Saxo en el aparcamiento
El Museo Interactivo de la M¨²sica de M¨¢laga acoge clases abiertas de saxof¨®n para alumnos de un conservatorio
Quienes ayer por la tarde recog¨ªan o dejaban su coche en el aparcamiento de la Plaza de la Marina de M¨¢laga entre las cuatro y las siete de la tarde oyeron las notas de un saxof¨®n. El Museo Interactivo de la M¨²sica, situado a la entrada de este estacionamiento, organiz¨® tres clases abiertas en las que alumnos de segundo y tercer curso de grado medio del Conservatorio Manuel Carra pusieron a prueba "la tensi¨®n que produce el p¨²blico". El museo repetir¨¢ la experiencia en abril y a?adir¨¢ clases de guitarra y piano.
En la sala de la muralla, el alumno Javier Carmona (17 a?os) sud¨® de lo lindo. La clase comenzaba con una serie de escalas. Su profesor, Juan Manuel Arrazola, aprovech¨® que empezaba a llegar gente para explicar las partes de la clase y dar unas pinceladas sobre el origen del saxo. "Es un instrumento muy reciente. Lo invent¨® Antoine-Joseph Sax alrededor de 1840, por eso, muchos de los estudios son adaptaciones de otros instrumentos". El pitido del metr¨®nomo marcaba el comp¨¢s hasta que Javier termin¨® las escalas. "?ste no es un lugar al uso", dijo el profesor a los asistentes, "pero queremos salir a la calle y que se sepa c¨®mo es una clase del conservatorio". Las explicaciones iban acompa?adas del ruido de alg¨²n coche que abandona el aparcamiento o fragmentos de conversaciones de los que sacan el recibo en la m¨¢quina situada justo en la entrada del museo. La mayor¨ªa dirig¨ªa la mirada al sal¨®n con curiosidad, y alguno que otro se atrevi¨® a entrar y poner el o¨ªdo.
"Trabajamos con dos m¨¦todos. Uno de flauta, para mejorar la sincronizaci¨®n y otro de oboe, que trata aspectos m¨¢s musicales", explicaba el profesor a un auditorio que, sin sus comentarios, se perd¨ªa entre los ejercicios y la terminolog¨ªa. "Es curioso que ninguno sea de saxof¨®n. Dicen que el saxo tiene poca literatura", brome¨®.
Javier toc¨® un estudio sin parar "para tener mentalidad de concierto" y luego escuch¨® las correcciones. "Hay demasiada tensi¨®n en los dedos. Tenemos que ser conscientes de que vamos a cometer fallos y aprender a superar la tensi¨®n", le aconsej¨®.
Despu¨¦s de anotar los resultados de las pruebas en su ficha le encarg¨® un estudio que nuevo para la semana siguiente. "No lo toco para que trabaje con ¨¦l sin prejuicios... ?Cu¨¦ntales qu¨¦ te pas¨® una vez Javi!". El estudiante, ligeramente ruborizado y con la miraba baja, explic¨® que lo vici¨® porque lo hab¨ªa escuchado varias veces en un disco. "Es que el int¨¦rprete era un virtuoso y yo la quer¨ªa tocar como ¨¦l".
Cuando faltaban diez minutos para que la clase terminara -dur¨® una hora cada sesi¨®n- el alumno se enfrent¨® al p¨²blico en solitario. Le toc¨® dar un mini concierto. Juan Manuel se sent¨® con el p¨²blico y le dej¨® solo ante el peligo."?T¨² tranquilo!", animaron desde el auditorio.
Un poco r¨ªgido y ligeramente ladeado de la partitura comenz¨® a interpretar Fantas¨ªa sobre un tema original de Demersseman.
Minutos despu¨¦s, sonaron los aplausos y el profesor le felicit¨®. "?Es que esto sin piano queda muy soso!" se justificaba ¨¦l. "Dir¨¢s que queda a¨²n mejor", le corrigi¨® un oyente. El profesor le dio unos consejos y se despidi¨® hasta la pr¨®xima clase. "?Si me voy a quedar un rato m¨¢s!", dijo Javier mientras se sentaba a presenciar la siguiente clase. La primera experiencia reuni¨® a 30 oyentes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.