El buen nombre de Andaluc¨ªa
Quiere Manuel Chaves juego limpio en esta campa?a electoral y, sobre todo, que se salvaguarde el buen nombre de Andaluc¨ªa. Que no se relacione maliciosamente nuestra comunidad con la dependencia de subsidios y la indolencia, t¨®picos de los que hay que huir a toda costa por el da?o generalizado que nos hacen a todos. Hay que advertir ya que se trata de un vano intento del presidente andaluz, pues la expresi¨®n de este deseo llega tarde y, adem¨¢s, no hay antecedentes hist¨®ricos de que la clase pol¨ªtica haya aceptado este principio como norma a seguir y menos en tiempos electorales.
El agua ya est¨¢ derramada, m¨¢xime despu¨¦s de que los populares lanzasen su peregrina idea de desterrar del vocabulario andaluz la palabra subvenci¨®n. Al final, despu¨¦s de muchas matizaciones, hab¨ªa que entender el mensaje dando por bueno que ellos s¨ª est¨¢n por la labor de seguir con la pol¨ªtica de ayudas p¨²blicas pero bajo el principio de la cofinanciaci¨®n. Pero lo que ven¨ªan a remarcar es que quieren romper con la econom¨ªa subsidiada de los andaluces. Despu¨¦s de esto, no se sabe si se atrever¨¢n a rescatar del olvido aquello del voto cautivo para arremeter contra los socialistas a pesar de que se dibuje, de esta forma, una Andaluc¨ªa sumida en el m¨¢s absoluto de los retrasos. As¨ª que de rectificar, nada de nada.
No conocen ese verbo, de modo que el planteamiento de Chaves no deja de ser m¨¢s que un simple gesto dado que tiene escasas posibilidades de prosperar. Ni siquiera una resoluci¨®n judicial hace cambiar las posiciones del PP, tal y como se ve d¨ªa a d¨ªa. Aquellos que al referirse al denominado caso Egmasa hablaban del mayor asunto de corrupci¨®n del Gobierno de Chaves, no s¨®lo no piden disculpas, a pesar de que los tribunales no detectaran irregularidad alguna, sino que, adem¨¢s, arrojan m¨¢s sombras se?alando que "los socialistas tienen mucho que ocultar". Y se quedan tan tranquilos.
El globo de Punta Umbr¨ªa
Otro tanto se puede decir respecto a la fenomenal pol¨¦mica que se gener¨® en torno al Plan Tur¨ªstico de Punta Umbr¨ªa. El tema se hinch¨® convenientemente desde la direcci¨®n del PP en Sevilla, en contra de los criterios de los populares onubenses. Finalmente, la Fiscal¨ªa de Huelva ha pinchado este globo al no observar indicios de delito alguno. Los aludidos por el montaje aguardan una palabra al menos de descargo por parte de aqu¨¦llos que fabricaron este falso esc¨¢ndalo. Se van a tener que quedar esperando, ya que tal reacci¨®n seguro que no se va producir esta semana y ni siquiera en un futuro inmediato. El respeto a la verdad y la capacidad ejemplarizante que se deben exigir a los pol¨ªticos brilla por su ausencia. Esto es as¨ª porque este tipo de conductas les salen gratis. S¨®lo cuando la sociedad les sancione comenzar¨¢n a cambiar las cosas. Con todo, ese comportamiento, que parece obedecer al principio de vale todo con tal de hacer da?o al adversario, a veces les ocasiona alg¨²n disgusto.
As¨ª, los trabajadores de los astilleros p¨²blicos andaluces se acuerdan ahora de c¨®mo tiempo atr¨¢s, cuando gobernaban los socialistas, se manifestaban junto a ellos los dirigentes populares. Una de esas movilizaciones acab¨® frente a la sede del PSOE que termin¨® siendo asaltada por unos cuantos radicales. Despu¨¦s de tan singular idilio, ya no quieren saber nada de ellos, son unos salvajes y, lo peor de todo, est¨¢n politizados. En el PP andaluz ya lo han hecho todo, pero eso s¨ª, dicen desconocer si habr¨¢ o no expediente de regulaci¨®n de empleo, una explicaci¨®n que resulta insuficiente para unos obreros que seguir¨¢n protagonizando nuevas acciones de protesta. En efecto, nunca asumen errores, pero el destino, al final, les sorprende con estos hechos desagradables.
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