La f¨®rmula del coche compartido
La UE apoya un sistema que ayuda a descongestionar el tr¨¢fico y los humos en las ciudades
El sistema del car-sharing (coche compartido) est¨¢ ya implantado en una veintena de ciudades europeas. Bremen (Alemania) ha sido una de las primeras en poner en marcha el sistema con buenos resultados. Pero le han seguido G¨¦nova, Palermo, Tur¨ªn (Italia), dos barrios de Londres (Reino Unido), Estocolmo (Suecia) y varias urbes belgas, como Lovaina, Namur y Bruselas (B¨¦lgica).
El sistema es sencillo. Una empresa, generalmente apoyada y subvencionada por el Ayuntamiento correspondiente, dispone de varios utilitarios que mantiene aparcados en diversas zonas de la ciudad. El cliente, provisto previamente de una tarjeta de socio, llama a la empresa o hace su reserva por Internet y en un m¨¢ximo de 10 minutos tiene uno de esos autom¨®viles a su servicio aparcado tambi¨¦n como m¨¢ximo a 10 minutos andando de su domicilio.
Los 2.600 clientes de Bremen han reducido el parque automovil¨ªstico en 700 veh¨ªculos
El escollo principal del sistema, seg¨²n coinciden todos en se?alar, es el cultural
El cliente abre el coche gracias a esa tarjeta de la que dispone, lo usa durante el tiempo que lo necesite y lo deja de nuevo en el aparcamiento dispuesto para ello que m¨¢s le convenga. La empresa le aplicar¨¢ despu¨¦s la tarifa establecida y le facturar¨¢ el servicio directamente a su cuenta corriente.
"No es un buen sistema para que el que necesita el coche para ir y volver del trabajo cada d¨ªa. Nuestros clientes suelen ser personas mayores que prefieren abandonar su viejo coche y utilizar uno m¨¢s nuevo y con menos complicaciones. Es perfecto para ir de visita, hacer la compra semanal, acudir a un espect¨¢culo, ir a la periferia por alguna raz¨®n...", explica Fr¨¦d¨¦ric van Malleghem, director de Taxi-stop, la empresa que ya est¨¢ ensayando el sistema en cinco ciudades belgas (Bruselas, Namur, Dinant, Lovaina la Nueva y Lieja) y que en la pr¨®xima primavera extender¨¢ su servicio a la regi¨®n de Flandes. "Tener el coche a un m¨¢ximo de 10 minutos de casa es una ventaja. A veces los automovilistas pasan mucho m¨¢s tiempo buscando aparcamiento. Nosotros los tenemos siempre en lugares reservados".
El perfil del cliente no es siempre el mismo. El de Bremen (Alemania) es el de un joven profesional de alto nivel cultural con inquietudes ecol¨®gicas y sociales. Dado el apoyo municipal, el sistema est¨¢ ideado para facilitar el uso mixto del car-sharing y el transporte p¨²blico y los clientes utilizan ambos por convicci¨®n.
Todas estas experiencias, coordinadas por el programa europeo Moses (servicios de movilidad para la sostenibilidad urbana), cuentan tambi¨¦n con el apoyo del Parlamento Europeo, que el a?o pasado analiz¨® las ventajas y las dificultades de las que se van poniendo en marcha en Europa. En tal an¨¢lisis, como explica el eurodiputado socialista espa?ol, Juan de Dios Izquierdo, se ha demostrado que el apoyo municipal, incluso financiero, es imprescindible sobre todo durante los tres primeros a?os de la empresa, adem¨¢s de una gran campa?a de concienciaci¨®n ciudadana.
"En la tarifa va todo incluido, de modo que si el cliente tiene que repostar, lo hace con una tarjeta de la empresa y el cargo va directamente a ¨¦sta", explica Michael Glotz-Richter, del proyecto Moses. "Est¨¢ incluido tambi¨¦n el precio del seguro y si el veh¨ªculo se aver¨ªa, la empresa le trae otro enseguida. Nuestro enfoque es realmente muy profesional". ?El precio? Tres horas de compras con la familia, recorriendo unos 20 kil¨®metros, cuesta unos 12 euros en Bremen. Un fin de semana entero recorriendo un centenar de kil¨®metros, unos 60 euros.
Para los responsables de medio ambiente y transportes de la Uni¨®n Europea, el sistema aporta enormes ventajas que alcanzan incluso al usuario porque tener un coche en propiedad es, para empezar, mucho m¨¢s caro y con este sistema siempre podr¨¢ usar una flota en permanente renovaci¨®n. Pero los beneficios son fundamentalmente colectivos. En Bremen, ciudad pionera en este asunto, sus 2.600 clientes han permitido reducir el parque automovil¨ªstico en 700 veh¨ªculos, los coches de la empresa que all¨ª funciona, llamada Cambio, son nuevos y, por tanto, suelen contaminar menos, lo que ha logrado una reducci¨®n anual de 800 toneladas de di¨®xido de carbono, el principal gas de efecto invernadero.
El escollo principal del sistema, seg¨²n coinciden todos en se?alar, es el cultural. Poseer un coche es tambi¨¦n un s¨ªmbolo social de distinci¨®n, de modernidad y de poder. "El sistema requiere mucha promoci¨®n y tiene un evidente sabor n¨®rdico", dice Izquierdo. "Es m¨¢s dif¨ªcil establecerlo en pa¨ªses del sur, aunque ser¨ªa una f¨®rmula relativamente f¨¢cil de vender, si se tiene en cuenta que el coche compartido podr¨ªa sustituir a ese segundo o tercer coche que empiezan a tener muchas familias".
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