Azote
Conf¨ªo en su ayuda para hacer llegar a la opini¨®n p¨²blica la situaci¨®n en que nos encontramos los vecinos del que alguna vez fuera el barrio m¨¢s representativo de lo aut¨¦nticamente madrile?o. Los habitantes del barrio de Lavapi¨¦s sufrimos un aut¨¦ntico azote no s¨®lo por los problemas de la excesiva presencia de inmigrantes, con todo lo que eso conlleva por s¨ª mismo, sino por el abandono al que nos tienen sometidos las propias instituciones que nos cobran impuestos de primera y nos tratan como a vecinos de cuarta.
Llevamos a?os soportando unas obras que nunca se terminan, con la suciedad, incomodidad y trastornos que eso trae consigo, para que cuando ¨¦stas apenas han finalizado, las licencias que el Ayuntamiento da a particulares hacen que el desfile de camiones de todos los tama?os circulen sin parar, los contenedores florezcan como hongos y, en consecuencia, las calles se llenen de agujeros que nadie repara, los pivotes de protecci¨®n de las escasas aceras y plazoletas desaparezcan constantemente sin que nadie los reponga o arregle pese a las constantes denuncias en los organismos correspondientes.
Las plazoletas de las calles de Tribulete, ensanche de la calle de Lavapi¨¦s y Jes¨²s y Mar¨ªa, Ministriles y Cabeza, e incluso la del mism¨ªsimo Museo Reina Sof¨ªa se han convertido desde hace meses en un parking constante, donde los fines de semana en especial afloran los orines, las botellas rotas y todo lo que se puedan imaginar.
Los ni?os y los viejos de este barrio, ?no tienen, al menos, los mismos derechos que los coches? ?Saben ustedes que la mayor¨ªa de los escas¨ªsimos estacionamientos en las calles de este barrio est¨¢n ocupados desde hace a?os por coches abandonados que sirven de casa a mendigos y drogadictos, haciendo que los coches tengan que aparcar dando rienda suelta a su imaginaci¨®n? ?Saben ustedes que la polic¨ªa cuando pasa no hace ning¨²n caso de nuestras quejas y que en la plaza de Lavapi¨¦s s¨®lo aparecen de forma constante despu¨¦s de alg¨²n conflicto grave, generalmente te?ido de sangre, para desaparecer en cuanto la situaci¨®n pierde protagonismo? Les ruego, en nombre de un gran n¨²mero de ciudadanos, que escuchen nuestras quejas y hagan su propio seguimiento de nuestros problemas.
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