Oro para dos velocistas decentes
El brit¨¢nico Gardener y la estadounidense Devers se imponen con autoridad en los 60 metros
Pueden acercarse sin miedo al brit¨¢nico Jason Gardener; tocarle los m¨²sculos y comprobar que no son de pl¨¢stico o metal; ver que no muerde, que es simp¨¢tico. Se acab¨® la era de los velocistas arrogantes, de las monta?as de m¨²sculo sospechosas, de los f¨ªsicos imposibles. Ya es oficial. El nuevo amanecer que anunciaron, pretenciosos, el estadounidense Tim Montgomery y el tambi¨¦n brit¨¢nico Dwain Chambers aquel d¨ªa del oto?o parisiense de 2002 en que parec¨ªa que la barrera de los 9,75s en los 100 metros era ya un mito -el primero acababa de rebajar el r¨¦cord del mundo a 9,78s; el segundo, de llegar a los 9,87s-, se convirti¨® meses despu¨¦s, tambi¨¦n en Par¨ªs, en la derrota m¨¢s sangrante de sus postulantes, en la victoria impensable en los Mundiales de un joven t¨ªmido y delgado, Kim Collins, de San Kitts y Nevis, que ni tomaba vitaminas ni hac¨ªa pesas, con el tiempo m¨¢s lento en 20 a?os: 10,07 segundos.
Ayer, Gardener, de correr gr¨¢cil y fluido, La Bala de Bath [su ciudad natal, inglesa], que gusta de que le llamen "un sprinter decente", que siempre ha estado a la sombra del expansivo Chambers, confirm¨® la tendencia. Entrenado por Malcolm Arnold, ex t¨¦cnico de dos grandes corredores naturales, los vallistas Akii-Bua y Colin Jackson, hace pesas, pero su f¨ªsico -1,78 metros, 70 kilos- est¨¢ lejos de la ferocidad de quienes se han visto envueltos en los esc¨¢ndalos de dopaje -la THG de Chambers, las relaciones de Montgomery con el entrenador de Ben Johnson...- que han limpiado el panorama, lentificado las marcas, asustado al personal...
Gardener, de 28 a?os, lleg¨® a Budapest con la mejor marca del a?o (6,46s) y como favorito -hab¨ªa ganado 11 de sus 12 carreras desde finales de enero- y sali¨® con el convencimiento de los que nada temen. Con dos r¨¢pidas zancadas, tom¨® la cabeza a los 10 metros y no la solt¨® pese a las acometidas del norteamericano Shawn Crawford y el griego Ye¨®ryios Theodoridis. En Atenas, Gardener, al que siempre se ha considerado un mero especialista en pista cubierta, piensa demostrar que tambi¨¦n sabe correr los 100 metros y que la era de los limpios seguir¨¢ alarg¨¢ndose.
En los Juegos seguramente no estar¨¢ Gail Devers, a quien los trials ol¨ªmpicos norteamericanos, en julio, la pillar¨¢n trabajando para su fundaci¨®n ben¨¦fica. Ser¨¢ una pena porque es otra de la raza de los decentes. Tiene 37 a?os; fue campeona en Barcelona 92; hace una semana, en 49 minutos, se convirti¨® en la primera estadounidense en ganar los t¨ªtulos nacionales de los 60 lisos y los 60 vallas, y ayer alcanz¨® la mitad de la gesta. Gan¨® los lisos -su tercer mundial indoor- con 7,08s, el tiempo que hizo campeona a Nelli Cooman en 1987 y 13 cent¨¦simas m¨¢s lento que el suyo hace 11 a?os para ganar su primer t¨ªtulo.
Devers se prepara sola, sin entrenador. "No necesito m¨¢s", dice; "el camino de la longevidad pasa por escuchar lo que dice tu cuerpo". Ayer, su marca de f¨¢brica, las descomunales u?as de tres pulgadas, las llevaba azules, a juego con su uniforme. Ma?ana, cuando intente ganar los 60 vallas, puede que las lleve platino, el color que le gusta lucir a veces: "Es el que simboliza mis esfuerzos. Preciso estos desaf¨ªos porque cada vez me cuesta m¨¢s encontrar tiempo para entrenarme".
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