Salvar el telescopio 'Hubble'
Campa?a para que la NASA cambie su decisi¨®n de abandonar el observatorio a su suerte
C on una historia tan ajetreada como la del telescopio espacial Hubble, llena de brillantes ¨¦xitos y aderezada de serios problemas, es natural que el anuncio de su final adelantado haya provocado una intensa pol¨¦mica. El director de la NASA, Sean O?Keefe, no ha dado marcha atr¨¢s por ahora de su reciente decisi¨®n de que no habr¨¢ m¨¢s misiones tripuladas de servicio del observatorio para alargar su vida al m¨¢ximo, aunque ha aceptado una evaluaci¨®n independiente de la situaci¨®n.
Ha sido su respuesta, por el momento, a la petici¨®n de parlamentarios estadounidenses de replantear la decisi¨®n, acompa?ada de la presi¨®n de la comunidad cient¨ªfica. El Comit¨¦ de Ciencia del Congreso analizar¨¢ ma?ana la cuesti¨®n. Tambi¨¦n muchos particulares y aficionados han manifestado su solidaridad con el viejo Hubble, proponiendo ideas para salvarlo e incluso ofreciendo dinero para costear su funcionamiento.
Para muchos, el 'Hubble' es la primera v¨ªctima del nuevo plan espacial de Bush
"No hay que levantar falsas esperanzas", ha dicho Barbara Mikulski, la senadora por el Estado de Maryland -donde est¨¢n el instituto cient¨ªfico del telescopio espacial y el centro de la NASA que lo controla- que ha encabezado la petici¨®n parlamentaria a O?Keefe para que se asesore sobre su decisi¨®n. La cancelaci¨®n de la pr¨®xima misi¨®n de servicio y reparaciones del Hubble, que los astronautas deber¨ªan hacer en un transbordador espacial en 2006, supone que el telescopio puede dejar de funcionar en cualquier momento a partir de esa fecha, mucho antes de lo previsto, que era 2011 o 2012.
Seg¨²n O?Keefe, la decisi¨®n de abandonar el Hubble a su suerte se basa en criterios de seguridad de los astronautas, aunque hayan influido otros factores, pero muchos interpretan que el telescopio espacial es la primera v¨ªctima del nuevo plan del presidente Bush de orientar el esfuerzo espacial estadounidense a la exploraci¨®n rob¨®tica y tripulada de la Luna y de Marte. En unos informes sin firma que han circulado en los ¨²ltimos d¨ªas se afirma que una misi¨®n al Hubble es m¨¢s segura que una a la Estaci¨®n Espacial.
En la reuni¨®n del pasado 16 de enero con el equipo del Hubble, el director de la NASA expuso un conjunto de razones para suspender las vitales misiones de servicio del observatorio. "Dijo varias veces que el dinero no era un factor de la decisi¨®n y que no era s¨®lo una cuesti¨®n de seguridad. Claramente tanto el dinero como la seguridad se han tenido en cuenta", inform¨® "a los colegas y amigos del Hubble", el director del instituto cient¨ªfico del telescopio espacial, Steven Beckwith.
El Hubble, lanzado en 1990, est¨¢ en ¨®rbita a unos 550 kil¨®metros de altura, precisamente al alcance de los transbordadores para que puedan realizar misiones de puesta al d¨ªa, reparaci¨®n y sustituci¨®n de los instrumentos. Los astronautas han hecho ya cuatro de estas misiones, incluida la m¨¢s cr¨ªtica. Fue la primera, en 1993, cuando instalaron un dispositivo para corregir el grave defecto del espejo principal.
La cuesti¨®n del peligro para los astronautas surge de las recomendaciones del comit¨¦ que investig¨® el accidente del Columbia de hace un a?o, presidido por el almirante retirado Harold Gehman, a quien ahora O?Keefe ha pedido la opini¨®n independiente sobre su decisi¨®n de dejar el Hubble sin servicio. Tras aquel accidente, la comisi¨®n de Gehman propuso varias medidas para los vuelos de los transbordadores, como equiparlos para que puedan ser inspeccionados y reparados en ¨®rbita en caso de que se hayan producido desperfectos en el lanzamiento, o que la Estaci¨®n Espacial Internacional (ISS) sirva de refugio para la tripulaci¨®n si hay problemas. Las nuevas medidas, ya de por s¨ª costosas, son mucho m¨¢s dif¨ªciles cuando se trata de subir al Hubble, en una ¨®rbita muy alta. Habr¨ªa que tener preparado otro transbordador para salir inmediatamente a recoger la tripulaci¨®n, una operaci¨®n nunca hecha antes, si el primero resultara da?ado.
Adem¨¢s, las nuevas medidas de seguridad implican restricciones de vuelos y se ha decidido dedicar los que se puedan hacer -hasta 2010 en que dejen de volar- a terminar la construcci¨®n de la ISS. Incluso se habla de que las tripulaciones se trasladen en vuelos rusos.
Otro argumento para la decisi¨®n es que ahora hay excelentes telescopios ¨®pticos en Tierra. Sin embargo los cient¨ªficos defienden la importancia cient¨ªfica del Hubble y lo mucho que se puede seguir descubriendo con ¨¦l. El plan era que funcionase hasta que se lanzase en 2011 el pr¨®ximo telescopio espacial, el James Webb, un observatorio de infrarrojo, de espejo mayor, que se situar¨¢ a un mill¨®n y medio de kil¨®metros de la Tierra.
Ser¨ªa ideal solapar un poco los dos telescopios para poder combinar las observaciones ¨®pticas e infrarrojas de determinados objetos especialmente interesantes, se?ala un comit¨¦ de seis expertos, presidido por el astrof¨ªsico John Bahcall, que ha estudiado la transici¨®n del Hubble al James Webb y las implicaciones del cierre anticipado del primero.
En la misi¨®n de 2006 suspendida estaba previsto no s¨®lo cambiar los gir¨®scopos -los elementos m¨¢s susceptibles de fallo a corto plazo-, las bater¨ªas y algunas otras piezas del Hubble, sino tambi¨¦n instalar dos nuevos instrumentos cient¨ªficos: la c¨¢mara de tercera generaci¨®n desarrollada en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA, en Pasadena y un espectr¨®grafo, que est¨¢n ya hechos y que han costado 160 millones de d¨®lares. "La seguridad de los astronautas es siempre una cuesti¨®n prioritaria en cualquier misi¨®n espacial, pero el Hubble es el telescopio m¨¢s productivo de todos los tiempos y un claro motivo de orgullo nacional. Tenemos que sopesar con cuidado todas las soluciones posibles", ha dicho Catherine A. Pilachowski, presidenta de la Asociaci¨®n Americana de Astronom¨ªa.
Las quejas no s¨®lo se est¨¢n produciendo en EE UU. No hay que olvidar que el Hubble es un programa conjunto con la Agencia Europea del Espacio (ESA), que financia el 20% del mismo. "Los europeos podemos hacer poco directamente para cambiar la decisi¨®n de la NASA. Sin embargo, consideramos que debe proclamarse el sentimiento general de decepci¨®n en la comunidad cient¨ªfica", afirman en una carta abierta Eric Emsellem y Monica Tosi, miembros europeos del Comit¨¦ de Usuarios del Telescopio Espacial.
En la situaci¨®n actual se ha acelerado el estudio de estrategias para deshacerse del Hubble cuando ya no funcione. La idea inicial de que los astronautas trajeran de vuelta a la Tierra el telescopio con un transbordador est¨¢ ya descartada, pero tampoco puede ser abandonado para que caiga incontroladamente. Se hab¨ªa pensado en instalar en el telescopio un sistema de propulsi¨®n durante una futura misi¨®n tripulada para poder dirigirlo hacia el oc¨¦ano. La otra opci¨®n ser¨ªa proceder a la instalaci¨®n rob¨®tica de dicho sistema o enviar una nave autom¨¢tica que se acoplase al telescopio e hiciese de propulsor para sus ¨²ltimas maniobras. "No hay pruebas de que la soluci¨®n rob¨®tica ser¨ªa menos costosa [que la tripulada]", se?ala la comisi¨®n Bahcall. "S¨®lo la del transbordador proporcionar¨ªa tambi¨¦n el beneficio de la explotaci¨®n completa del Hubble".
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