Los desastres de la guerra
ETA no. Guerra no. Tampoco mentiras. Son gritos rotundos que aparecen en las pancartas de las manifestaciones multitudinarias que se recogen en la pel¨ªcula Hay motivo. La derecha se hab¨ªa inventado que el cine espa?ol tiene una actitud ambigua en el rechazo de ETA y de todos los terrorismos. Una manipulaci¨®n. Los 32 cineastas que no han dudado en esgrimir sus c¨¢maras para hacer un balance de los problemas y mentiras que nos rodean nunca han sido ambiguos en su rechazo a la guerra ni al terrorismo, y lo han hecho saber repetidamente. Que los que manipulan las informaciones traten de confundir sobre qui¨¦n es y d¨®nde est¨¢ el aut¨¦ntico enemigo es peligroso. Pero as¨ª est¨¢n las cosas.
En un d¨ªa como hoy en que el espanto y la confusi¨®n se han hecho amos de nuestras vidas, la pel¨ªcula Hay motivo es a¨²n m¨¢s "necesaria y leg¨ªtima", tal como la defini¨® Almod¨®var el d¨ªa en que fue presentada a la prensa. La repercusi¨®n de esta singular iniciativa est¨¢ superando las fronteras espa?olas. De forma menos militante que en Hay motivo, algunos cineastas norteamericanos decidieron reflexionar en su d¨ªa sobre las consecuencias del atentado del 11 de septiembre. Sin embargo, ha sido ¨¦sta la primera vez que un grupo de cineastas se han reunido espont¨¢neamente (y, por cierto, autofinanci¨¢ndose el proyecto) para analizar la situaci¨®n de su propio pa¨ªs, y el ejemplo probablemente animar¨¢ a otros a ejercer su "necesario y leg¨ªtimo" derecho de an¨¢lisis y cr¨ªtica. Sin ellos, ni el cine ni ning¨²n otro medio de expresi¨®n tendr¨ªan sentido.
Ir contra los mensajeros y no contra lo que denuncian es una vieja y est¨²pida estratagema. Incluso han reprochado a los del cine espa?ol que no devolvieran al Gobierno con sumisi¨®n obligada las ayudas econ¨®micas que el Estado presta, como igualmente hace con tantas otras empresas y medios de comunicaci¨®n. Hoy, sin embargo, no es ¨¦sta la cuesti¨®n urgente, sino la de la indignaci¨®n, el dolor y la perplejidad. Quiz¨¢ dentro de un tiempo otro Hay motivo sea igualmente necesario y leg¨ªtimo. Nos aclarar¨¢ motivos y circunstancias ayud¨¢ndonos a entender mejor d¨®nde estamos en cada momento y por qu¨¦.
Tal vez hoy no sea el d¨ªa para hablar de cine. Pero ah¨ª sigue vivo y vigilante como uno de los afortunados prodigios de nuestra ¨¦poca. Hay que defenderlo. Gracias a la valent¨ªa de algunos de sus art¨ªfices no nos sentimos abandonados. Siempre habr¨¢ motivos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.