituto. "En el Guadalquivir, ya se reutiliza todo el agua residual en los campos, en la costa se depura, pero todav¨ªa se tira al mar".
El Instituto, un centro investigador, tiene en marcha otros estudios, como los que trata de analizar el impacto en los r¨ªos y la costa (en la formaci¨®n de playas) de la construcci¨®n de las presas de Rules (Granada) y Alqueva (sur de Portugal).
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