Dulces sue?os mud¨¦jares
Rincones evocadores y sutiles en el Real Alc¨¢zar de Sevilla
Este alc¨¢zar es enorme, y no menor que la fortaleza de la Alhambra de Granada. Est¨¢ construido en el mismo estilo, con sus patios, estancias, aposentos y conducciones de agua, decorado con oro, marfiles y m¨¢rmoles...". Las comparaciones son odiosas, pero ello no impidi¨® hacer la que acabamos de leer a Jer¨®nimo M¨¹nzer, humanista alem¨¢n que viaj¨® por Espa?a y Portugal a finales del siglo XV.
Lo mismo que sucede con la gran fortaleza granadina, es habitual que los visitantes se hagan un l¨ªo a la hora de comprender el alc¨¢zar de Sevilla. Como en un Lego a tama?o natural, en ¨¦l se encajan los estilos m¨¢s dispares, en una amalgama formal que lo hace tan apasionante como dif¨ªcil de aprehender. Ocho hect¨¢reas acogen los restos de los palacios y construcciones isl¨¢micas, mud¨¦jares, g¨®ticas, renacentistas, barrocas y neocl¨¢sicas que durante cerca de 11 siglos alojaron a la realeza espa?ola. "?sta es la residencia real habitada m¨¢s antigua de Europa", asegura Jos¨¦ Mar¨ªa Cabeza, director del Patronato del Real Alc¨¢zar de Sevilla. Del califa cordob¨¦s Abderram¨¢n III, en el siglo X, a la actual familia real, que se aloja all¨ª durante sus estancias sevillanas, han pasado entre sus muros decenas de monarcas. Todos dejaron su impronta interviniendo en la arquitectura original para demostrar su hegemon¨ªa, de modo que el alc¨¢zar respira poder¨ªo e intrigas en cada poro y en cada sillar.
Algunos de los que construyeron aqu¨ª sus palacios fueron el rey sevillano de la ¨¦poca taifa (siglo XI) Al Mutamid, y la dinast¨ªa almohade en el siglo XII. De entonces data el peque?o y evocador patio del Yeso, el m¨¢s antiguo conservado. En el siglo XIII, Alfonso X el Sabio construy¨® un palacio g¨®tico, pero puede que uno de los rincones g¨®ticos m¨¢s hermosos sean los Ba?os de Mar¨ªa de Padilla, mandados realizar por Pedro I para satisfacer los deseos de su bella amada. Consisten en un gran estanque central acotado por una serie de b¨®vedas de nervadura y arcos ojivales. La profunda perspectiva y la estaticidad del agua proporcionan una sensaci¨®n de inquietante frescor de ultratumba.
C¨¢nones andalus¨ªes
Fue sin duda Pedro I de Castilla quien dej¨® para la posteridad el mayor dije arquitect¨®nico al levantar en el siglo XIV el palacio que lleva su nombre. Sus excelentes relaciones con la dinast¨ªa nazar¨ª de Granada le hicieron concebirlo al modo mud¨¦jar, con los c¨¢nones est¨¦ticos andalus¨ªes y alarifes musulmanes. ?stos lo convirtieron en una pieza de orfebrer¨ªa en madera, yeso y cer¨¢mica alicatada. En ¨¦l se suceden salones y alcobas abiertas al patio en la m¨¢s cl¨¢sica tradici¨®n isl¨¢mica. Hoy, grupos de turistas venidos de todas partes se admiran ante sus muros y artesonados cuajados de tracer¨ªas y atauriques, siguiendo las explicaciones de los gu¨ªas sobre los conceptos de unidad y multiplicidad en la iconograf¨ªa musulmana y la calidad compositiva basada en la simetr¨ªa. Pero sin duda lo que m¨¢s admiraci¨®n provoca es la perfecta media naranja de la c¨²pula del sal¨®n de Embajadores. Toda en madera, se asemeja al s¨¦ptimo cielo musulm¨¢n, con sus lacer¨ªas que evocan la infinitud, y esa constelaci¨®n de moc¨¢rabes que la arropan como estrellas petrificadas. Este sal¨®n ya exist¨ªa en ¨¦poca del rey Al Mutamid, y era conocido como de las Pl¨¦yades. En ¨¦l se celebraban las famosas veladas literarias organizadas por el rey poeta. Tal vez fuera aqu¨ª donde le escribi¨® el siguiente verso a Maha, una de sus esclavas predilectas: "Tiraron de la alborada las bestias de la oscuridad / Y ella, mi pena con su mano / Brind¨¦mosle con el vino de su saliva / El color de aquella cara triste como la luna".
El vasto patio de las Doncellas forma el pre¨¢mbulo de las estancias oficiales, mientras que el de las Mu?ecas articula a su alrededor las estancias privadas. Hoy, los aposentos reales se asientan en la planta superior de este palacio, y son uno de los reclamos m¨¢s apetecidos por el turismo. Los salones, decorados al estilo isabelino, algo rancios, est¨¢n coronados de espl¨¦ndidos artesonados mud¨¦jares, pero lo que m¨¢s preocupa al visitante es saber en qu¨¦ cama duerme el rey, d¨®nde recibe y d¨®nde toma el t¨¦.
El Patronato del Real Alc¨¢zar de Sevilla pretende ahora recuparar el aspecto original del patio mud¨¦jar de las Doncellas, enterrado en 1583 bajo un fr¨ªo enlosado de m¨¢rmol renacentista. La excavaci¨®n comenz¨® el pasado 2 de marzo, dirigida por el arque¨®logo Miguel ?ngel Tabales, seg¨²n un estudio de Antonio Almagro, de la Escuela de Estudios ?rabes de Granada. Bajo las losas se descubri¨® un jard¨ªn con un estanque central rodeado de andenes desde los que contemplar desde un nivel superior la vegetaci¨®n de los arriates rehundidos. Pero, "sin duda, el elemento arquitect¨®nico m¨¢s llamativo es la danza de arcos de medio punto de ladrillo entrelazados en los andenes del arriate", escribe Tabales, y sigue: "El sonido del agua en los surtidores, el estanque enlucido, la vegetaci¨®n arom¨¢tica junto a los naranjos, y, por otro lado, la pompa cortesana, ofrecer¨ªan un espect¨¢culo sorprendente". As¨ª es que pronto podremos contemplar uno de los jardines medievales m¨¢s singulares del mundo. Seg¨²n Jos¨¦ Mar¨ªa Cabeza, el prototipo que inspirar¨ªa, a?os m¨¢s tarde, el c¨¦lebre patio de los Arrayanes de la Alhambra.
Pero no es ¨¦ste el ¨²nico jard¨ªn en el que se est¨¢ interviniendo. Tambi¨¦n los llamados hispano-musulmanes est¨¢n recobrando su antiguo lustre gracias al trabajo de Dolores Robador, seg¨²n un estudio de Consuelo Mart¨ªnez Correcher. Recientemente se habilitaron adem¨¢s los anditos, o paseos en elevaci¨®n, construidos por Felipe II para realzar el concepto de jard¨ªn de poder y dominar desde las alturas el horizonte vegetal.
GU?A PR?CTICA
La visita
- Real Alc¨¢zar de Sevilla (www.patronato-alcazarsevilla.es y 954 50 23 24). Patio de Banderas, s/n. Sevilla. Horario: de martes a s¨¢bado, de 9.30 a 18.00; a partir del 1 de abril, hasta las 20.00. Domingos y festivos, de 9.30 a 14.30; a partir del 1 de abril, hasta las 18.00. Precio: 5 euros.
Dormir y comer
- Hotel AC Ciudad de Sevilla (954 23 05 05). Manuel Siurot, 25. Sevilla. La habitaci¨®n doble, desde 114 euros.
- Hotel Las Casas de los Mercaderes (954 22 58 58). ?lvarez Quintero, 9. Sevilla. La doble, 128.
- Restaurante Az-zait (954 90 64 75). Plaza de San Lorenzo, 1. Sevilla. De 25 a 35.
- Restaurante Casablanca (954 22 46 98). Zaragoza, 50. Sevilla. Unos 35.
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