Palacio de los Condes: ?reconstrucci¨®n?
Uno de los pocos monumentos emblem¨¢ticos que posee La Alpujarra se encuentra en ?rgiva: la Torre Almenada del Palacio de los Condes de S¨¢stago.
Propiedad del Gran Capit¨¢n, primer duque de Sesa y posiblemente su constructor, ya que en el archivo de la Corona de Arag¨®n, en la secci¨®n denominada Condes de S¨¢stago, entre los documentos catalogados sobre el se?or¨ªo de ?rgiva, en el legajo 15, n¨²mero 1, se encuentra la licencia original concedida por los Reyes Cat¨®licos, firmada por ellos el 26 de septiembre de 1499, al Gran Capit¨¢n para que pudiera hacer una fortaleza en su villa de ?rgiva. Esta torre fue testigo de la rebeli¨®n de los moriscos en diciembre de 1568 y de las contiendas posteriores. A su importancia militar en esta ¨¦poca hacen referencia el cronista M¨¢rmol Carvajal y Julio Caro Baroja.
Un miembro de la familia Carrillo, ¨²ltimos propietarios del edificio, en 1902 decidi¨® cubrir la Torre con un tejado de cuatro vertientes; muchos orgive?os hemos pensado siempre en la importancia de quitar el a?adido y dignificar el Torre¨®n. Hace a?os el Ayuntamiento de ?rgiva adquiri¨® la propiedad y en 1999 se presentaba el proyecto de restauraci¨®n, patrocinado por la Junta, Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas. Era el momento, aprovechando la restauraci¨®n, de dejar la Torre como era, sin cubierta.
Como concejal que era en ese momento, present¨¦ una moci¨®n al pleno del Ayuntamiento en la que solicitaba hacer todo lo posible para que no se le pusiera el tejado a la Torre. Tras el debate correspondiente, fue votada por todos los grupos pol¨ªticos, con la abstenci¨®n del PSOE. Si en una democracia las personas elegidas son la representaci¨®n del pueblo, la noche del 5 de julio de 2002 el pueblo de ?rgiva se manifestaba a trav¨¦s de sus representantes. El alcalde, don Alfonso Mart¨ªn Radial, remiti¨® esta decisi¨®n plenaria de no cubrir el Torre¨®n a la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas, a la Comisi¨®n Provincial de Patrimonio y a los arquitectos redactores del proyecto. Nadie hizo caso de la petici¨®n. Y nadie, institucionalmente, la ha defendido. Se ha puesto una cubierta que es una verg¨¹enza, unas barandas y unas rejas que nada tienen que ver con las originales. ?Ah, y un reloj! El edificio ha perdido su solera y el Torre¨®n su car¨¢cter medieval (aunque posiblemente se hizo al iniciarse la Edad Moderna) y hoy parece un edificio para albergar una sucursal bancaria o un establecimiento comercial. Estamos indignados. Habr¨ªa que pedir responsabilidades a los organismos e instituciones que han hecho dejadez de sus funciones y, en especial, a los arquitectos del proyecto, don Rafael Soler M¨¢rquez y don Francisco Mart¨ªnez Manso, que han hecho o¨ªdos sordos a la petici¨®n del Ayuntamiento.
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