La guerra de la moral divide a EE UU
La reivindicaci¨®n del matrimonio homosexual abre una dura disputa sobre valores en la campa?a electoral
En las mismas escaleras de m¨¢rmol del Ayuntamiento de San Francisco en las que se casaron, hace 50 a?os, Marilyn Monroe y la estrella del b¨¦isbol Joe DiMaggio, se est¨¢n ahora casando miles de parejas homosexuales. El presidente George W. Bush, "turbado" por este invierno de amor en San Francisco y por la decisi¨®n del Supremo de Massachusetts, que considera anticonstitucional prohibir las bodas gays, se ha lanzado a la campa?a electoral alentando una enmienda para que la Constituci¨®n establezca que s¨®lo es matrimonio la uni¨®n de hombre y mujer. La derecha religiosa quiere a¨²n m¨¢s; y los l¨ªderes dem¨®cratas temen las consecuencias electorales de esta pol¨¦mica que divide a los estadounidenses, como ocurri¨® con el aborto en los a?os noventa.
Bush necesita la movilizaci¨®n de los m¨¢s extremistas para ser reelegido
Es una guerra abierta en la que se libran batallas en varios niveles, con las presidenciales de noviembre siempre presentes. La primera carga de profundidad lleg¨® el 18 de noviembre, con la decisi¨®n del Supremo de Massachusetts -que entrar¨¢ en vigor el 17 de mayo- a favor de que se den licencias matrimoniales a las parejas gays. Bush contest¨® prometiendo defender "la santidad del matrimonio". El alcalde de San Francisco, Gavin Newsom, autoriz¨® el 12 de febrero los matrimonios del mismo sexo, a pesar de lo que dice el C¨®digo de Familia de California. Bush, que olfate¨® la baza electoral, reaccion¨® el martes cargando contra "unos cuantos jueces y autoridades locales que quieren cambiar la instituci¨®n fundamental de la civilizaci¨®n" y proponiendo la enmienda constitucional, lo que arranc¨® aplausos entre los grupos extremistas y condenas de los dem¨®cratas por electoralismo.
Grupos ultras
El viernes, el Supremo de California -el mismo que hace 56 a?os legaliz¨® los matrimonios interraciales y que hace 25 a?os fall¨® en contra de las discriminaciones de las empresas contra los homosexuales- mantuvo las bodas y se neg¨® a anular las 3.500 licencias concedidas, como quer¨ªan los grupos ultras que hab¨ªan denunciado al alcalde de San Francisco. El alcalde, a su vez, se ha querellado contra el C¨®digo de Familia por discriminaci¨®n. Tambi¨¦n el viernes, la Seguridad Social entr¨® en acci¨®n al ordenar a sus oficinas que no acepten los certificados de matrimonio expedidos en San Francisco o en cualquier Ayuntamiento, como el de New Paltz (Nueva York), donde su alcalde, Jason West, cas¨® anteayer a 25 parejas gay. El fiscal de Nueva York, Eliot Spitzer, sin pronunciarse sobre su legalidad, se neg¨® a paralizar las ceremonias de New Paltz.
En todo el pa¨ªs, c¨¢maras legislativas, ayuntamientos y grupos de presi¨®n han entrado en la refriega. "Es una nueva guerra civil", asegura Randy Thomasson, director ejecutivo de Campaign for California Familias, que se ha querellado -sin ¨¦xito por ahora- contra el alcalde Newsom. "Bush hace lo correcto al apoyar la enmienda constitucional contra el matrimonio entre homosexuales, pero no es suficiente. No basta con proteger el t¨¦rmino matrimonio. Para defender la instituci¨®n de los ataques de pol¨ªticos corruptos y de jueces activistas, tenemos que proteger los derechos y la esencia del matrimonio como la uni¨®n s¨®lo entre hombre y mujer. Hay que luchar contra las llamadas uniones civiles y las leyes de parejas de hecho, que son como el matrimonio gay, pero con otro nombre", dice a EL PA?S.
No es una opini¨®n aislada. Aparte de que 38 Estados consideran que el matrimonio es un sacramento entre hombre y mujer, los legisladores republicanos m¨¢s radicales se est¨¢n movilizando para reformar las Constituciones de los Estados y prohibir uniones o matrimonios gays. Ohio ha llegado incluso a negar beneficios a las parejas de los funcionarios homosexuales.
Para Jon Davidson, asesor jur¨ªdico de Lambda Legal, el reconocimiento legal de los matrimonios entre personas del mismo sexo es muy importante: "Es, ahora mismo, la pieza central en la lucha por la igualdad. Es un reconocimiento de los derechos del individuo y de un grupo social: del derecho no s¨®lo a existir, sino a convivir socialmente, a formar pareja".
Formar pareja legal implica derechos de propiedad, herencias, seguros y pensiones, cobertura m¨¦dica, divorcios o custodia de los hijos. Las uniones civiles, como la que est¨¢ en vigor en Vermont, no son transferibles a otros Estados ni incluyen todos los derechos federales -1.049, exactamente- asociados al matrimonio, sobre todo los beneficios de la Seguridad Social y las pensiones. Esto, que para algunos es la prueba de que no se puede discriminar, es para otros el motivo oculto de las bodas gays: "La experiencia de California prueba hasta qu¨¦ punto los activistas homosexuales est¨¢n dispuestos a sacar partido del t¨¦rmino matrimonio. Lo que quieren son las ventajas, aprovecharse de los derechos y beneficios asociados al matrimonio", asegura Thomasson.
Los matrimonios homosexuales no son apoyados por la mayor¨ªa de los estadounidenses, aunque, como en todo sondeo, la respuesta depende de c¨®mo se haga la pregunta. Seg¨²n Newsweek, solamente un 23% estar¨ªa de acuerdo, pero otro 24% aprueba las uniones civiles entre gays. Seg¨²n Gallup, el 53% est¨¢ a favor de la enmienda constitucional de Bush y el 44%, en contra, pero en un sondeo de la Universidad de Pennsilvania, el 48% est¨¢ en contra y el 41% a favor.
Es muy dif¨ªcil que la enmienda tenga ¨¦xito. No s¨®lo porque hace falta el acuerdo de dos tercios del Congreso y del 75% de los Estados, sino porque la propia Constituci¨®n consagra la no discriminaci¨®n y la igualdad ante la ley. Pero el objetivo no es la enmienda: lo que Bush quiere es ser reelegido. Para ello necesita la movilizaci¨®n de los m¨¢s extremistas y el rechazo que los moderados puedan sentir ante los matrimonios homosexuales.
Por eso, los dirigentes dem¨®cratas, que creen que las medallas de John Kerry en Vietnam y la simpat¨ªa de John Edwards han derrumbado los ¨ªndices de popularidad de Bush, est¨¢n nerviosos con lo que pasa en San Francisco y en otros lugares y tratan de frenarlo. Tarea in¨²til, porque en la polarizaci¨®n que domina a EE UU, la movilizaci¨®n de la derecha cristiana contra "esta calculada campa?a de dar apariencia de normalidad al comportamiento homosexual", en palabras del reverendo Louis Sheldon, fundador de la Coalici¨®n de Valores tradicionales, se encontrar¨¢ enfrente con la movilizaci¨®n de los activistas dem¨®cratas y los grupos de derechos humanos, con todos los que piensan como Jason West, el alcalde de New Paltz: "Lo que estamos contemplando en Am¨¦rica hoy es el florecimiento del m¨¢s amplio movimiento de derechos civiles que este pa¨ªs ha tenido en toda una generaci¨®n".
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