M¨¢rquez Villanueva sit¨²a la invenci¨®n del mito de Santiago en la Reconquista
El historiador revisa las interpretaciones de la figura del ap¨®stol durante 1.000 a?os
La historia de la Espa?a medieval hubiera sido diferente sin la figura de Santiago. Santo guerrero y mito nacional, Santiago es presentado a lo largo de los siglos con cualidades que van desde su poder curativo hasta sus dotes para el combate. Francisco M¨¢rquez Villanueva (Sevilla, 1931) ha ahondado en las circunstancias que rodean al santo en su libro Santiago: trayectoria de un mito, que ha publicado Edicions Bellaterra con pr¨®logo de Juan Goytisolo.
El libro ha supuesto "10 a?os de trabajo intenso". "Me di cuenta de que el mito de Santiago era una columna de nuestra historiograf¨ªa", se?ala M¨¢rquez Villanueva, que dirige como profesor de investigaci¨®n la C¨¢tedra Arthur Kingsley Porter de la Universidad de Harvard (EE UU). Autor de una veintena de libros, Francisco M¨¢rquez Villanueva, que se incorpor¨® al Departamento de Lenguas Rom¨¢nicas de Harvard en 1978, ha dedicado gran parte de su trabajo a la cultura espa?ola medieval.
El historiador ha centrado su labor en "momentos especiales en la evoluci¨®n del tema de Santiago, que ha sido uno de los motores de la historia espa?ola a lo largo de 1.000 a?os". "Tenemos los datos, pero hay que sacarles su sentido. Nuestra historiograf¨ªa ha sido insuficiente y muy orientada a la b¨²squeda de ciertos efectos y a una presentaci¨®n interesada con una inclinaci¨®n ideol¨®gica y pol¨ªtica transparente", comenta M¨¢rquez Villanueva, al que la Junta nombr¨® recientemente hijo predilecto de Andaluc¨ªa.
Bajo el reino de los visigodos "no hubo la menor sospecha" de un v¨ªnculo de Santiago con Espa?a, seg¨²n explica el historiador. "San Isidoro rechaza esta relaci¨®n. Dice que no encuentra datos. Es una idea que nace fuera de Espa?a. Y lo hace en un periodo hist¨®rico muy comprometido: el momento del apocalipsis de la Espa?a visigoda", dice el profesor. El mito de Santiago florece porque se busca "la manera de encontrar un camino para el futuro de una Espa?a cristiana". "El mito se centra en su primera etapa en los milagros. En el siglo VIII unos cuantos refugiados de la cat¨¢strofe visigoda no pueden ni so?ar con un predominio sobre el poder califal", asevera.
La leyenda surge, pues, en un ¨¢mbito cristiano comprimido por el islam. "En esas tierras de Asturias y Cantabria hab¨ªa habido muy poca romanizaci¨®n. Tampoco los visigodos se interesaron por ellas. Eran tierras salvajes, muy lejanas, muy monta?osas, h¨²medas... Aquella zona no produc¨ªa nada. Eran tierras que hab¨ªan atra¨ªdo a fugitivos, a gente descontenta y de mal vivir, a proscritos, a inadaptados, a disidentes... Se crea all¨ª una capa de poblaci¨®n muy arrojada y aventurera. No tienen medios de vida. S¨®lo pueden ir a depredar a los musulmanes", dice el historiador. "Y eso ha sido el origen de la supuesta Reconquista a partir de tierras pobres. Esta gente ten¨ªa que ganarse el pan. Y se inventan algo extraordinario: Santiago como gran mito. Santiago les ayudar¨¢ durante los primeros 300 a?os por medios milagrosos", explica. "El mito sirve para superar la realidad, para no ver las dimensiones del problema, que eran pavorosas, y para poder creer en algo imposible", a?ade el medievalista.
En el siglo XII el santo cambia su poder curativo por el guerrero. ?Por qu¨¦? "Han pasado varios siglos y el gran milagro escatol¨®gico no se ha producido: el islam sigue teniendo vara alta en la Pen¨ªnsula", comenta. Y en Europa el aspecto militar ha alcanzado gran fuerza con las Cruzadas. "La idea de guerra por motivos religiosos tard¨® mucho en abrirse paso en un cristianismo primitivo que aborrec¨ªa toda clase de violencia", indica.
El mito de Santiago entra en una fase de letargo con la toma de Granada. "Cuando toda la Pen¨ªnsula qued¨® unificada bajo dominio cristiano, hab¨ªa cumplido ya su misi¨®n. Santiago se hab¨ªa portado muy bien frente a los musulmanes. Con los protestantes fue ya ineficaz", concluye.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.