"Nunca les rematamos"

Al presidente de Brasil, Lula da Silva, le preguntaron durante una visita a Espa?a por su futbolista favorito. No tuvo que pens¨¢rselo, porque le sobraban elementos de juicio: "Mauro Silva". Hace a?os, cuando Lula era un sindicalista metal¨²rgico y Mauro una promesa, jugaron m¨¢s de una pachanga juntos en S?o Bernardo, la ciudad natal del centrocampista del Deportivo y el lugar donde el futuro pol¨ªtico forj¨® su leyenda de defensor de los d¨¦biles. Un amigo com¨²n les present¨® y todav¨ªa mantienen contactos espor¨¢dicos.

Si Lula es la imagen de un pa¨ªs nuevo, Mauro, con una carrera ejemplar y una fortaleza f¨ªsica que se consideraba exclusiva de los europeos, tambi¨¦n ha contribuido a derribar unos cuantos t¨®picos sobre el futbolista brasile?o. Un hombre cabal, apaciguador, entregado a su profesi¨®n y a quien la fama y el dinero no han hecho perder de vista los problemas sociales. Tras 11 temporadas en el Depor, ya ha anunciado que se retirar¨¢ tras la pr¨®xima. En su palmar¨¦s, que incluye una Copa del Mundo, s¨®lo le falta un t¨ªtulo, la Liga de Campeones, un sue?o que pasa esta noche por el estadio Delle Alpi, de Tur¨ªn.

Mauro es como un motor diesel que necesita recorrido para ponerse a pleno rendimiento. A pesar de sus 36 a?os, la constante se mantiene. "Me encuentro bien f¨ªsicamente y, como siempre me ha ocurrido, mejor si cojo una secuencia de partidos", asegura; "pero s¨¦ perfectamente que ya no soy el jugador que era. Y tambi¨¦n que ya no puedo ir a m¨¢s en el aspecto f¨ªsico. Es ley de vida". Cuando se le pregunta si la retirada le supondr¨¢ un trauma, contesta con rotundidad: "Ni mucho menos. Llevo muchos a?os prepar¨¢ndome para esto. La vida se compone de etapas. Estoy viviendo la final de una muy bonita. Y espero iniciar otra ni mejor ni peor, simplemente distinta".

La Champions, su gran aspiraci¨®n confesada, le ha vuelto a deparar el interminable duelo con el Juventus: "Es un equipo peculiar", se sonr¨ªe; "siempre da la sensaci¨®n de ser dominado, de que no est¨¢ haciendo gran cosa... Y, sin embargo, sin ruido, sin brillantez, con su juego especulativo, acaba sacando provecho. La verdad es que nosotros hemos sentido muchas veces que parec¨ªamos superiores a ellos, que est¨¢bamos en condiciones de rematarlos... Pero, al cabo, no acabamos de conseguirlo. Ahora bien, no nos pasa s¨®lo a nosotros. El curso pasado eliminaron a los tres espa?oles, al Depor, el Bar?a y el Madrid. Ya les hemos ganado dos veces. Hay otro dato importante: con cualquiera de los resultados que hemos obtenido en Tur¨ªn en los tres ¨²ltimos a?os [dos empates sin goles y una derrota por 3-2], esta vez seguir¨ªamos adelante".

Mauro llega a este partido con la necesidad de resarcirse tras el choque del s¨¢bado en Valencia, donde sufri¨® la primera tarjeta roja de su carrera. Su penalti a Aimar le mand¨® a la caseta, proporcion¨® al Valencia el primer gol y desequilibr¨® el encuentro. ?l protesta t¨ªmidamente: "Con el reglamento en la mano, puede que fuese correcta la decisi¨®n. Pero un penalti y una expulsi¨®n a la vez son determinantes. Los ¨¢rbitros espa?oles deber¨ªan aplicar el reglamento con m¨¢s flexibilidad. En la Champions o en Italia se lo piensan m¨¢s antes de expulsar a alguien".