Detalles de Bilbao
El fot¨®grafo Roberto Zarrabeitia re¨²ne en una exposici¨®n im¨¢genes inesperadas de los rincones de su ciudad
Horas y horas de paseo y la compa?¨ªa de una c¨¢mara digital han dado como fruto la exposici¨®n Bilbao, del fot¨®grafo Roberto Zarrabeitia (Buenos Aires, 1953), reportero gr¨¢fico del diario Deia. El detalle inesperado, las perspectivas ins¨®litas, los rincones olvidados, las piezas cubiertas de herrumbre, la arquitectura del pasado y la industria que se resiste a desaparecer se suceden en una muestra compuesta por medio centenar de im¨¢genes en color sobre el entorno que rodea a Zarrabeitia cada d¨ªa. Bilbao se inaugur¨® ayer en el Aula de la BBK, en Bilbao (Elkano, 20. Hasta el 24 de marzo).
Las fotograf¨ªas que Zarrabeitia ha reunido en la exposici¨®n no guardan relaci¨®n con el trabajo period¨ªstico al que se dedica desde hace ya 27 a?os. "Ha sido un bal¨®n de ox¨ªgeno al margen del fotoperiodismo. No tienen relaci¨®n alguna entre s¨ª", explic¨® ayer en la presentaci¨®n de Bilbao. Durante dos a?os le ha ido dando vueltas al proyecto. Desech¨® la idea de realizar retratos o de plasmar las arquitecturas antes de decidirse a hacer "algo de Bilbao" y buscar las fotograf¨ªas "disfrutando entre el hierro y la piedra" de los rincones de la ciudad donde reside.
Sobre la idea inicial, el trabajo fue tomando forma en largas caminatas por Bolueta, Atxuri, el Casco Viejo, los muelles de la R¨ªa y el parque de Do?a Casilda. Y la b¨²squeda entre much¨ªsima documentaci¨®n sobre Bilbao, que al final ha cuajado en la banda sonora de la muestra: "He encontrado diez versiones de la canci¨®n Bilbao, de Bertolt Bretch, que sonar¨¢n de fondo".
La selecci¨®n de las im¨¢genes, todas ellas captadas con c¨¢mara digital y en color, result¨® la parte m¨¢s sencilla del proyecto, condicionado siempre por la obsesi¨®n de poder fotografiarlas con la luz ideal. "Las fotos estaban en mi cabeza despu¨¦s de muchas horas de paseo", confes¨®.
El cambio de formatos introduce un ritmo al recorrido por la exposici¨®n, en la que se ven ampliados los detalles de piezas industriales relacionadas con la actividad portuaria y del paisaje urbano.
Zarrabeitia tambi¨¦n ha prestado atenci¨®n a las texturas de la herrumbre y los desconchados de los viejos edificios y a los valores est¨¦ticos de esquinas olvidadas o relojes p¨²blicos. En muchas im¨¢genes ha querido reconocer su admiraci¨®n por el buen trabajo que realizaban los artesanos del pasado. "?Con qu¨¦ cuidado hac¨ªan las cosas nuestros mayores!", repet¨ªa ayer Zarrabeitia, defensor de la conservaci¨®n de los signos de identidad urbana y de la industria condenada a desaparecer. Son im¨¢genes de mojones, aldabas, verjas o mosaicos de azulejos, que han perdido su funci¨®n, pero recuperan en las im¨¢genes su fuerza pl¨¢stica.
En ocasiones, la perspectiva se ampl¨ªa para descubrir la fuente del parque de Do?a Casilda asomando por encima de los ¨¢rboles, la Universidad de Deusto fragmentada en el reflejo de una pared de cristal, o la f¨¢brica de Santa Ana de Bolueta, tomada justo cuando pasaba un tren, la fotograf¨ªa favorita del autor entre todas las reunidas en la muestra.
El cat¨¢logo de la exposici¨®n se abre con una cita del escritor japon¨¦s Junichiro Tanizaki que invita a descubrir la belleza del claroscuro: "La belleza pierde toda su belleza si se suprimen los efectos de la sombra".
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