Un pacto a pedales
Colectivos ciudadanos promueven una resoluci¨®n parlamentaria en defensa de la bicicleta
Si una civilizaci¨®n alien¨ªgena tuviera oportunidad de espiar la vida en las grandes ciudades del planeta Tierra podr¨ªa llegar a pensar que nuestro mundo est¨¢ habitado por los coches y que los humanos apenas somos una especie de par¨¢sitos que ocupan los veh¨ªculos a motor. ?stos requieren de enormes inversiones para poder moverse a su antojo por carreteras, autopistas o rondas de circunvalaci¨®n, mientras que los peatones disponen de un espacio rid¨ªculo en comparaci¨®n con las infraestructuras que devoran los autom¨®viles.
A pesar de la atenci¨®n desmesurada que recibe, el uso de este medio de transporte no ha resuelto el problema de la movilidad en las grandes urbes. La velocidad media de un automovilista en la mayor¨ªa de las capitales andaluzas oscila, seg¨²n el grado de saturaci¨®n que presenten las v¨ªas del casco urbano, entre los seis y los 15 kil¨®metros por hora, mientras que un ciclista en id¨¦nticas circunstancias se mantiene, sin dificultad, en los 20 kil¨®metros por hora de media, usando, adem¨¢s, el ¨²nico transporte que permite desplazamientos puerta a puerta.
Si a esta ventaja sumamos las facilidades que otorgan el clima y la orograf¨ªa, el uso de la bicicleta no deber¨ªa ser un recurso casi anecd¨®tico en el conjunto de las f¨®rmulas de transporte que a diario usan los andaluces en sus desplazamientos urbanos. Aunque estos argumentos aparecen de forma insistente en todos los estudios sobre movilidad urbana, a la hora de la verdad las distintas administraciones apenas prestan apoyo a los ciclistas que, literalmente, se juegan la vida en su af¨¢n por trasladarse usando el medio de transporte m¨¢s eficiente y limpio.
Al margen de campa?as e iniciativas puntuales, los colectivos que en Andaluc¨ªa aglutinan a los defensores de las dos ruedas se han embarcado, por vez primera, en una acci¨®n colectiva de gran envergadura, destinada a incentivar la adhesi¨®n a un Pacto Andaluz por la Bicicleta. El documento, que puede consultarse y suscribirse en Internet (www.andaluciaporlabici.org), lo promueven A Contramano (Sevilla), Granada al Pedal, Plataforma Carril-Bici (C¨®rdoba) y Ruedas Redondas (M¨¢laga).
En cinco meses, y con independencia de las adhesiones individuales, se ha conseguido el respaldo de m¨¢s de un centenar de colectivos e instituciones, entre las que se cuentan el Ayuntamiento de Sevilla, la Diputaci¨®n de Granada o la Universidad de C¨®rdoba. En definitiva, se trata de ir sumando apoyos para que, a comienzos del pr¨®ximo oto?o, el pacto pueda convertirse en un proyecto de resoluci¨®n que se remitir¨ªa al Parlamento andaluz para su aprobaci¨®n.
Adem¨¢s de los ep¨ªgrafes en los que se defiende la utilidad p¨²blica de la bicicleta, tanto por sus beneficios ambientales como por su contribuci¨®n a la salud personal, los promotores del pacto concretan algunas reivindicaciones. En primer lugar, precisa el pacto, habr¨ªa que "elaborar y aprobar medidas legislativas que garanticen la adaptaci¨®n de las v¨ªas p¨²blicas de Andaluc¨ªa al uso de la bicicleta", lo que supone, como m¨ªnimo, disponer de la se?alizaci¨®n adecuada, adaptar las normas de dise?o de las v¨ªas al uso de este tipo de transporte y, cuando sea necesario, reservar espacios exclusivos (carril-bici).
La atenci¨®n a la bicicleta deber¨ªa, asimismo, incluirse en los planes intermodales de transporte y en los planes de ordenaci¨®n del territorio que se vienen aplicando en las grandes ¨¢reas metropolitanas de la comunidad aut¨®noma. En estos casos no s¨®lo se trata de dise?ar v¨ªas aptas para el uso de bicicletas sino que, adem¨¢s, habr¨ªa que desarrollar campa?as que fomentaran el uso de estos veh¨ªculos e infraestructuras que permitieran una correcta combinaci¨®n con los transportes p¨²blicos.
Tomando el ejemplo de otras comunidades aut¨®nomas, el pacto sugiere la puesta en marcha de una red b¨¢sica de v¨ªas ciclistas, a la que se incorporar¨ªan, mediante programas de recuperaci¨®n y puesta en valor, caminos rurales y v¨ªas pecuarias, as¨ª como carreteras comarcales adaptadas al uso de la bicicleta.
Un compromiso a¨²n m¨¢s directo es el que se pide a las administraciones p¨²blicas para que faciliten el acceso en bicicleta a todos sus edificios e instalaciones, dot¨¢ndolas, por ejemplo, de aparcamientos espec¨ªficos.
Seguir apostando por el veh¨ªculo a motor privado, en detrimento de otras f¨®rmulas de transporte m¨¢s sostenibles, no s¨®lo reporta perjuicios ambientales o sanitarios. Los autores del pacto advierten de que las "ingentes inversiones que requieren los autom¨®viles restan recursos a la educaci¨®n, la sanidad o la cultura". De esta manera, a?aden, "el fomento de la movilidad sostenible se enmarca dentro de aquellas pol¨ªticas progresistas que inciden en dedicar m¨¢s recursos a aquellos sectores directamente ligados al estado de bienestar".
sandoval@arrakis.es
Haciendo n¨²meros
La mitad de la gasolina que se consume en Espa?a se emplea en realizar desplazamientos urbanos, una cuarta parte de los cuales son para recorrer distancias inferiores a los dos kil¨®metros. Si estos peque?os recorridos se efectuaran andando o en bicicleta, se ahorrar¨ªan cada a?o alrededor de 1.000 millones de litros de combustible.
El Plan de Medio Ambiente Urbano que elabor¨® la Consejer¨ªa de Medio Ambiente consideraba a la bicicleta como "una alternativa viable frente al autom¨®vil para trayectos cortos de menos de 8 kil¨®metros". Sin embargo, la movilidad en este tipo de veh¨ªculos (inferior al 5% en las urbes de mayor tama?o de la regi¨®n) "est¨¢ muy por debajo de la de los pa¨ªses europeos mod¨¦licos en este aspecto".
A comienzos de siglo un occidental medio recorr¨ªa cada a?o unos 2.500 kil¨®metros, de los cuales alrededor de 2.000 los realizaba a pie. Hoy la cifra se ha disparado hasta superar los 13.000 kil¨®metros anuales, y solo 500 se hacen a pie. Parad¨®jicamente, cada vez hay m¨¢s personas que madrugan para correr, acudir a un gimnasio o realizar ejercicio en una bicicleta est¨¢tica, y luego toman su coche para recorrer los pocos kil¨®metros que los separan de su lugar de trabajo.
La bicicleta es el principal medio de transporte del mundo, con unos 800 millones de usuarios, frente a los 460 millones que utilizan el coche. Mientras que s¨®lo un 10% de la poblaci¨®n mundial puede permitirse econ¨®micamente un coche, a una bicicleta tiene acceso el 80%.
El ciclista encabeza la clasificaci¨®n de eficiencia energ¨¦tica de los medios de transporte, ya sean de tracci¨®n animal o mec¨¢nica. La bicicleta es tres o cuatro veces m¨¢s r¨¢pida que el desplazamiento a pie con s¨®lo un tercio del esfuerzo que emplea el peat¨®n.
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