Aznar defender¨¢ hoy la invasi¨®n de Irak en el Congreso de Estados Unidos
El presidente hablar¨¢ ante una sesi¨®n conjunta de la C¨¢mara de Representantes y del Senado
Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar desempolvar¨¢ hoy en Washington las armas dial¨¦cticas de defensa de la invasi¨®n de Irak, que tanto ha escatimado en las Cortes, para desplegarlas, en cambio, en la sede del Congreso de EE UU, donde el presidente del Gobierno ha sido invitado a pronunciar un discurso ante una sesi¨®n conjunta de la C¨¢mara de Representantes y del Senado. Lo har¨¢ en espa?ol, lo que apenas tiene precedentes, y en un ambiente m¨¢s propicio que el de Madrid, pero tampoco un¨¢nime: el Congreso va a investigar si la CIA exager¨® la amenaza de Sadam Husein.
Poco podr¨¢ aportar Aznar a ese debate que no ha permitido celebrar en el Parlamento espa?ol, dado que el argumento tras el que se parapeta -que todas sus afirmaciones sobre la existencia de armas de destrucci¨®n masiva en Irak fueron sacadas de los informes de los inspectores de la ONU- no tienen credibilidad en otros pagos. Hasta el punto de que pese a asegurar que contaban con las fuentes directas de sus propios servicios secretos, tambi¨¦n utilizadas por Aznar indirectamente, tanto George W. Bush como el primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, han terminado por considerar que la mejor forma de acallar el esc¨¢ndalo es someterse al escrutinio de sus respectivos Parlamentos.
No as¨ª Aznar, que enfila ya el sprint electoral con la seguridad de que no tendr¨¢ que afrontar ese debate y la satisfacci¨®n a?adida de poder exponer sus ideas al respecto en el ¨®rgano parlamentario del pa¨ªs m¨¢s poderoso del mundo.
El discurso de hoy de Aznar ser¨¢ el de un l¨ªder en retirada y tendr¨¢ ambici¨®n de trascendencia, algo as¨ª como el testamento internacional de un pol¨ªtico que espera seguir jugando un papel en el vasto mundo de las relaciones entre Espa?a y Am¨¦rica cuando deje el Gobierno. Puede darse por seguro que Aznar argumentar¨¢ que en Irak se est¨¢ librando una batalla decisiva contra el terrorismo internacional y que ¨¦ste es la gran amenaza del siglo XXI, lo que implica una revisi¨®n total de estrategias y una urgencia, mayor incluso que en el pasado, de asegurar la solidez y primac¨ªa del v¨ªnculo transatl¨¢ntico.
La invitaci¨®n a intervenir en sesi¨®n conjunta de la C¨¢mara y el Senado es un honor que se reserva a los l¨ªderes considerados por Washington como aliados estrat¨¦gicos. El ¨²ltimo que la recibi¨® fue Blair, el tercer protagonista de la cumbre de las Azores. Blair habl¨® en el Congreso, que es siempre la sede de estas sesiones conjuntas de la C¨¢mara y el Senado, el pasado 7 de julio, tres semanas antes de que el presidente de la C¨¢mara, Dennis Harstert, viniera a Madrid e invitara a Aznar a que fuera el siguiente orador.
El honor que representa la invitaci¨®n, sin duda relevante, no es, sin embargo, exclusivo, ya que Aznar har¨¢ el n¨²mero 93 de los l¨ªderes que pisan esta tribuna del Capitolio desde que, en 1824, se inaugur¨® la costumbre de abrirla a extranjeros ilustres. El primero de todos ellos fue el general Lafayette, el h¨¦roe de la Revoluci¨®n Francesa que, previamente, en 1777, se sum¨® con hombres y barco a la lucha de los independentistas americanos frente al imperio brit¨¢nico.
Aznar no ser¨¢ el primer espa?ol invitado al Congreso. El Rey pronunci¨® un discurso en este mismo foro como representante de la reci¨¦n nacida democracia espa?ola el 6 de febrero de 1976.
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