Estudiar con bandera verde
La Asociaci¨®n de Educaci¨®n Ambiental reconoce a las ecoescuelas su compromiso con la conservaci¨®n del entorno
Que un ni?o de 12 a?os, Cristian, sea capaz de explicar a la perfecci¨®n el funcionamiento de dos paneles solares, uno t¨¦rmico y otro fotovoltaico, es uno de los logros conseguidos con un programa llamado Ecoescuelas. Y lo que ha aprendido Cristian, alumno del colegio p¨²blico Andr¨¦s Segovia, de Legan¨¦s (Madrid), no es superfluo o anecd¨®tico, sino algo que eleva el nivel de su educaci¨®n y le prepara de cara a un futuro donde, si queremos vivir sin sobresaltos causados por la contaminaci¨®n, la utilizaci¨®n de la energ¨ªa solar ser¨¢ fundamental.
El Andr¨¦s Segovia es uno de los 39 colegios p¨²blicos e institutos donde ondea una bandera verde, s¨ªmbolo del compromiso con la conservaci¨®n del entorno y con el desarrollo sostenible. La Asociaci¨®n de Educaci¨®n Ambiental y del Consumidor (ADEAC) es la encargada de desarrollar el programa en Espa?a como miembro de la Fundaci¨®n para la Educaci¨®n Ambiental (FEE, en sus siglas en ingl¨¦s), su difusora a nivel mundial. Adem¨¢s, cuenta con el aval del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). ADEAC es la misma asociaci¨®n que otorga banderas azules a playas y puertos. Aunque en s¨®lo 39 centros educativos ondea la ense?a verde, son 228 los que han asumido los pasos y responsabilidades que los convierten en ecoescuelas. Detr¨¢s de ellos est¨¢ el empe?o de profesionales que creen que la educaci¨®n ambiental es m¨¢s que una asignatura transversal.
Siempre hay una motivaci¨®n personal, una cabezoner¨ªa de alg¨²n profesor o colectivo de docentes que moviliza al resto en pos del medio ambiente y que, en muchos casos, acaba en la consolidaci¨®n de la ecoescuela. Juli¨¢n Mar¨ªa Cano Villanueva, profesor de Biolog¨ªa y Geolog¨ªa e impulsor del programa en el instituto de secundaria Poeta Garc¨ªa Guti¨¦rrez, de Chiclana de la Frontera (C¨¢diz), lo cuenta: "Cuando est¨¢ todo por hacer, el camino se presenta largo y empinado, invita a abandonar; y no nos lo podr¨ªan reprochar, porque no es una exigencia del profesorado, pero est¨¢ la propia conciencia, porque si a alguien le han preocupado estos temas desde siempre parecer¨ªa una incongruencia no tratar de emprender la aventura de la ecoescuela".
El siguiente paso es "recabar cooperaci¨®n entre los compa?eros de fatiga" -contin¨²a Cano- "porque este tipo de cosas no pueden proponerse a cualquiera". De esa manera se fue formando en su instituto un n¨²cleo de actuaci¨®n reducido que decidi¨® dar los primeros pasos en esta andadura. Primeros pasos que requieren tiempo y dedicaci¨®n, porque el proyecto de creaci¨®n de una ecoescuela supone asumir una serie de compromisos que se resumen en la formaci¨®n de un comit¨¦ ambiental (con representaci¨®n de todas las partes que forman la comunidad escolar); la elaboraci¨®n de una auditor¨ªa ambiental (an¨¢lisis de la situaci¨®n de partida del centro); el desarrollo de un plan de acci¨®n anual y un c¨®digo de conducta asociado al mismo; el control y evaluaci¨®n de ¨¦stos, y la comunicaci¨®n de los logros del programa.
La tutora de 6? de primaria del colegio Andr¨¦s Segovia, Mar¨ªa Torres, tuvo que echar mano de diferentes estrategias para comprometer a colegas reticentes: "Utilizamos a los alumnos, en el buen sentido de la palabra, para que fueran ellos los que demandaran mayor compromiso en el ahorro de energ¨ªa y agua o en la correcta eliminaci¨®n de residuos". Y lo consiguieron, porque este colegio, adem¨¢s de ser el primero en Espa?a en conseguir la bandera verde, cuenta con una amplia diversidad de iniciativas que sellan su buena relaci¨®n con el entorno: paneles fotovoltaicos, huerto tratado con abonos e insecticidas naturales, riego por goteo, carteles advirtiendo de la necesidad de ahorrar agua y hasta la construcci¨®n de un robot , el se?or Al'Um-Inio, que advierte a los escolares que lleven sus bocadillos en envoltorios reutilizables y mejor que no sean de aluminio.
Legan¨¦s es un municipio modelo en la adopci¨®n del programa (es el que mayor n¨²mero de banderas verdes tiene) porque, entre otras cosas, ha conseguido que sus ecoescuelas tengan en sus fachadas dos paneles fotovoltaicos de 55 vatios cada uno, suficiente para demostrar a los incr¨¦dulos -como hace Ignacio P¨¦rez, profesor de Ciencias Naturales del Julio Verne- que su m¨®vil se puede cargar sin enchufarlo a la luz.
Buena parte del ¨¦xito se debe a Luis Moreno, t¨¦cnico municipal de Apoyo a la Escuela y a los los Profesores. El municipio acaba de recibir la autorizaci¨®n para instalar ocho molinos e¨®licos de 400 vatios (uno por ecoescuela) para as¨ª consolidar la apuesta por las energ¨ªas renovables. El responsable del proyecto de la ADEAC, Jorge Navacerrada, incide en su necesaria integraci¨®n con el resto de la sociedad, m¨¢xime cuando se han puesto en marcha las Redes Locales de Ecoescuelas, que potencian la relaci¨®n entre centros pr¨®ximos. El presidente de ADEAC, Jos¨¦ Ram¨®n S¨¢nchez, concluye que es necesario el perfecto entendimiento y apoyo entre las tres esquinas de un tri¨¢ngulo formado por ADEAC -como ONG-, los ayuntamientos -para que arraigue la iniciativa en el municipio- y las autoridades educativas, que tienen que facilitar el trabajo de los profesores de las ecoescuelas. M¨¢s informaci¨®n sobre ecoescuelas en www.eco-schools.org/countries/pages/page_spa.htm
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