Ingenieros de la pintura

Con el patrocinio del Ministerio de Fomento la exposici¨®n titulada La ingenier¨ªa civil en la pintura, ha reunido casi medio centenar de cuadros de una treintena larga de artistas de diversos pa¨ªses, activos entre 1750 y la actualidad, todos los cuales obviamente han sido seleccionados por tratar, de alguna manera, iconos de la tecnolog¨ªa industrial. Hay que a?adir que la comisaria de la muestra, Ana V¨¢zquez de la Cueva, ha logrado que, entre este variado elenco de pintores, hubiera nombres importantes, como, entre los internacionales, Canaletto, Bellotto, Francesco Guardi, Van Wittel, Hubert Robert, Claude-Joseph Vernet, Courbet, Monet, Van Gogh, Marquet, Mondrian, Charles Sheeler, Richard Estes, etc¨¦tera, o, entre los espa?oles, P¨¦rez Vilaamil, Lucas Vel¨¢zquez, Regoyos, Benjam¨ªn Palencia, con lo que, adem¨¢s de lo ilustrativo del tema, cabe recrearse con la calidad pict¨®rica.

En cualquier caso, esta convocatoria

posee enjundia, sobre todo, por el asunto que propone, que no es otro que el de la reivindicaci¨®n del patrimonio industrial, hasta hace poco apenas est¨¦ticamente apreciado. En este sentido, aunque casi las tres cuartas partes de la construcci¨®n de nuestra ¨¦poca ha sido obra de ingenieros, no s¨®lo la declarada intenci¨®n funcional de ¨¦stos, en los ant¨ªpodas de la concepci¨®n tradicional del arte como una actividad no utilitaria, sino tambi¨¦n la vertiginosa transformaci¨®n del paisaje cotidiano por los efectos intimidadores de la Revoluci¨®n Industrial, predispuso a la mayor¨ªa a considerar que sus productos eran todo menos bellos. Es cierto que esta mentalidad ha cambiado o est¨¢ en trance de hacerlo, pero, para lograr disipar todos los prejuicios restantes, y sensibilizar a la opini¨®n p¨²blica de la importancia de esta parte fundamental de nuestro patrimonio cultural, nada mejor que proporcionar los muchos datos visuales que poseemos sobre c¨®mo precisamente el mejor arte occidental no tuvo nunca el menor recelo para, desde el comienzo de la Revoluci¨®n Industrial, representar lo que cada vez ocupaba m¨¢s el paisaje contempor¨¢neo cotidiano, fueran m¨¢quinas, f¨¢bricas, puentes o medios de transporte.

Que el material inventariado disponible al respecto es abundant¨ªsimo y, por tanto, que cabe enfocarlo desde las perspectivas m¨¢s variadas, lo demuestra el hecho de la progresiva frecuencia de exhibiciones que lo tratan de manera especializada. La que ahora se presenta no se limita, como anuncia su t¨ªtulo, a un siglo, ni a un pa¨ªs, sino que abarca el panorama hist¨®rico completo, lo cual permite contar con un conjunto de pintores m¨¢s amplio, variado y excelso, as¨ª como enfrentarnos con una, a su vez, tipolog¨ªa m¨¢s rica de obras p¨²blicas, que, en alg¨²n caso, como en el de los puentes, nos ofrece datos sobre su transformaci¨®n industrial. En relaci¨®n con los autores de los cuadros, que sucesivamente vivieron durante los siglos XVIII, XIX, XX y XXI, no voy a insistir de nuevo sobre su relevancia hist¨®rica, pues, entre los al principio citados, est¨¢n los nombres de algunos de los mejores pintores de nuestra ¨¦poca, pero s¨ª quiero subrayar que, en cualquiera de los casos, incluidos los de los maestros an¨®nimos, hay ciertamente un amen¨ªsimo repertorio de visiones y lugares ilustrativos, pero tambi¨¦n el curioso testimonio de c¨®mo la est¨¦tica funcional de los ingenieros influye de forma determinante en la manera de pintar de los artistas, que se hace m¨¢s simplificada, sint¨¦tica e intensa. De manera que se puede sacar mucho provecho, desde muy diferentes puntos de vista, de una exposici¨®n como La ingenier¨ªa civil en la pintura, donde el arte vuelve sobre sus fueros como privilegiado testimonio de la vida cotidiana.