El juez Hutton exculpa a Blair
El magistrado asume la tesis del Gobierno en el 'caso Kelly' y censura con dureza a la BBC
El primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, logr¨® ayer un clamoroso triunfo pol¨ªtico despu¨¦s de que el juez lord Hutton le diera la raz¨®n al Gobierno en su contencioso con la BBC por la muerte del cient¨ªfico David Kelly. La magnitud de la victoria de Blair fue sorprendente, hasta el punto de que el propio Kelly recibi¨® m¨¢s cr¨ªticas que el Ejecutivo. Los grandes perdedores han sido la BBC y sus periodistas, criticados con extraordinaria dureza por el juez. El presidente de la Corporaci¨®n, Gavyn Davies, dimiti¨® a media tarde de ayer. Blair recibi¨® con euforia apenas contenida el informe del juez, que concluye que el Gobierno no presion¨® a los servicios secretos para que exageraran el peligro que representaba el dictador iraqu¨ª Sadam Husein.
El juez descarta que el Ejecutivo introdujera el dato de que Irak pod¨ªa lanzar un ataque en 45 minutos y le exime tambi¨¦n de la acusaci¨®n de parte de la prensa de que orden¨® filtrar a la prensa el nombre de David Kelly para desacreditar a la BBC. Lord Hutton concluye que no hubo ninguna "estrategia deshonrosa o bajo mano" del Gobierno para filtrar el nombre, aunque le da un tir¨®n de orejas al Ministerio de Defensa por no advertir con tiempo al cient¨ªfico de que su nombre era ya del dominio p¨²blico.
La victoria de Tony Blair se extendi¨® a su ministro de Defensa, Geoff Hoon, al que la prensa consideraba un cad¨¢ver pol¨ªtico desde hace meses. Y tambi¨¦n a su amigo personal y entonces director de Comunicaciones, Alastair Campbell, quien, fiel a su car¨¢cter, lanz¨® un ataque demoledor contra la BBC y contra la prensa brit¨¢nica en su conjunto. Tambi¨¦n sali¨® libre de toda culpa el jefe del Comit¨¦ Conjunto de Inteligencia (JIC), John Scarlett, del que el juez dijo que nunca introdujo ning¨²n dato con el que no estuviera de acuerdo.
Sin embargo, lord Hutton hizo una llamativa referencia a Scarlett en la que se apoy¨® luego la oposici¨®n para dejar claro que las pol¨¦micas sobre Irak no se acaban con el caso Kelly. El juez aclara: "No considero que fuera impropio que el se?or Scarlett y el JIC tuvieran en cuenta las sugerencias sobre la redacci¨®n realizadas por Downing Street y adoptaran esas sugerencias cuando les parec¨ªan consistentes con la inteligencia disponible".
"Sin embargo", a?ade, "no se puede descartar por completo que ese deseo del primer ministro de tener un informe que, aunque consistente con la informaci¨®n disponible en relaci¨®n a la amenaza que supon¨ªan las armas de destrucci¨®n masiva de Sadam Husein, fuera lo m¨¢s duro posible, puede haber influenciado subconscientemente a Scarlett y otros miembros del JIC para hacer la redacci¨®n m¨¢s dura de lo que hubiera sido en una evaluaci¨®n normal del JIC".
El l¨ªder de la oposici¨®n conservadora, Michael Howard, cuya habitual acidez y punzante iron¨ªa qued¨® ayer completamente aletargada, se agarr¨® a ese punto para recordar a Blair que, aunque aceptaba las conclusiones del juez Hutton, era necesaria una investigaci¨®n independiente y amplia sobre la inteligencia en que se bas¨® el Gobierno para ir a la guerra. Una petici¨®n secundada por el l¨ªder de los liberales-dem¨®cratas, Charles Kennedy, y compartida por el ex ministro laborista Robin Cook.
Cook, que dej¨® el Gobierno en v¨ªsperas de la guerra porque pensaba que no hab¨ªa datos suficientes que avalaran la intervenci¨®n, record¨® ayer que siempre ha pensado que el caso Kelly "ha sido una gran cortina de humo para tapar el verdadero problema: que no hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva en Irak". "Llama la atenci¨®n la cantidad de intercambios de correos electr¨®nicos entre el Gobierno y los servicios secretos. Hay que estudiar la relaci¨®n demasiado estrecha entre el primer ministro y los servicios secretos, la cantidad de sugerencias que hac¨ªa el Gobierno y la facilidad con que eran aceptadas", declar¨® Cook.
Sin embargo, el juez aval¨® claramente la tesis oficial de que las presiones del Gobierno se refer¨ªan a la presentaci¨®n del informe, pero no a su contenido. Y precisa que, aunque el dato clave de los 45 minutos puede resultar falso con el paso del tiempo, su inserci¨®n en el informe sobre Irak publicado en septiembre de 2002 no se hizo por presiones del Gobierno ni contra los deseos de los servicios secretos.
El magistrado toma nota de las dudas manifestadas acerca de ese dato por Brian Jones, superior de Kelly y responsable del equipo de cient¨ªficos del espionaje militar. Pero avala la interpretaci¨®n que ha dado siempre el Gobierno a las quejas de este sector de la inteligencia, y que probablemente est¨¢n en el origen del descontento del que se hizo eco el periodista de la BBC Andrew Gilligan en el sentido de que no se opon¨ªan a la inclusi¨®n de ese dato, sino al hecho de que se presentara como un hecho seguro y no como un mero dato indicativo del espionaje. El juez concluye tambi¨¦n que el Gobierno no presion¨® para que el informe fuera "m¨¢s sexy" en el sentido de que hizo introducir "informaci¨®n falsa o que se sab¨ªa que era poco fiable". "Considero que esa alegaci¨®n es infundada", dice.
El magistrado critica m¨¢s a Kelly que al Ministerio de Defensa. Del cient¨ªfico dice que sus reuniones con el periodista Andrew Gilligan no hab¨ªan sido autorizadas y estaba "incumpliendo" los c¨®digos a los que estaba sujeto en su trabajo. Aunque por un lado da por demostrado que el cient¨ªfico no suministr¨® al periodista de la BBC los datos clave que ¨¦ste le atribuy¨®, le recrimina a Kelly que "en el momento de la reuni¨®n no se diera cuenta de la gravedad de la situaci¨®n que estaba ayudando a crear al discutir asuntos de inteligencia con Gilligan". El abogado de la familia compareci¨® para pedir, en tono severo, que el Gobierno tome medidas para evitar que se repita un caso parecido, "pese a que el juez Hutton no ha hecho ninguna recomendaci¨®n para el futuro".
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