Padres e hijos
En 1862, Iv¨¢n Turgu¨¦niev public¨® la que posiblemente sea la mejor de sus obras, la novela Padres e hijos, en la que, entre otras cosas, mostraba el desgarro existente entre dos concepciones del mundo, la de unos padres humildes y acostumbrados al viejo orden, y la de su joven hijo, Bas¨¢rov, estudiante nihilista e impetuoso, que desprecia insensiblemente los valores que ordenan la vida de sus progenitores. Ahora, un joven cineasta debutante, Andr¨¦i Zvyagintsev, vuelve su mirada sobre este tema tan ruso, y tan universal, para proponer otro enfoque sobre las mismas cosas... aunque su fondo sea a¨²n m¨¢s amargo y terrible, si cabe, que el de aquella novela ejemplar.
Aqu¨ª se trata de contar la vida de dos hermanos, sobre los 15 a?os, que hace 12 que no ven a su padre y viven una existencia precaria amparados por su madre. La an¨¦cdota de este filme, fascinante, lleno de meandros y con estratos de sentido que lo hacen extra?amente insondable y misterioso, es en cambio muy sencilla: cuenta las dificultades de los dos hijos (pero sobre todo del menor) para entenderse con su padre durante un par de d¨ªas en que comparten con ¨¦l una rara excursi¨®n a una isla remota y desierta: nada m¨¢s. Pero la capacidad de sorprender de Zvyagintsev no conoce l¨ªmites. Esa isla y esa forzada convivencia se convertir¨¢n, a un tiempo, en una trampa mortal y en una met¨¢fora, en el punto final de la infancia y en el comienzo de la edad adulta de dos criaturas desvalidas y privadas de ning¨²n tipo de ejemplo paterno positivo.
EL REGRESO
Director: Andr¨¦i Zvyagintsev. Int¨¦rpretes: Vlad¨ªmir Garin, Iv¨¢n Dobronravov, Konstantin Lavronenko, Natalia Vdovina. G¨¦nero: drama, Rusia, 2003. Duraci¨®n: 105 minutos.
Con una fotograf¨ªa de estremecedora belleza, una utilizaci¨®n del paisaje con las mismas intenciones de protagonismo con que lo hac¨ªan algunos de los mayores cineastas sovi¨¦ticos, Zvyagintsev construye un filme de aliento tr¨¢gico, recorrido por una helada, airada intenci¨®n cr¨ªtica, que fue perfectamente comprendido por un jurado, el de Venecia. El filme muestra pacientemente c¨®mo el desencuentro entre padre e hijos es mucho m¨¢s que la incomunicaci¨®n entre dos experiencias diferentes. Es, en realidad, la met¨¢fora misma del destino de la Rusia poscomunista. En los m¨¢s bien pat¨¦ticos esfuerzos del padre por imponer sus puntos de vista, en la arbitrariedad de su conducta y en la indefensi¨®n de sus hijos hay bastante m¨¢s que la torcida determinaci¨®n de un personaje: hay un demoledor diagn¨®stico de las carencias de todo un pa¨ªs, de toda una cultura construida sobre la idea de la fuerza y la imposici¨®n.
Filme de una inusual calidad formal, de una deslumbrante madurez narrativa, El regreso es una propuesta abierta para que la inteligencia del espectador penetre entre sus secretos, algunos de los cuales ni siquiera los protagonistas saben desentra?ar; y es una de las pel¨ªculas m¨¢s extraordinariamente complejas y hermosas que a este cronista le haya sido dado ver en mucho, mucho tiempo.
Babelia
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