El ¨¦xito continuo de "un hombre corriente"
El comisario europeo ser¨¢ ministro por tercera vez en un Gabinete socialista
Pedro Solbes (Pinoso, Alicante, 1942) se define as¨ª mismo como "un hombre corriente absolutamente en todo". En todo, menos quiz¨¢ en el ¨¦xito que parece acompa?arle siempre. Doctor en Ciencias Pol¨ªticas, abogado y economista, asumir¨¢ por tercera vez un cargo ministerial en un Gabinete socialista. Solbes, que ingres¨® en la carrera funcionarial como t¨¦cnico comercial del Estado en 1968, ha estado casi desde entonces muy vinculado a los asuntos europeos.
Fue consejero comercial en Bruselas (1973-1978), asesor para las Relaciones con las Comunidades (1978-1979) y en 1982, ya como secretario general t¨¦cnico del ministerio que dirig¨ªa Miguel Boyer, se convirti¨® en uno de los siete integrantes del equipo que negoci¨® la incorporaci¨®n de Espa?a a la Comunidad Europea.
En Bruselas se le considera como uno de los grandes conocedores de los entresijos del Tratado de incorporaci¨®n de Espa?a. Su gran ¨¦xito en Bruselas, compartido, es sin duda la puesta en circulaci¨®n del euro, la moneda ¨²nica europea.
Fue ministro de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n de 1991 a 1993 sin tener carn¨¦ socialista; ministro de Econom¨ªa y Hacienda entre 1993 y 1996, y comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios de la Comisi¨®n Europea desde 1999 hasta la actualidad.
En todos los cargos ha acumulado fama de discreto, negociador y tenaz. Nadie, ni siquiera los rivales pol¨ªticos, han discutido sus m¨¦ritos. Hasta tal punto que incluso los que fueron sus rivales pol¨ªticos m¨¢s directos admiten que buena parte de los cimientos que han permitido el despegue de la econom¨ªa espa?ola en los ¨²ltimos a?os fueron obra del todav¨ªa comisario.
Quienes han trabajado a sus ¨®rdenes aseguran que tiene una "cabeza bien ordenada" que le facilita detectar los problemas, ordenarlos y ponerlos en v¨ªas de soluci¨®n. Sin alharacas, sin estruendo. Aunque en ese proceso, como le sucedi¨® en su etapa de ministro de Agricultura, haya de hacer frente a sinsabores y protestas. Como responsable de Agricultura se enfrent¨® a un sector en crisis que tuvo de adaptarse, no sin dificultadas, a la nueva realidad europea. Y como ministro de Econom¨ªa, en sustituci¨®n de Carlos Solchaga, tuvo que limar, limpiar y podar todo aquello que en las cuentas del Estado pod¨ªa dificultar la entrada de Espa?a en el euro.
Lo logr¨® sin estridencias, como corresponde a un hombre que se considera "corriente" pero que ha sabido conectar con personajes clave de la pol¨ªtica espa?ola. El todopoderoso ministro socialista en los a?os 80, Miguel Boyer, fue quien le recomend¨® al fallecido Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, quien a su vez facilit¨® su trato con el ex presidente Felipe Gonz¨¢lez. Siempre discreto y siempre cumplidor, su peor trago, probablemente, han sido las cr¨ªticas recibidas por la irregular gesti¨®n de la oficina de estad¨ªsticas europea Eurostat en la ¨¦poca en la que a¨²n no era comisario.
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