Alguna luz

Es notable el cambio del Real Conservatorio en cuanto a sus presentaciones anuales, que aqu¨ª, en el escu¨¢lido panorama local, tiene una importancia relativa a la cantera, a ese futuro siempre oscuro para la danza y especialmente ag¨®nico para el ballet, que en la pr¨¢ctica pura y dura s¨®lo existe en su escala escol¨¢stica, y no tiene presencia alguna en la vida profesional. Y se ve, en ese cambio, alguna luz, una presentaci¨®n de mejor empaque y calidades parciales en la ejecuci¨®n. Sale mejor parada la danza espa?ola que el ballet propiamente dicho, aunque, en general, y a¨²n contando con una preparaci¨®n aceptable, faltan modulaciones del bailar, esenciales para cualquier forma cor¨¦utica (puede hablarse de musicalidad, de engarce, de sutilezas: est¨¢ haciendo mucho da?o la vulgaridad televisiva de falsos ¨¦xitos en series como Un paso adelante: eso no tiene nada que ver con la realidad de la carrera del bailar¨ªn, y debe ser advertido).

Y es preceptivo que no se puede experimentar con la inexperiencia. Lo que ser¨ªa did¨¢cticamente ¨²til a estos j¨®venes es trabajar sobre coreograf¨ªas b¨¢sicas consolidadas, verdadero repertorio (hay aqu¨ª algunos ejemplos, como el de Jos¨¦ Antonio o la agradable pieza de Fabre), pero el resto de los core¨®grafos no poseen entidad para ello, no aportan nada al poso del debutante. Caso aparte es el fragmento en forma de divertissement de Baile de graduados (1940), de David Lichine, donde no ha habido demasiado cuidado en el estilo, y el conservar las esencias del virtuosismo original. No se puede intentar reponer un ballet fr¨ªamente a partir de unos v¨ªdeos: hace falta la experiencia, eso es lo que se transmite y lo que se instala en el corpus moral del nuevo artista, que debe saber, desde el inicio, lo dif¨ªcil que es asumir, interpretar y terminar una frase de la gran danza.

La parte m¨¢s positiva de este espect¨¢culo es ver lo incrementada que est¨¢ la matr¨ªcula masculina, cuando siempre se ha carecido de chicos en el ballet; y a veces est¨¢n mejor en escena que las muchachas, lo que es un logro. Tambi¨¦n vale la pena destacar lo adecuado de la instalaci¨®n para la danza, incluso m¨¢s justas que para el teatro como tal.