Jueces y m¨¦dicos van a la huelga para frenar a Berlusconi
Los magistrados acusan al Gobierno italiano de buscar el control de los tribunales
Los jueces y los m¨¦dicos italianos han optado por el enfrentamiento abierto con el Gobierno conservador de Silvio Berlusconi. Los m¨¦dicos secundaron ayer masivamente una huelga contra la decadencia de la Sanidad p¨²blica, y los jueces decidieron dejar vac¨ªos los tribunales el 11 de marzo. La magistratura se opon¨ªa a la reforma judicial, pero tambi¨¦n quer¨ªa airear su irritaci¨®n por los continuos insultos del primer ministro Berlusconi. En conjunto, las huelgas acentuaron la sensaci¨®n de que Italia viv¨ªa en una situaci¨®n de crisis permanente.
El malestar judicial se vio reflejado en unas palabras de Carlo Fucci, vicepresidente del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM): "Quien hoy gobierna establece las premisas de un sistema caracterizado no por la fuerza de la ley, sino por la ley del m¨¢s fuerte" y hace pensar en "la deriva institucional de 1923 (...), que estableci¨® las premisas de una fascistizaci¨®n de la justicia italiana".
La frase fue pronunciada en el congreso de la CNM, en un ambiente caldeado por la convocatoria de huelga. Aun as¨ª, caus¨® malestar en la propia sala y asombro fuera de ella. Evocar el fascismo pareci¨® exagerado a bastantes de los presentes, a los partidos de la izquierda y, por supuesto, al Gobierno. Fucci dimiti¨® ayer para acabar con la pol¨¦mica y no perjudicar al conjunto de la profesi¨®n.
La gravedad de las acusaciones del dirigente judicial y la referencia al fascismo fueron reveladoras sobre la profundidad de la herida abierta durante a?os por los insultos de Berlusconi, y especialmente por los que profiri¨® contra los jueces en el acto que conmemor¨® el d¨¦cimo aniversario de su ingreso en la profesi¨®n pol¨ªtica.
Berlusconi, que tiene varios procesos pendientes por evasi¨®n fiscal y falsificaci¨®n de balances, habl¨® en ese acto celebrado en enero del "r¨¦gimen policial" y del "jacobinismo guillotinador" de los jueces italianos y, sobre todo, dijo que "el fascismo fue menos odioso que la burocracia togada".
Tribunales desiertos
"Algunas afirmaciones han dejado heridas", reconoci¨® Piero Luigi Vigna, juez antimafia y una de las togas m¨¢s prestigiosas del pa¨ªs. Como otros jueces, Vigna se declar¨® contrario a la huelga, pero se sum¨® a la convocatoria con la esperanza de que se abriera alg¨²n tipo de di¨¢logo y pudiera evitarse el d¨ªa de los tribunales desiertos.
La convocatoria es, en realidad, de dos jornadas. En la primera, el 11 de marzo, no se trabajar¨¢. En la segunda, el 12 de marzo, s¨ª se trabajar¨¢, pero se renuncia al salario y se aporta a un fondo destinado a pagar reparaciones de material, papel de fotocopias y otras necesidades urgentes de los juzgados, cada vez m¨¢s desprovistos de medios y con m¨¢s causas pendientes.
La ANM, que agrupa a todos los sindicatos judiciales, consider¨® que el Gobierno de Berlusconi no quer¨ªa "reformar la justicia, sino a los jueces", e interpret¨® el proyecto de ley, actualmente en el Parlamento, como un intento de "domar" a los magistrados y someterlos al control gubernamental.
En cierta forma, tiene raz¨®n, porque se quiere crear una estructura jer¨¢rquica de los fiscales, sometida en ¨²ltimo extremo al Gobierno. Tambi¨¦n la tiene el ministro de Justicia, Roberto Castelli, al se?alar que su reforma se orienta a "homologar" el funcionamiento de los tribunales italianos con el de los franceses o espa?oles, y al denunciar que los jueces se hab¨ªan erigido en un "partido" que iba m¨¢s all¨¢ de la defensa de sus intereses corporativos.
En ¨²ltimo extremo, la revuelta de los jueces y, en menor medida, la huelga de los m¨¦dicos, son la consecuencia del creciente desplazamiento de la oposici¨®n desde el Parlamento a la calle, por la incapacidad de los partidos de izquierda para articular una pol¨ªtica alternativa a la del Gobierno.
La huelga de la Sanidad p¨²blica tuvo un seguimiento muy alto, que el principal sindicato convocante, Anaao-Assomed, cifr¨® en un 90%. Incluso algunos centros m¨¦dicos privados se unieron a la protesta, que afect¨® a unos 155.000 profesionales y oblig¨® a retrasar unas 90.000 visitas e intervenciones: s¨®lo se realizaron las operaciones que no admit¨ªan espera y los servicios m¨ªnimos se limitaron a las urgencias.
Los 42 sindicatos del sector se mostraron un¨¢nimes en una huelga que fue, hasta cierto punto, un grito de exasperaci¨®n por la continua decadencia de la Sanidad p¨²blica, la falta de negociaciones para renovar un contrato-marco que expir¨® dos a?os atr¨¢s, la reducci¨®n en 6.000 millones de euros del presupuesto para 2004 y el temor a que la proyectada implantaci¨®n de un sistema pol¨ªtico m¨¢s o menos federal, que ceder¨¢ a las regiones todo el control sobre la Sanidad, agravara las diferencias entre unas zonas y otras.
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