Atracci¨®n de feria

Inspirado en los t¨ªpicos pasajes del terror de los parques de atracciones, el filme dirigido por Rob Minkoff (Stuart little) es un lujoso entretenimiento para ni?os (y s¨®lo para ni?os) en el que el objetivo es divertir a base de sustos. David Berenbaum, guionista de moda en la comedia familiar americana tras el ¨¦xito de taquilla de Elf, es un tipo listo con cierta gracia a la hora de dialogar, lo que hace que la media hora inicial (la que antecede a la llegada a la casa del terror) sea la parte m¨¢s aceptable. Despu¨¦s, salvo en la sorprendente secuencia de los bustos cantarines, La mansi¨®n encantada se convierte en m¨¢s de lo de siempre, en una sobredosis de efectos especiales.

Minkoff intenta imitar a Tim Burton en alg¨²n movimiento de c¨¢mara (sacado de Eduardo Manostijeras y Batman) y, sobre todo, en el estilo de la banda sonora, demasiado semejante a las de Danny Elfman. Adem¨¢s, recupera la melancol¨ªa de los torturados personajes de las pel¨ªculas de Roger Corman que adaptaban relatos de Edgar Allan Poe, caso de La tumba de Ligeia.

Pero ni Minkoff ni los productores parecen haberse dado cuenta de que, por mucho envoltorio que acompa?e al regalo, el problema est¨¢ en la base de la pel¨ªcula: la gracia de las casas del terror de las ferias est¨¢ en sentirse absoluto protagonista del momento, en palpar el miedo en hueso propio, y no en ver c¨®mo gritan otros.